Las ofensas dejan huecos en el alma

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LA AUTORA es periodista. Reside en Puerto Rico.

Las palabras tienen tanto poder, las pronunciamos a cada instante y momentos cotidianos, hermosos, emotivos, dolorosos, tristes, motivadores, para educar y también para destruir.

Cuando ofendemos con las palabras y estamos molestos, enojados, irritados por situaciones y mal humorados, tendemos a hablar sin pensar.

Hablamos de una forma tal, que las otras personas, se sienten lastimados emocionalmente.

Ofender, no sólo es pronunciar palabras fuertes, ofendemos con acciones, gestos, textos, llamadas con contenidos que laceran y arrugan el alma.

Talvez, alguien nos diga, ok, te perdono, no pasó nada, vamos a olvidalo, tranquila, pero, queda muchas veces, ése recuerdo amargo, de la ofensa, con el miedo de que en cualquier momento, se repita la acción desagradable.

El que ofende, siempre dice «no volverá a pasar, no pensé lo que dije, te pido excusas», pasan meses y de nuevo lo mismo.

El que es asiduo ofensor verbal, toma esa práctica, como una normal, como una impulsión, como algo, que dijo y no quería, pero realmente estaba consciente de que lo expresado podía lastimar.

Nadie debe aceptar ofensas de ninguna índole y mucho menos verbal, ésa sí, duele, como punzadas en el alma.

Sigo insistiendo, que se rompen matrimonios y relaciones, por las continuas ofensas de ambas partes.

Conocí una pareja, que decían armarse mucho, cuando se separaron el, caballero me dijo, éstas fraces,  «Nos separamos, porque hubieron, muchas ofensas fuertes, fueron demaciadas, de parte y parte, nos dijimos cosas muy hirientes, los dos, fue mejor coger cada quién su camino».

Las ofensas, duelen, pensemos ante de hacerlas, porque las palabras son como el agua, y los huecos dejados en el alma, al ofender y sentirnos ofendidos, con o sin razón, son muy difícil de tapar.

Admiro el poder de las madres, para perdonar las ofensas hechas por los hijos, pero de todos modos, duelen, aunque siempre alberguamos el perdonar, como característica de porqué somos seres, especiales, las madres.

Antes de ofender, hagamos un alto, para después no estar pidiendo excusas y perdón.

jpm-am

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Zumarraga,
Zumarraga,
3 Años hace

No hay, ni habido un solo ser humano que no haya ofendido alguna vez o haya sido ofendido.
Todos somo seres emocionales que por distintas razones dejamos de usar la ecuanimidad, cosa esta que esta imprednada por la paciencia, y esta a su ves, permite que la inteligencia actue sobre la emocion que pudiera hacer ofensa o sentirse ofendido.

Zumarraga,
Zumarraga,
3 Años hace
Responder a  Zumarraga,

Ahora bien, por ahi se dice que, no todo el mundo puede ofender, depende de donde provenga la ofensa. Claro esta. si un hijo ante un desvario emocional propala contra su madre algo que pudiera ser ofensivo a la integridad de su madre; la madre, por el don de madre se dara cuenta cual ha sido la necesidad que impulso a su hijo a tal ofensa, y, ella, por cosecuencia tratara de que su hijo reflocione para que su hijo se de cuenta de su error, pero nunca la madre guardara rencor contra su hijo. Se puede hablar extensamente sobre… Leer mas »

Zumarraga,
Zumarraga,
3 Años hace
Responder a  Zumarraga,

Debo corregir una palabra, Debi decir impregnada.
Con esto no quiero decir que presumo de escritor, no, solo lo que pretendo es aprender.

CARLOS GUERRERO
CARLOS GUERRERO
3 Años hace

eso es así, es la pura realidad y mas en los jóvenes y adolescentes de hoy en día. que dios les acompañe

Frank
Frank
3 Años hace
Responder a  CARLOS GUERRERO

Frank

Frank
Frank
3 Años hace
Responder a  Frank

Realmente, el perdón es un don que viene de Dios, pero antes de maltratar a alguien con palabras hirientes, para luego solucionarlo con una excusa, es recomendable callar, porque hay heridas que provocan tanto daño que no nos permite seguir por el mismo camino.