Actitud ante el sufrimiento

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El autor es evangelista y abogado. Reside en Santo Domingo

POR ENRIQUE AQUINO ACOSTA 

Dios concedió al hombre dones  y privilegios que no tienen las demás criaturas, pero   le marcó límites que no debía traspasar. ¿Y qué ocurrió posteriormente? El hombre comió del Árbol de la Ciencia del Bien y del mal,  desobedeció y pecó contra Dios, acto que le obligó  a  ocultarse, a sentir miedo, a negar su culpabilidad y a experimentar, por primera vez, el sufrimiento (Génesis 2.15-18,  3:1-8, 10,12 y Job 5:6-7,18)

Desde entonces, los seres humanos asumen diferentes actitudes frente al sufrimiento, muchas de ellas sinceras. Algunas veces, lo aceptan y se adelantan a decir: “yo sabía que venía y no me sorprendió, pues, esperaba que me arrebataría todo lo que tenía”. Tal actitud constituye un “cinismo desilusionado” que no conduce a nada.

Otros, como el poeta persa Omar Kheyyanm,  han tratado de evitar el sufrimiento. ¿Cómo? Destruyendo  y reconstruyendo, después que observan la miseria y dolor que aquejan al mundo.

También existen personas que asumen una actitud de auto compasión frente al sufrimiento. Estas exageran sus aflicciones, las consideran mayores que las de los demás y  sienten placer al condolerse de sí mismas, sin darse cuenta que actúan como lastimeras.

Contrario a estas últimas, son las que asumen actitudes estoicas. Estas aceptan el sufrimiento y tratan de fortalecerse interiormente contra él. En referencia a  esa categoría humana, Feuchtwanger señaló: “el sufrimiento fortalece más a los fuertes y  a los débiles los debilita más”. También  Chesterton afirmaba algo similar “el mártir es un hombre que se preocupa tanto por el bien del prójimo, que olvida su propia existencia,  mientras el suicida se preocupa tan poco de sí mismo, que desea el aniquilamiento general”

Otro hombre que no vivió ajeno al sufrimiento fue Buda. Este descubrió cuatro verdades, mientras meditaba profundamente debajo de un árbol: el sufrimiento, su causa, la manera para destruirlo y su destrucción definitiva.

Buda sostenía que el deseo aparece tan pronto nacemos y es lo que  da lugar a nuestros actos, los cuales tienen consecuencias buenas y malas. Por eso, la ley de Karma o energía trascendente plantea la necesidad de volver a nacer para pagar la deuda del castigo.

Según el budismo, al retroceder más allá del deseo, se corta su raíz y se llega al estado Nirvana, donde no hay pasión ni acción que revivan el dolor y el sufrimiento. Por tanto, Buda concluyó señalando esto: “la existencia y el sufrimiento son una sola cosa”. Los concebía como unidad.

Realmente me resisto a aceptar la manera como Buda quiso destruir y eliminar el problema del sufrimiento. Sin embargo, apoyo su afirmación en cuanto a que el deseo es la causa que mueve al ser humano a querer determinadas cosas, las cuales lo desilusionan, apenan y les producen dolor cuando no las consigue.

De manera similar, la actitud de los hindúes sobre el  sufrimiento no es diferente a la de otros pueblos. Ellos atribuyen las desigualdades e injusticias de la vida al nacimiento, al que  agregan, la separación de lo divino, la herencia innata y  social y las decisiones personales.

Sin embargo, la actitud musulmana frente al sufrimiento es más simple, debido a que atribuyen todo lo malo o bueno que ocurre a la soberana voluntad de Dios. De ahí que, la palabra Islam signifique sumisión total a dicha voluntad. Tal creencia ha derivado en “un Oriente pacífico, pero no progresista”, que blasfema contra Dios y  engendra fuerte oposición.

También es importante examinar la actitud, que históricamente han asumido los judíos frente al sufrimiento. La mayoría de ellos cree que Dios mantiene a los justos libres de cualquier plaga, aflicción o tribulación. Además, esperan recibir el doble de cualquier bien que pierdan, tener larga vida de prosperidad y contemplar tranquilamente las aflicciones que caigan sobre los otros pueblos.

Sin embargo, las Sagradas Escrituras enseñan que la nación judía no siempre respondió con fe a las promesas de Dios. ¿Por qué? Porque habiendo Jesús manifestado su cumplimiento, mediante su visión, enseñanza y  vida, la  mayoría de ellos lo rechazó, lo burló y lo consideró  un impostor (Juan 1.11-12)

Una actitud similar ha asumido el Islam contra Jesús. Sus seguidores creen que Jesús  fue solamente un profeta de Dios, que no podía terminar de manera ignominiosa en una cruz. Incluso, enseñan que Jesús fue librado milagrosamente de la cruz y subió victoriosamente a los cielos y que otro hombre fue crucificado en su lugar, actitud que  constituye ignorancia y blasfemia espiritual.

También es necesario señalar, que hay confusión en el seno del cristianismo sobre el significado espiritual del hecho que  ocurrió en la cruz. Todavía mucha gente vive bajo la expectativa judía de que seremos librados de la realidad del sufrimiento aquí en la tierra.

Olvidan que desde tempranas horas de la historia, la Palabra de Dios exhorta a que nos esforcemos y seamos valientes ante la realidad del sufrimiento. El propio Jesús advirtió que tendríamos aflicción, mientras viviéramos en este mundo de pecado y maldad. También  sugirió que conozcamos y confiemos  en su Palabra para que podamos enfrentar y derribar toda fortaleza, argumento y altivez que se levante contra su voluntad (Josué 1:9, Juan 16:33, 2 Corintios 10:5)

¿Acaso  vivió  Jesús libre de sufrimiento sobre la tierra? Jesús vivió completamente la realidad del sufrimiento sobre la tierra y por esa razón padeció persecución, rechazo, oposición, intrigas, desprecio, burlas, insultos, tormento, angustia, dolor y  la muerte finalmente.

Jesús nunca prometió a sus discípulos ni a  sus seguidores presentes ni futuros, que vivirían libres de sufrimiento. Fue todo lo contrario. Les advirtió que el ladrón (Satanás) venía para hurtar, matar, destruir y reconoció  también la posibilidad de su influencia en nuestra vida.

Por tanto, cualquiera que sea el motivo de su sufrimiento, no lo oculte, no sienta miedo, ni niegue su culpabilidad, si la hay. Arrepiéntase de ello, ame fielmente a Dios, obedezca sus mandamientos y  crea que su Santo Espíritu le acompaña. ¿Para qué? Para que abunden y se manifiesten en usted, su amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Juan 10:10,14:15  y  Gálatas 5:22-23).

JPM

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Farolito
Farolito
3 Años hace

Estos vividores de la fe, como Este que dice ser abogado y que, se ufana de saber mucho de la biblia. Debe dcirle a los incautos sobre Zaratustra y de, los antiguos Vedas, los cuales fueron los ****res de los primeros Biblicos. Y de Estos, es que principalmente copian el mal llamdo cristianismo, copia calcada del Zoroastro con su alegorico personaje Zaratustra de El cual imprimen con papel de copia al tal Jesus el Cristo.
Niegen eso,atrevanse

MAGA
MAGA
Responder a  Farolito
3 Años hace

Rosita Igor mateo la ****, vieja transexual, ****a y arrimada en Texas. Ya te pusieron la luz? Fuiste abuscar tu caja de agua? A ti hay que darte embotellado acido muriatico, asquerosa. Zoroastro es lo que te dan a ti esos vaqueros de Texas.

Hi Camilo
Hi Camilo
3 Años hace

Todos los Evangelista tienen el mismo comportamiento en la sociedad, alguno se dicen llamar evangelista para vivir del diezmo como un negocio, ahora los conceptos de este kilométrico artículo no tienen sustentación científica, es la misma cantaleta, eso de que el hombre comió del árbol prohibido es una ficción, en ocasiones disfruto de los artículos de los Evangelistas, ya que son repetitivo, no aportan nada nuevo, Biblia no prueba, solo ajusta

Manuel Andrades Minaya
Manuel Andrades Minaya
3 Años hace

El Dr Llogari Pujol dio en el clavo
Érase una vez… Jesús, el egipcio: Las fuentes egipcias del Nuevo Testamento Setme IILibro de investigación muy importante puesto que nos comunica las fuentes de inspiración del que se conoce como Jesús de Nazareth pero que en realidad es egipcio.
El autor, teólogo (estudió Teología primero en Vic, y luego de nuevo en Estrasburgo, donde también se doctoró) y egiptólogo (sigue)

Manuel Andrades Minaya
Manuel Andrades Minaya
Responder a  Manuel Andrades Minaya
3 Años hace

presenta elegante y sucintamente sus impresionantes hallazgos en religiones comparadas.

Realmente, el esqueleto de los Evangelios es el libro de Setme, o los dos libros de Setme, cuentos en lengua demótica que han sobrevivido ‘milagrosamente’ hasta nuestros días. El Dr. Pujol nos ofrece comparaciones detalladas del cuento egipcio desglosado junto con sus correspondencias en los evangelios.

Manuel Andrades Minaya
Manuel Andrades Minaya
Responder a  Manuel Andrades Minaya
3 Años hace

La parábola del pobre Lázaro y el rico epulón aparece en su contexto original, el de Si-Osiris (Hijo de Dios) y su padre Setme (=el Justo) en el cuento que el autor expone, unos seiscientos años antes de que nacieran los relatos evangélicos.

Más que denigrar la religión cristiana y sus fuentes, lo que hace es ponerla en el contexto de la eterna búsqueda humana de lo trascendente, y corroborar que el pueblo egipcio no sólo era grande

Manuel Andrades Minaya
Manuel Andrades Minaya
Responder a  Manuel Andrades Minaya
3 Años hace

en la construcción de pirámides, sino también en el terreno espiritual.

El trabajo de «forense», de «CSI» del Dr. Pujol recoge los elementos que resuenan fuerte en la conciencia humana a partir de las fuentes primarias.

Este libro debería ser objeto de estudio en las escuelas, para conducir a la paz entre pueblos y religiones.

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
3 Años hace

La misma retahila de siempre. La misma dormidera, el mismo monologo repetido y hoy que hay tanto telefono con camara estos FAQUIRES DE LA FE. No muestran una prueba del tal dios ese. Solo el cotorreo de lo que le conviene despotrican a estos vividores de incautos del plagio ese mal llamado biblia. El cual tiene cuchucientomil otras fallas y errores que estos sin verguenzas omiten.

Última edición 3 Años hace by Arturo Morató B.