Rojo gas
La falta de controles y de cumplimiento a la ley motiva la ocurrencia de tragedias como la que recientemente se registró en una planta de reciclaje de combustible, que operaba en un patio, en Santo Domingo Oeste. Cuatro personas muertas y otras tres en estado crítico, en cuidado intensivo, es el saldo hasta el momento de la explosión.
Este lamentable acontecimiento se produce apenas un mes después del incendio de Polyplas en Villas Agrícolas, cuyas causas reales no se conocerán nunca por los intereses involucrados. En ese hecho murieron diez personas, otras tantas heridas, múltiples edificaciones destruidas y centenares de personas con daños sicológicos. Los responsables de este hecho no tienen para pagarlo ni siquiera con su vida.
Para prevenir tragedias de esa índole lo que hay es que proceder a clausurar fábricas, negocios y plantas de combustibles que representen peligro para seres humanos y que operen violando las leyes de hidrocarburo y de medio ambiente, como en efecto ocurre con Rojo Gas, ubicado en la San Vicente de Paúl 45, en el mismo corazón del Residencial El Triángulo, de Alma Rosa II, Santo Domingo Este.
En ese residencial hay más de mil familias, iglesias, clínicas y colegios.
Fue en el año 2015 que Rojo Gas solicitó licencia a Medio Ambiente, como que era una planta nueva. El doctor Bautista Rojas Gómez, ministro de Medio Ambiente en ese entonces, respondió dándole un plazo de un año para su desmantelamiento y traslado por no reunir los requisitos de la Ley 64-00.
El plazo venció el 12 de agosto del 2016 y Rojo Gas se hizo la loca. En marzo del 2017 Domínguez Brito, que sustituyó a Rojas Gómez en Medio Ambiente, dispone el cierre de la planta, pero el cierre duró pocos días y el mismo Domínguez Brito otorga permiso y da poder para su ampliación y remodelación. ¿Qué pasó ahí? ¡Un hombre cristiano católico como Domínguez Brito poniendo en peligro vidas humanas!
Y Rojo Gas ha ampliado su planta, además, sin el permiso de uso de suelo del Ayuntamiento Santo Domingo Este, lo que llevó a la Junta de Vecinos a elevar una medida cautelar ante el Tribunal Superior Administrativo, medida que fue acogida por el tribunal, que mandó a detener la ampliación, sentencia no respetada por Rojo Gas ni hecha respetar por el ASDE.
Rojo Gas tiene tanques cisternas y cisternas subterráneas que son verdaderas bombas, por el carácter altamente inflamable de ese combustible.
Y estamos en un país donde abundan los empresarios inescrupulosos y desalmados, que desde que algo anda mal queman sus negocios para que los seguros devuelvan su dinero multiplicado.
Se producen las tragedias y nada pasa, por la falta de régimen de consecuencia, donde posibles actos criminales de este tipo (que estremecen a la población) los califican de “accidente”, consciente la Policía Nacional, los Bomberos y otros organismos de que solo el soborno los lleva a dar certificaciones al margen de las reales causas.
Pero bien lo dijo Quintiliano: “Con frecuencia, los mismos peligros sirven para salvarnos la vida”, por lo que la Junta de Vecinos del Residencial el Triángulo, un residencial fundado en los años 70, hacen muy bien con su denuncia y sus luchas, luchas a la que el autor de este artículo se suma, para el desmantelamiento de Rojo Gas de la San Vicente de Paúl.
Hay que sentir respeto por la vida humana. Los funcionarios municipales y gubernamentales que no hacen cumplir las leyes de medio ambiente, de suelo y de hidrocarburo sencillamente no sienten respeto por la vida de los demás. “El que no aprecia de la vida de la gente tampoco la merece”, dijo Leonardo da Vinci.