Preocupaciones sobre los nombres propios
Entiendo que en el Congreso Nacional dominicano deben ponerse las pilas, como decimos popularmente, en relación a la adecuación de los nombres que les son impuestos a nuestros conciudadanos. Resulta penoso y porque no decirlo, motivo de vergüenza, que por acción u omisión, una persona debe llevar a sus espaldas el peso de nombre o nombres que resulten risibles y hasta ofensivos. No es, que el Oficial del Estado Civil sea quien determine el nombre o nombres a designar una persona, pero, debe de buscarse alguna fórmula que se ajuste a la Ley. Sabemos de casos, en los cuales el “interesado” se muestra (con razón), “desinteresado o renuente a utilizar el bendito nombre que le ha sido legalmente adjudicado. Tengo la experiencia personal, de un apreciado miembro de mi familia, al que le fue “puesto” el nombre de un marinero japonés amigo del padre, además, como tercer nombre, se le “adjudicó” el nombre del barco en el cual navegaban tanto mi familiar como el oriental amigo, creo que hasta hoy, mi pariente arrastrando aquel nombre el cual desentona bastante con su apellido, imagínese llamarse Yugosi Maru Maru Brazoban Hernández, es para vivir toda la vida incomodo. La población en general, salvo el caso de abogados o afectados, desconocen la traumatizante gestión que hay que agotar según la Ley, para desprenderse de esas legales identificaciones, son tramites largos y desesperantes. Otro aspecto que debe ser ponderado, es la imposición de tres y mas nombres en las declaraciones, pues se dan casos, que cuando estas personas tienen que obtener documentos como pasaportes, las sofisticadas libretas existentes, no aceptan la cantidad de palabras “legales” y el interesado puede tener problemas de identificación en cualquier parte del mundo. Imagínese, de que manera se le expide un pasaporte a una persona que tenga como nombre lega, (por ejemplo), Maritza Agustina del Corazón de Jesús Martínez Domínguez?, necesariamente hay que “mutilar” a esta ciudadana o en su defecto, incluirle en el documento la aclaración pertinente. Creemos, que nuestros encargados de hacer las leyes, deben ponerles atención a estas pequeñas cosa, ya que, cuando se presentan problemas, el ciudadano pierde tiempo y dinero.