Medio ambiente y Acuerdo de París
Con la salida de los Estados Unidos del Acuerdo de París pone al mundo patas arriba y deja abierta la brecha de qué países signatarios o no de este acuerdo puedan hacer un aprovechamiento de sus recursos naturales con menos limitaciones, lo que podría aumentar la producción de gases de efecto invernadero y variar la meta para mitigar el calentamiento global. Con la posible inobservancia de normas internacionales establecidas para el manejo del medio ambiente, haría más daños que bien al actual entorno.
¿Qué es el Acuerdo de París?
El acuerdo de París es un tratado Internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante adoptado por 196 Partes en la COP21 en París, el 12 de diciembre del 2015 y entró en vigencia el 4 de noviembre del 2016. Su objetivo es limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2, preferiblemente en 1,5 grados centígrados. Este objetivo se alcanza si los países se proponen alcanzar un máximo de emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para lograr un planeta con clima neutro para mediados de siglo.
El Acuerdo de París reafirma que los países desarrollados deben tomar la iniciativa en la prestación de asistencia financiera a los países menos dotados y más vulnerables, al tiempo que se alienta a las demás Partes a aportar contribuciones voluntarias. La financiación del clima es necesaria para la mitigación, ya que se requieren inversiones a gran escala para reducir significativamente las emisiones, siendo Estados Unidos de América el mayor aportador.
Los países con mayores emisiones de dióxido de carbono (que contaminan la atmósfera) son en primer lugar China con un 29.4%, Estados Unidos con 14.3%; Unión Europea con 9,8%, India con 6,8%, Rusia con 4,9% y Japón un 3,5%, que son los 6 países que representan el 68.7% de las emisiones, y los restantes 169 países, el 31.3%. En ese orden los que contribuyen más a la financiación del cambio climático son: Estados Unidos, China, India, Rusia, Brasil, Alemania, Francia, Reino Unido y Japón.
Según un nuevo análisis de Carbón Brief, un think tank británico especializado en analizar datos, los Estados Unidos deberían aportar casi 40.000 millones de dólares al objetivo de financiación del clima de 100.000 millones de dólares en fondos. Esto supone 32.000 millones de dólares más que los 8.000 millones que, se calcula, que el país aportó en 2020.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 29) celebrada el 24 de noviembre del 2024 concluyó con una nueva meta de financiamiento para ayudar a los países en desarrollo a proteger a su población y sus economías contra los desastres climáticos, y compartir los enormes beneficios del auge de las energías limpias. Se acordó triplicar el financiamiento de $100,000 millones hasta los 300,000 millones de dólares al 2035 el fondo.
Las principales áreas clave para aplicar programas de mitigación del cambio climático y reducción de gases de efecto invernadero:
1. Energías renovables (Expansión de la energía solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica. Eliminación progresiva del carbón y otros combustibles fósiles).
2.Eficiencia energética;
3.Movilidad sostenible y transporte (Fomento del transporte público y electrificación de vehículos; creación de infraestructura para bicicletas y movilidad peatonal);
4.Agricultura sostenible y reducción de emisiones del sector agropecuario;
5.Reforestación y conservación de bosques;
6.Gestión de residuos y economía circular;
7.Descarbonización de la industria;
8.Infraestructura y urbanismo sostenible; 9.Captura y almacenamiento de carbono,
y 10.Educación y concienciación climática.
Tirando un vistazo a la extracción del petróleo de rocas (se denomina Fracking), consiste en el proceso de perforación de rocas o esquistos para crear grietas artificiales y extraer los hidrocarburos atrapados en ellas) en Estados Unidos donde el presidente Donald Trump ha dicho que autoriza ampliar su explotación, podría tener un impacto negativo en el medio ambiente. Para explotar esas rocas es necesario hacer un estudio del impacto ambiental, lo cual parece que el gobierno de Donald Trump no está en posición de esperar.
Bajo ese contexto se provee que ciertas áreas protegidas y declaradas patrimonio de la humanidad puedan ser explotadas en República Dominicana y otros países, pero debería apostarse a que se haga cumpliendo con normas de medio ambiente establecidas a nivel local e internacional. Tales áreas protegidas a nivel de república dominicana podrían ser la mina de oro en san juan de la Maguana ubicada en el parque José del Carmen Ramírez en lo alto de la montaña donde nace el río san juan, así como también minas situadas en el parque Bahoruco, como son las de Tierras Raras y la Bauxita en Barahona.
Se espera que la República Dominicana siga como miembro del Acuerdo de París cumpliendo con las normas internacionales y locales de medio ambiente, con cuidado y preservación de los recursos naturales, promoviendo el desarrollo de energías renovables y explotando sus recursos de manera sostenible y resiliente.
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