China comunista, la OMS y el silencio mortal
Prefacio
El próximo 6 de noviembre del año en curso, se cumplirán 23 años de salir a la luz pública, (1997) una obra de referencia sobre el terror del comunismo en el mundo titulada: “El libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión”, un trabajo de recopilación de datos y evidencias llevado a cabo por profesores e investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica en París, Francia.
El referido libro fue editado y su introducción escrita por Stéphane Courtois, un reconocido historiador francés quien a su vez, es director de la investigación académica en el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de la Universidad de París X y Director colección que se especializa en la historia de los movimientos y los regímenes comunistas.
Lo paradójico de Stéphane Courtois, es que durante su juventud fue un ardiente defensor de la ideología marxista-leninista-maoísta, llegando incluso hasta cambiarse el nombre por el de Roland Castro para ocultar su activismo político en favor de esa filosofía. Posteriormente, él mismo llegó a definirse como un “anarco-maoísta” o sea, un simpatizante de la doctrina que propugna la supresión del Estado. Como le sucede a muchos que ven la realidad perversa, cínica y cruel del marxismo-leninismo, Courtois se arrepintió de haber dedicado parte de su vida a profesar dicha doctrina política, convirtiéndose posteriormente en un partidario de la democracia, en un férreo y furibundo anticomunista.
En el prólogo como introducción al libro, Stéphane Courtois sostiene que: “El comunismo real puso en funcionamiento una represión sistemática, hasta llegar a erigir, en momentos de paroxismo, el terror como forma de gobierno”. De igual manera, estimó de acuerdo a los estudios y todas las investigaciones realizadas por el equipo de científicos, en unos 100 millones las personas muertas en esos gobiernos totalitarios comunistas en el mundo. Es dable aclarar que, en cálculos posteriores a esa cifra dada en el 1997, ya la misma fue superada hasta el presente en unos 20 millones más de muertes directas o indirectas ocasionadas por los gobiernos afines al pensamiento izquierdista.
Para satisfacción y absoluta complacencia de la humanidad, y gracias a la labor titánica de los Estados Unidos que ha servido como muro de contención al veneno del comunismo en el mundo (de ahí el odio profundo de los izquierdistas a esta nación) en unión a otras naciones democráticas, en un planeta conformado por 194 países solo quedan 5 naciones con esta filosofía política que son: la República Popular de China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Laos. Podemos añadir a esta exigua lista de países a Venezuela y Nicaragua, los cuales mantienen una careta de democracia, pero las decisiones políticas del gobierno giran en torno a las ideas del socialismo izquierdista.
Es dable destacar que, la mayoría de estos países -con excepción de Corea del Norte- han optado por volcarse (aunque manteniendo el control político e ideológico en sus directrices) hacia el mercado capitalista con China Popular a la cabeza, al entender que las ideas de Marx, Engels, Lenín y Mao ni funcionaron ni funcionan, y mucho menos ahora en un mundo globalizado como este.
Wuhan: la génesis del engaño y el silencio mortal
Como ya es conocido, la crisis del coronavirus que se convirtió en una pandemia, tuvo su epicentro en un popular mercado en la ciudad de Wuhan perteneciente a la provincia de Hubei al este de Shanghai, en donde se vende animales de todo tipo y que forman parte de la cocina tradicional de esa región.
Lo terrible de esta historia, no es solo la mutación del mortal virus denominado covid-19, sino algo peor aún: la China comunista, haciendo acopio de una metodología intrínsica en este tipo de gobierno totalitario y socialista, ocultó de manera deliberada y aviesa el nacimiento de una incipiente pandemia en una de sus ciudades más populosa y de mayor empuje industrial, encubriendo que el sistema sanitario de la ciudad de Wuhan ya estaba colapsado desde el mes de noviembre del 2019.
En efecto y de acuerdo a las comunicaciones enviadas a la Organización Mundial de la Salud (OMS), no fue hasta el 31 de diciembre 2019 que las autoridades chinas le informaron al organismo mundial de la salud, que una cepa viral había germinado en la ciudad de Wuhan (casi un mes después), pero al mismo tiempo, mintiendo de forma irresponsable y cobarde al decir que dicha epidemia ya estaba controlada y sin ninguna posibilidad de expandirse fuera de la referida ciudad del epicentro.
Fruto de un trabajo de investigación periodística llevada a cabo por el diario South China Morning Post, el cual tuvo la osadía de contradecir al gobierno chino, algo no muy típico en este tipo de dictadura socialista en donde no existe la libre expresión, demostraron que la existencia del nuevo virus databa desde el 17 de noviembre. No obstante esta denuncia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ya tenía pleno conocimiento del brote viral mucho antes que el resto de las naciones, calló miserablemente y de una manera irresponsable y aceptó sin reparos las mentiras de China, emitiendo un comunicado oficial el 14 de enero 2020 en donde llevó cierta calma al resto de las naciones en el mundo al decir que: “No hay evidencia clara de que haya transmisión humano a humano” en torno a la nueva enfermedad conocida como el coronavirus-19.
Como consecuencia de ese descaro y la irresponsabilidad de ese organismo de velar por la salud mundial, los demás países confiaron en sus directrices y todos conocemos el resultado: el covid-19 se convirtió en una pandemia mortal y de rápida propagación, ocasionando muertes, caos, el colapso de las redes hospitalaria en las naciones afectadas, alteración de la vida social en el mundo y un desajuste económico a nivel global como nunca antes visto con visos de caer posiblemente, en una gran depresión económica como la vivida en los años 1929-30.
El gobierno chino le mintió a sus ciudadanos al ocultar el nuevo brote virósico y no darle la oportunidad de prepararse para lo que venía y proteger sus vidas. De igual manera, le mintió a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en no informarle de manera sincera lo que había ocurrido y por igual, le mintió al mundo que fue sorprendido por la virulencia de la pandemia, tomando a todos desprevenidos y desconociendo la magnitud de la misma.
Como he manifestado en otras ocasiones, no ser transparente, ocultar las fallas, errores y no hacer pública la situación real de sus gobiernos, es algo inherente en todas las dictaduras izquierdistas, porque para ellos la supremacía del Estado está por encima del bien colectivo y les cuesta mucho admitir sus errores, porque ellos lo ven como una debilidad política. Por esa razón, China ahora aparece como la redentora del mundo y la nación que “lo hizo bien” y superó la crisis a su manera, aparentando con ello decirle a todos, que bajo ese tipo de gobierno las cosas son “mejores’. En un lenguaje llano: China les cortó de repente las piernas al mundo y ahora aparece regalando muletas, sillas de ruedas y explicando a los demás cómo deben cuidarse.
China, la OMS y la omisión del delito
La omisión, en derecho, es una conducta que consiste en la abstención de una actuación que constituye en un deber legal. Cumpliéndose los requisitos legales, la omisión puede constituir un delito o una falta. Justamente, tanto la República Popular de China Comunista como el país en donde se mutó la cepa viral que se explayó al mundo y la Organización Mundial de la Salud, (OMS), yo los considero ha ambos culpables por el delito de omisión, al faltar gravemente sus deberes con el mundo. La China Popular por ocultar la gravedad de lo que en una de su ciudad se había incubado y, la Organización Mundial de la Salud, por actuar de manera negligente y muy permisible con las mentiras de Beijing.
De acuerdo a la misión que la Organización Mundial de la Salud está llamada a realizar, consiste en promover y catalizar a nivel mundial y de país intervenciones encaminadas a resolver la crisis de recursos humanos para la salud, en apoyo de la consecución de los objetivos de desarrollo del milenio relacionados con la salud y la meta de la salud para todos. Obviamente, este organismo de tanta responsabilidad a nivel global no cumplió con su deber esencial y se coludió por simpatías políticas de su presidente Tedros Adhanom Ghebreyesus con la China Popular.
Con justa razón, el presidente Donald trump llamó a este virus mortal “el virus chino” y ello levantó ronchas en sectores políticos con piel muy sensible, queriendo negar con ello la realidad. Estoy seguro que si esta cepa viral se hubiera desarrollado en Filadelfia, Boston o New York, los renacuajos mentales de la propaganda socialista lo hubieran calificado como el “virus gringo”.
A la hora en que he terminado de redactar esta humilde opinión, ya en el mundo se contabiliza a nivel global la muerte de más de 138,000 personas por culpa del coronavirus-19 que se mutó en la China Popular y que deliberadamente ocultaron. En consecuencia, el historiador francés Stéphanes Courtois que recopiló los 120 millones de muertes que ha ocasionado la doctrina política del socialismo izquierdista, debe agregarle esto 130 mil que ha ocasionado el gobierno del presidente Xi Jinping, el cual, después del daño causado al mundo quiere presentarse como un benefactor. Cuando uno percibe en este tipo de dictadura socialista, la insensibilidad que rige sus actuaciones, me viene a la mente la frase que dijera su líder histórico Mao Tse Tung, cuando manifestó:
“El comunismo no es amor, es una maza que utilizamos para machacar al enemigo”
JPM/of-am

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Los Comunista son enfermos mentales, motivo por el cual hay tratarlos como paciente, ellos no asimilan este excelente articulo que se circumscribe en hechos ,recuerden hasta.que no se cure de la enfernedad, el comunista es un enfermo! EL DR. director de OMS,,debiera renunciar, pues es un enfermo Comunista, por eso oculta.la verdad!
Yo no sabía que había bocinas en US. Este por lo menos tiene una botella del gobierno de allá. JAJAJA. Guay.
Gran artículo el que nos regala nuestro caro amigo Arturo, el que comparto en todas sus partes. Felicidades y un fraternal abrazo a la distancia mi estimado.
Morato al igual que varios comentaristas quieren responsabilizar a China de la actitud irresponsable que han mantenido varios gobierno frente al coronavirus. Después que China descubre la presencia de un nuevo virus, y da la alarma. Cuales fueron las actitudes de varios gobierno? Trump, eso es algo pasajero, Bolsonaro, Brasil, eso es una gripe,la economia de Brasil no se puede parar, van a morir brasileno, pero eso es la vida. Moreno, Ecuador, Cuba y Benezuela le ofrecen ayuda y Moreno no la acepta. Colombia, el gobierno rechaza la ayuda ofrecida por Venezuela. Que precio han pagado estos pueblo, por las… Leer mas »
Solo a mongoloides se les puede perdonar el creer que China inventa un virus el cual los utilizan contra ellos primero y sin antidotos y despues lo propagan al resto del mundo. Que tan imbecil y cretino se puede ser. Los chinos son tan culpables como fueron las armas de destruccion masivas que encontraron en la luna. las cualles fueron utilizadas por eeuu y sus socios mafiosos fascistas para asesinar a Saddam Hussein y mas de un millon de iraquies. Tambien son los chinos culpables del arsenal de armamentos quimicos utilizados en Siria donde los mismos invasores rapiñeros han invadido… Leer mas »
Muy bien respondido
Morató creo que te ha quedado corto con los muertos que hay que cargarlo a China. al dia de hoy ya van 165 mil en todo el mundo
ETOY MUY DE ACUERDO CON MORATO. ESTOS CHINOS TIENEN QUE PAGAR POR ESTE CROMEN MUNDIAL Y LLEVARLO A LOS TRIBUNALES. AHORA ESTAN CON SU CARITAS MUY RELAMBIDAS REGALANDO BASURAS DESPUES DE LO QUE HICIERON
La verdad que tu estas de manicomio