La etica en la política y la institucionalidad democrática

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El autor es abogado. Reside en Santo Domingo.

POR CARLOS SALCEDO

La ética es la rama de la filosofía que estudia lo correcto e incorrecto de la conducta humana atendiendo al bienestar o los daños que esta pueda provocar a la comunidad y al individuo.

Para Sócrates, el primer filósofo, el objetivo del buen político es el de instaurar y mantener la virtud (aretê) en las almas de los ciudadanos. ¿En qué consiste la virtud socrática? Es la combinación de cuatro valores cardinales: la justicia, la moderación, la valentía y la sabiduría.

La relación entre la ética y la política ha sido siempre un tema inevitable por una razón esencial: ambas, al menos en su sentido filosófico y desde su propia identidad, tienden a la búsqueda del bien. En política, la ética está ligada al desarrollo y a la institucionalidad democrática.

Ya no nos espantamos; pero cuando abrimos los periódicos, accedemos a las redes, escuchamos y vemos las noticias y comentarios en los medios de comunicación hay un elemento que no falta: estamos atravesando siempre por una crisis de ética política. Esto significa que los principios y valores rectores de las diferentes corrientes del pensamiento político parecen diluirse en el ejercicio gubernamental.

Esta situación genera un amplio descontento social y una enorme desconfianza de las personas y ciudadanos respecto del sistema político y de partidos, poniendo en juego la estabilidad del sistema democrático y fomentando ideas autoritarias de falso orden frente al caos propiciado por las prácticas antiéticas.

Freno

Frenar esta realidad requiere de una ciudadanía, una sociedad civil y un sector empresarial determinados a exigir mayor transparencia, coherencia y honestidad a los políticos. Se precisa, pues, de una ciudadanía activa, participativa y atenta para que lo que de bueno viene ocurriendo en términos de mayor transparencia y ejemplo de integridad desde el Poder Ejecutivo y otros ámbitos se sigan replicando, lo que contribuye a nuestro desarrollo y a la democracia.

Impulsar una ética política que observe los principios y valores del Estado Social y Democrático de Derecho -Estado Constitucional- supone un cambio de paradigma de la ciudadanía para sancionar las inefables prácticas del clientelismo político y se abandone el “sálvese quien pueda”, para asumir proyectos de bienestar colectivo.

jpm-am

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Taki Yao
Taki Yao
2 minutos hace

y la ética en el ejercicio del derecho, señor jurista, que ha pasado con eso?desde hace mucho tiempo, el poder político, no es ostentado por los políticos, sino por los mercaderes que han sustituidos a los verdaderos políticos del sistema de partidos.