El Código Abinader: reconstituyente para la salud republicana
El pasado miércoles fue firmado y presentado en público un documento que debe merecer esmerada atención de los dominicanos, tanto por lo novedosa de la acción como por lo urgida que anda nuestra sociedad de un cambio de visión y actitudes en quienes han de dirigir los destinos de la Nación a partir del próximo año.
Se trata del código de ética que regirá el accionar de los miembros y voluntarios del equipo de trabajo del candidato presidencial Luis Abinader. Allí se describen las normas mínimas de conducta y actuación que deben ser observadas por los colaboradores de Abinader, durante la campaña electoral y por igual desde el Gobierno.
El Código Abinader constituye una auténtica novedad en la política dominicana. El compromiso con la pulcritud resalta como luz en las tinieblas, en medio del muladar en que se desarrolla el quehacer político dominicano, que ha sido hipertrofiado durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana.
Esta columna ha sido persistente en el reclamo del sentido ético para el ejercicio político. La ética es más fuerte que la ley, aunque no establezca penalidades, a no ser las que emanen de la conciencia del individuo que ha incurrido en la mala práctica. Los funcionarios roban bienes públicos porque no temen a persecución de la ley penal.
Si la norma ética rigiera la conducta de esos servidores no fuera necesaria la norma jurídica, pues la ética no se ejerce por miedo o represión, sino por mandato de la conciencia. Las fortunas que exhiben los dirigentes del PLD son proporcionales a la ausencia de ética que los ha caracterizado. Es por eso que la gente está harta de ellos.
Un reconstituyente para la salud republicana es la aparición del Código Abinader. Establece que sus principios, criterios y pautas son de cumplimiento obligatorio para todos los colaboradores, miembros, empleados, así como cualquier persona relacionada con ese candidato en la ejecución de su proyecto político.
En virtud de lo anterior, toda persona que se involucre en el proyecto presidencial del candidato del PRM (Partido Revolucionario Moderno) deberá leer y aceptar los términos del referido código. Para ello, se le entregará una copia del mismo y el colaborador dejará constancia escrita de su recepción. Es cuestión de honor.
El Código procura generar una cultura de valores y un ejercicio digno de la política, con privilegio del interés general. Conlleva que los actores atesoren los valores fundamentales de la vida democrática, entre los cuales se destacan: la ética, la transparencia, la equidad, la tolerancia, el espíritu de diálogo y participación. Saludemos esa iniciativa.

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