Ahora sí que hay que pagar
Petrocaribe fue y ha sido un programa político de Chávez y ahora de Maduro para ampliar su influencia en la región y neutralizar la de su principal enemigo, Estados Unidos de América. Un desastre mayúsculo desde el punto de vista financiero, que ha Venezuela no le ha servido para nada aunque si a los países beneficiados.
Dentro del gobierno del PLD, que fue altamente beneficiados por Petrocaribe, se pensaba que esa deuda con Venezuela no era un problema ya que estaba pautada a largo plazo (25 años) y una tasa del 1%.
Inclusive algunos llegaron a decir que esa deuda nunca se pagaría porque si Perocaribe dejaba de existir, podría negociarse una condonación o expandirse mucho más en el tiempo sin mayores consecuencias. Era una deuda política y como tal pasible de jugar con ella hasta pagarla vendiendo berenjenas y tomates por unos 100 años.
De hecho, siempre se cumplió con el plan de pago a Venezuela porque al final se recibía más petróleo a crédito que lo que se pagaba, llevando la deuda a la astronómica suma de US$4,200 millones.
Además, la idea de intercambiar esa deuda de petróleo por alimentos producidos en el país, despertó un apetito voraz por endeudarse hasta la tambora vía crédito bancario directo, obras llave en mano financiadas por bancos extranjeros, emisión bonos soberanos o prestamos de los multilaterales.
Los irresponsables hacedores de la política económica de Leonel Fernández, descubrieron que con ese ahorro en la compra de petróleo y las manos abiertas para endeudarse por otras vías, no había forma posible de que el PLD perdiera unas elecciones. Todo era cuestión de acumular suficiente riqueza para comprar los votos que fueran necesarios y ganar cualquier elección que se realizara.
Y así pasó. Ganaron las 6 últimas elecciones, 3 presidenciales y 3 congresionales, donde la del 2012 le costó al país mas de RD$200 mil millones, hoy convertido en parte de la deuda pública total que asciende a US$31,000 millones. Solo entre el 2008 y el 2013 la deuda pública aumento en un 18%.
Si la información de la venta de la deuda con Petrocaribe a Golman Sachs es cierta, ahora nadie podrá decir que esa deuda con Venezuela no es problema y algún día quedaría diluida o convertida en donación.
Esa deuda pasaría a manos, nada menos y nada más, que de un banco de inversión norteamericano, que no reciben plátanos ni frijoles como medio de pago sino dólares cantantes y sonantes y sin un minuto de retraso después de la fecha de vencimiento.
Según esta información no confirmada, esa deuda fue comprada con un descuento de 59% de su valor (US$1,750 millones), que muy bien podría haberse negociado directamente con nuestro país para evitar una transacción que desvalorice el rendimiento del bono dominicano. Pero aquí hay un misterio con el tema porque no se sabe si la propuesta provino de aquí o de Venezuela. La verdad es que tomó de sorpresa a todo el mundo.
La tasa de descuento para calcular el valor presente de esa deuda ronda el 13.4%, casi el doble que la de un pasivo dominicano. Pero no es tan perjudicial para Venezuela donde los valores de la deuda han declinado un 7% y los costos crediticios rondaban el 14%. De hecho, según JPMorgan, la compensación adicional que exigen los inversionistas para comprar bonos de Venezuela en lugar de bonos del Tesoro norteamericano es de un 11.62%.
Venezuela tiene muchas deudas que pagar por sus erradas políticas económicas y la erosión de sus divisas hacia el exterior. Necesitan liquidez con urgencia para comprar alimentos y esos créditos a través de Petrocaribe son insostenibles a los precios actuales del petróleo.
Considerando que en el presupuesto del 2015 hay US$600 millones de financiamiento a través de Petrocariba, la pregunta es ¿seguirá Venezuela supliéndole petróleo al país bajo el mismo acuerdo y condiciones si se concreta la negociación con Golman Sachs?
Si lo hace sería una estupidez mayúscula y como la estupidez ha dominado la política venezolana desde la llegada de Chávez al poder, no dudamos que sigan con el mismo patrón.
Finalmente, esta operación podría afectar la imagen del país en los mercados internacionales por lo que se debe aclarar el origen de esa operación y si fue un asunto de la exclusiva competencia de Venezuela. De hecho, se está comprando deuda externa dominicana con descuento de bonos basura.
Posdata: ¿haría Maduro lo mismo con la deuda de Cuba o Nicaragua? Lo dudo, porque ese petróleo es un regalo de la revolución a los países que siguen la línea “progresista” del socialismo Chavista.