OPINION: ¿A que se dedican en Haití los médicos que estudiaron en R.Dominicana?
POR MIDSON JEAN BATARD
Según una encuesta publicada por el Banco Central de Republica Dominicana en el 2015, el 66% de los extranjeros que cursan en las diferentes universidades del país son haitianos. De esa cantidad, la mayoría se dedica a estudiar medicina, principalmente en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), la Universidad PPCMM y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Después de sus estudios, un número mayoritario de estos nuevos profesionales regresa a su país con el deseo de ayudar en el manejo de las tantas dificultades que hay en el Oeste de la Isla Quisqueya y así contribuir a su desarrollo. Un sueño que muchas veces no se materializa debido a la falta de voluntad por parte de los oficiales del Estado y la burguesía de nuestro país.
Haití está dirigido de la misma manera que los carteles, cada quien tiene su territorio. En caso que uno pisa el del otro, hay problema.
Los profesionales que han realizado sus estudios afuera tienen que enfrentar esa realidad al regresar al país porque todo está encerrado en las manos de un grupito, las informaciones no se publican, y todo se queda muy concentrado.
El país está divido en tres categorías. Los ricos que viven en las montañas con toda la riqueza de la nación, los pobres que viven cerca del mar con toda la insalubridad, y las personas que viven en el campo como si fuera en la antigüedad, sin ninguna infraestructura. De allí, vienen todas las contradicciones que existen en la sociedad haitiana.
Ahora bien, en relación al caso de los egresados de Republica Dominicana cabe la pregunta: ¿por qué no se quiere integrar a estos profesionales médicos para que ayuden a su pueblo? Para contestar a esta pregunta hay tres cosas que tenemos que entender.
Primero, la mayoría de los profesionales haitianos que estudiaron en República Dominicana proviene de los campos de Haití, y no tiene conexiones en la capital del país. Incluso, hay muchos que no conocen a Puerto-Príncipe, que es la capital política y económica de Haití.
En la sociedad haitiana hay una discriminación hacia la gente del campo, donde se ve el campesino como una persona inculta y fuera de la civilización moderna. Esa percepción es creada por el Estado y la burguesía que concentran todo en Puerto-Príncipe y dejan a los campos sin ninguna infraestructura.
Si para los que viven en la capital los campesinos son gente inculta, para los campesinos a Puerto Príncipe le ve como lugar de alta criminalidad, de la mafia, de gente que no respeta la naturaleza, que siempre tira basura en la calle y, en su mente, la capital haitiana no es un buen lugar para vivir.
Esas ideas preconcebidas no animan a los profesionales originarios de las zonas rurales del país de vivir en la capital, aunque en los campos no haya ninguna manera de crecer económicamente.
Asimismo, al salir de República Dominicana con una licenciatura, los médicos haitianos que son mayormente de origen campesino o provincial, tienen que enfrentar a esa realidad donde la mafia del sistema de salud haitiano les impide insertarse.
Este bloqueo está manipulado por el Estado y parte de las elites haitianas, porque ser médico en Haití es una profesión reservada para sus integrantes, la cual no deberían aprender los que viven en los barrios y los campos, según el aproche de ese sector dominante. Hay que recordar que Francois Duvalier (Papa doc) supo maniobrar sobre la ideología de la negritud durante su campaña electoral, lo cual permitió toda vez que los haitianos negros que no tenían acceso a la facultad de medicina del país, pudieran lograrlo con la revolución del 1946.
Segundo. Hay un miedo de esos profesionales que provienen del exterior por varias razones. Son bien preparados, y constituían una competencia para los demás profesionales que están en el mercado, respecto a la ética de la profesión, al dedicarse primero al paciente en vez que al dinero.
Durante las diferentes huelgas en los centros hospitalarios en Haití, siempre hay una pelea con los profesionales que provienen del exterior porque estos últimos entiendan la manera de cómo, con o sin huelga, los servicios de emergencia deben funcionar, lo cual rechazan completamente los profesionales locales.
Con esa mentalidad, los antiguos médicos están cerrando la puerta a todos esos jóvenes que regresan al país, tienen más dificultades para la pasantía y los que logran tener la pasantía no pueden trabajar porque según algunos médicos haitianos que laboran en el sistema, si dejan entrar a tantas personas van a bajar los honorarios de la profesión.
Tercero. Los profesionales que han cursado sus estudios en la Universidad del Estado de Haití son un cartel poderoso que controla todo el sistema sanitario del país, con toda la imperfección que hay y nunca han llevado ninguna innovación. Para ellos, los que salen al exterior del sistema educativo haitiano no deberían re-ingresar porque no son de “su alma mater”. Para ellos, los hospitales del Estado les pertenecen y ningún otro profesional debe entrar sin su permiso.
Además, ellos quieren gobernar a todos los puestos porque son de la Universidad del Estado aunque no tienen la calificación que lleva el puesto.
Esas situaciones llevan a muchos médicos haitianos que realizaron sus estudios en República Dominicana a no poder quedarse porque les cierran las puertas para entrar al sistema.
Por esas razones muchos de estos profesionales abandonan Haití para buscar mejor suerte en países de América del Sur como: Chile, Ecuador, Brasil, y Argentina. Hay otros que se fueron a Canadá, a Estados Unidos, y algunos países de Europa.
Para esa categoría la situación es muy complicada porque a veces no se pueden integrar al sistema de salud de esos países tan avanzados. De hecho, se están dedicando a otras actividades como sea haciendo de taxistas, de camioneros, o trabajar en MacDonald.
Será muy difícil para Haití desarrollarse porque el Estado no puede gestionar sus recursos humanos, lo cual es un elemento importantísimo cuando se aborda el tema del desarrollo.
Hoy en día, los haitianos están cruzando la frontera para solucionar su problema de salud, mientras que muchos profesionales de la medicina están trabajando en las faenas señaladas arriba y en los países antes mencionados.
Los políticos haitianos tienen que revisar su estrategia hacia los jóvenes profesionales para que ellos puedan quedarse en el país y participar en el desarrollo de la nación.
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