Abinader y los terrenos del CEA
La reciente decisión del gobierno dominicano de crear un fideicomiso para la venta de terrenos del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) es una medida que debe ser rechazada de manera contundente.
Este acto no solo amenaza nuestra soberanía, sino que también pone en peligro la estabilidad económica, social y ambiental de nuestro país. La venta de nuestras tierras a intereses extranjeros podría abrir la puerta a una serie de problemas que nos llevarían a repetir errores históricos de pérdida de control y explotación.
Los riesgos asociados con la cesión de control a intereses externos sobrepasan los posibles beneficios descritos por Luis Abinader en su alarmante anuncio. Estos riesgos no son simples especulaciones; tienen precedentes históricos y actuales que deben servirnos de advertencia.
La ocupación de la República Dominicana en 1919 por fuerzas extranjeras, que resultó en la pérdida de control sobre nuestras aduanas, es un recordatorio de los peligros de ceder control a intereses externos.
Además, La venta de grandes cantidades de terrenos a empresas extranjeras puede crear una dependencia económica significativa. Si estas empresas controlan sectores clave de la economía, pueden ejercer una influencia considerable sobre las políticas nacionales. Esto puede limitar la capacidad del gobierno para tomar decisiones independientes y en el mejor interés del país.
Reforma agraria
La tierra es un recurso fundamental que debe estar al servicio de quienes la trabajan y la cuidan. La venta de terrenos del CEA a empresas extranjeras sería una traición a los principios de justicia social. En lugar de vender nuestras tierras, debemos implementar una reforma agraria que redistribuya la tierra de manera equitativa entre los campesinos y trabajadores rurales, asegurando que puedan cultivar y prosperar en sus propias tierras.
Una reforma agraria también es clave para alcanzar la autosuficiencia y soberanía alimentaria. Al redistribuir la tierra a los campesinos y trabajadores rurales, podemos aumentar la producción local de alimentos, reducir la dependencia de importaciones y asegurar que todos los dominicanos tengan acceso a alimentos frescos y nutritivos. La autosuficiencia alimentaria es fundamental para la seguridad nacional y para la resiliencia frente a crisis económicas y climáticas.
Medio ambiente
El desarrollo de proyectos industriales y agrícolas por parte de empresas extranjeras puede tener consecuencias ambientales devastadoras. La deforestación, la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad son solo algunos de los impactos negativos que podrían resultar de esta medida. Una reforma agraria, por otro lado, puede promover prácticas agrícolas sostenibles que protejan nuestros recursos naturales y aseguren un futuro saludable para las próximas generaciones.
Aumento de la dependencia
Además de la rampante corrupción en todos los niveles gubernamentales, y principalmente en las relaciones Público-Privadas, la República Dominicana enfrenta retos significativos. Nuestra economía depende en gran medida de factores exteriores, como lo son, las remesas, el turismo y las zonas francas, mientras que nuestra soberanía alimentaria es limitada y frágil. Esta dependencia económica nos hace vulnerables a las decisiones de políticas de otros países. En este contexto, la venta de terrenos del CEA a empresas extranjeras solo agravaría nuestra dependencia y socavaría, aun más, nuestra capacidad de autoabastecernos.
Llamado a la acción
Es por todo lo anterior que hago un llamado a todas las organizaciones de izquierda, a los movimientos sociales y a todos los ciudadanos y ciudadanas de la República Dominicana a unirse en rechazo a la venta de terrenos del CEA. Es nuestro deber como defensores del pueblo organizar y dirigir demostraciones en las calles del país para exigir al gobierno que:
- Detenga la Venta de Terrenos: Implemente una Reforma Agraria: Desarrolle e implemente una reforma agraria que redistribuya la tierra de manera equitativa entre los campesinos y trabajadores rurales, asegurando que la tierra sea para quien la trabaja.
- Proteja la Soberanía Nacional: Establezca políticas que aseguren que los recursos naturales del país se gestionen de manera sostenible y en beneficio de todos los dominicanos.
- Promueva el Desarrollo Sostenible: Fomente prácticas agrícolas sostenibles que protejan el medio ambiente y aseguren un futuro saludable para las próximas generaciones.
- Asegure la Autosuficiencia Alimentaria: Desarrolle políticas que promuevan la producción local de alimentos, reduciendo la dependencia de importaciones y garantizando la seguridad alimentaria para todos los dominicanos.
Es fundamental que nos unamos como pueblo para rechazar esta iniciativa y exigir una reforma agraria que garantice que la tierra sea para quien la trabaja. ¡Unidos por la justicia social y la soberanía nacional!
jpm-am
así debiera ser la tierra debe ser para el que la trabaja y no para grandes empresas multinacionales que vienen a explotar y a daar el medio ambiente., ojalá este mensaje llegue donde tiene que llegar y el gobierno recapacite y benefie las poersonas que de verdad merecen ser dueos y cultivar esas tierras….