Disyuntiva del cristianismo
El cristianismo ha sido interpretado desde dos enfoques contradictorios, pero a la vez, como complemento, según la conveniencia. Las ciencias lo utilizan a su antojo, pero a la vez lo contradicen. Asimismo, los cristianos seguidores de Jesús el Cristo, dan una variedad de conceptos, los cuales aparentemente proceden del interior de él. Esta disyuntiva, lo hace necesario e indispensable para la mente y realidad humana.
La disyuntiva enfocada en las ciencias, por lo menos en el campo filosófico materialista, lo presenta como una falsedad e invento humano. Sin embargo, mucha parte de la biología lo complementa y se complementa de él. Un estudio serie de las diferentes especies de vida animal y vegetal, por obligación tiene que admitir que una mente inteligente, y auto- programada dio origen a las variedades de las cosas existentes en estos dos reinos.
El hombre, desde un estudio biológico, tiene que consignar que éste obedece a una creación superior, ya que puede inventar o hacer cosas, como a la vez, crear valores morales y espirituales y aceptarlos como reguladores de la vida humana en sociedad, y en relación a un Ser supremo, de quien procede. De ahí que, negar que éste procede de una mente inteligente, planificadora, creadora y exigente se hace imposible. La misma conciencia humana es la mejor respuesta.
Las ciencias, con sus profundos conocimientos, reconocen dos géneros sexuales: macho y hembra, lo cual es propio en todos los animales, y aún en el ser humano. Además, ellas reconocen las similitudes en la reproducción del mundo animal. Y, especifica la fructificación humana, desde lo natural a lo artificial, sin detrimento del mundo animal, en el cual hace lo propio. Importante es señalar, que se recurre a los mismos recursos reproductivos en todas las especies animal y humana.
El cristianismo les ha dado forma y recursos a las ciencias para su desarrollo. Digamos, si Dios desde el principio de los tiempos no hubiese revelado nada de su creación, el hombre no hubiese encontrado el campo del conocimiento. De ahí que, Darwin, en su investigación del origen de las especies, sin duda que fue marcado por las religiones del judaísmo y cristianismo. Carlos Marx, con su enfoque filosófico trata de dar visión contraria a las religiones, demostrando así la influencia en él.
Los cristianos, quienes abogan ser seguidores de Jesús, aceptamos el cristianismo como una revelación perfecta, la cual Dios nos ha dado. Sin embargo, las contradicciones entre las denominaciones, en cosas triviales, da al traste a contradicciones, que aparentan ser negaciones de sí mismo. De ahí que, el conocimiento cristiano, tiene una visión tan diferente, que puede separar a los animales de la especie humana. Da al género humano responsabilidades ante su Deidad (Dios), como también reciprocidad entre la convivencia de dicha especie.
Los seguidores de Cristo Jesús, afirmamos la existencia de Dios, como Creador, Sustentador y Vigilante de toda persona. En Dios, no solamente está el origen de todas las especies, sino que también el enfoque de los valores morales, espirituales y divinos, y a sí mismo, el espíritu inventor o creativo en el hombre. En ese sentido, todo ser humano es responsable ante Dios, de su conducta, sea buena o mala.
El hombre como protagonista de la razón de la existencia del cristianismo, tiene el deber de buscar la verdad de Dios, para aplicarla en su propia vida y darla a conocer a los demás congéneres. Esa frialdad espiritual que se observa en los humanos, está llevando al mundo al fracaso. El hombre está negando su naturaleza y propósito de su existencia, conllevando junto a él, un sistema de muerte, el cual evidencia el pecado del hombre.
Sin duda que, Jesucristo, se constituye en una realidad y necesidad para la humanidad. El hombre necesita un camino seguro, que lo lleve a un mejor resultado humano, dando así los valores y la visión indispensable del éxito inherente y trascendente del hombre. Por eso, Jesús hablando con sus discípulos, y ante la pregunta de Tomás quien le dijo, «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» Jn. 14:6.
El cristianismo tiene como propósito llevar al hombre a Dios, para que este pueda tener vida eterna. En consecuencia, todo hombre debe estar sujeto a Jesucristo, siendo la ciencia sierva de éste, como también todos los cristianos. El éxito del hombre estará en romper la disyuntiva, enfocándose solamente en Jesucristo, en quien el hombre consigue el éxito en valores y la vida eterna.
JPM

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