Propuesta anti política y anti pueblista en la FP (OPINION)

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EL AUTOR es abogado y político. Reside en Nueva York.

NUEVA YORK.- Así como existen seres humanos con vocación autodestructiva y masoquista que irracionalmente se autoinfligen daños a través de vicios y adiciones malsanas como las drogas, el tabaquismo y el alcoholismo, también existen organizaciones que gratuitamente incurren en prácticas que crean malestares internos que disminuyen sus potencialidades electorales y arraigos locales.

Las instituciones políticas, como organismos vivos de la sociedad, inexplicablemente asumen muchas veces conductas nocivas que los apartan de su objetivos de crecimiento y toma del poder político, cuando conspiran inconscientemente hasta contra su propia existencia.

Tal es el caso del rumor que ha corrido a lo interno de la Fuerza del Pueblo, el cual refiere la posibilidad de achicar significativamente la membresía y composición de la dirección central de la circunscripción 1 de Nueva York.

Ojalá sea un rumor y no el sonido de las piedras que trae un rio, porque dicen que cuando el río suena es porque agua y piedras trae. Pero suponiendo que esto fuera más que una especulación, sería un desatino, una falta de sensatez y madurez política del liderazgo pueblista el ponerse a jugar al borde del precipicio con una acción como la aludida.

Y si acaso se lanzó como un globo de ensayo para ver y medir reacciones, les aconsejamos que ni siquiera se les ocurra tal planteamiento, puesto que la disminución de nuestra representación en la dirección central significaría un criticable desconocimiento de los espacios justamente ganados al calor del trabajo incesante, la honorabilidad, el compromiso la ascendencia en las bases y los méritos acumulados en años de militancia activa.

Acciones contraproducentes

Además, un partido como la Fuerza del Pueblo que experimenta un crecimiento exponencial en sus filas no puede tomar acciones contraproducentes que propicien crisis internas y levanten ronchas intestinas, pues el daño no se localizaría solo en los directivos mutilados sino que se extenderían a las masas que ellos representan y los vínculos que a través de ellos las conectan con la organización verdi-blanca.

Y tomando en consideración el hecho de que la comunidad dominicana en Nueva York representa la tercera provincia en importancia electoral, su membresía en la directiva debe corresponderse con su importancia numérica. De ahí que en vez de reducirse debe expandirse y engrosarse para ponerse a tono con su realidad política-electoral.

Esa sería la mejor manera de reconocer la importancia que le damos a la diáspora en nuestra entidad política.

Vista así las cosas, la gestión partidaria de la Fuerza del Pueblo (FP) se agiliza, se facilita y se fortalece mediante las redes de contacto que se tejen y giran alrededor de nuestros valiosos dirigentes de la dirección central neoyorquina de la circunscripción 1, a los cuales debe respetarse sus posiciones, sobre todo si valoramos que la buena representación política es un principio básico y universal constitutivo de las democracias.

Descartar de plano

De modo, que hay que descartar de plano la idea de que se reduzca la dirección partidista de la FP en la mencionada demarcación, a fin de que no se produzcan los vacíos de representación que ocurren cuando el número de su cúpula directiva no refleja fielmente la diversidad de su población, electorado y membresía, y cuando la militancia no tiene las mismas oportunidades ni goza de su derecho efectivo para estar en sus estamentos directivos.

Para finalizar, los dejo con estas preguntas que mueven a la reflexión: ¿Vamos a cometer la miopía de relegar y desvalorizar a miembros de nuestra dirección central, creando así espacios de exclusión en vez de inclusión? ¿Qué tan legítimo puede ser un partido que no representa la diversidad de sus adeptos?

¿No representaría esto un verdadero déficit democrático por sí mismo? ¿No se resentiría la calidad de la democracia interna y saldría afectada la estructura organizativa sólida y estable, que nos ha llevado a la posición del liderazgo de la oposición?

Para garantizar que nos mantengamos fuertes y unidos como la principal opción para el poder, es crucial que el presidente Fernández tome medidas decisivas. Al intervenir ahora, puede contrarrestar eficazmente la agenda disruptiva y antipolítica de quienes se oponen al crecimiento y ascenso de la Fuerza Popular a medida que nos acercamos a las cruciales elecciones de 2028.

¡Unámonos y animemos a nuestro líder a salvaguardar nuestro future, que es el futuro de la Republica!

 

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