Cómo y cuándo retornar a la educación presencial
La pandemia del coronavirus (COVID-19) tuvo un impacto catastrófico en la educación RD. Trastornó los procesos que estaban funcionando en los niveles preuniversitarios (preescolar, media y secundaria) y universitarios, tanto en el sector público como en el privado.
A los fines de preservar la salud y vida de estudiantes, personal docente y administrativo; aplicar el distanciamiento social y reducir la cadena de posibles contagios con la COVID-19, fue imprescindible suspender la educación presencial en las aulas, interrumpiéndose, desde marzo del 2020, el desarrollo del año escolar en todo el país.
Esa lamentable situación, sin precedentes a nivel mundial, obligó a las autoridades gubernamentales y educativas a implementar nuevos mecanismos y procedimientos para proseguir ofreciendo la educación formal fuera de las aulas.
En ese propósito se acudió a la modalidad de la educación a distancia y virtual, lo cual demandó de una inversión multimillonaria, ingentes esfuerzos del personal docente, stress y sacrificio de las familias. Así, en esas imprevistas condiciones, se reinició el proceso educativo RD fuera de las aulas.
Ahora que se empezó la vacunación contra la COVID-19 y que las tasas de contagio y mortalidad están bajando, surgió esta pregunta: ¿Cómo y cuándo retornar a la educación presencial en RD?
Sobre las posibles respuestas hay notables diferencias e intereses: Un sector de la comunidad educativa (ADP y maestros universitarios) condiciona el retorno a las aulas a la vacunación completa del personal docente y adecuación de los recintos escolares.
Mientras que el sector vinculado a los negocios de materiales e insumos educativos demanda por el más rápido retorno a las aulas. Las pérdidas económicas y la parálisis de pequeñas y medianas empresas vinculadas a las actividades educativas generan esa interesada presión.
La decisión de retornar a la educación presencial es más compleja entre las familias de los estudiantes. Los padres de niños y niñas de la primera infancia, de la juventud residente en los barrios pobres y de clase media baja requieren del más rápido reingreso a las aulas.
Por su parte, los estudiantes de la clase media alta son indiferentes a la fecha para regresar a las aulas y algunos hasta prefieren continuar con la educación virtual, ya que disponen de conectividad, equipos, dispositivos, condiciones y destrezas para la adquisición de conocimiento en dicha modalidad educativa.
Por su parte, el gobierno condiciona el retorno a la educación presencial a la reducción y control del coronavirus, para lo cual constituyó una comisión de funcionarios y técnicos de los ministerios de Educación y de Salud Pública para que, monitoreando la pandemia, procedan a elaborar un cronograma para el posible retorno a las aulas.
Consecuente con la panorámica descrita, las diversas presiones que al respecto se están ejerciendo y la importancia de ofrecer una educación integral, de calidad y sostenible; preservando la salud y vida de estudiantes y personal docente, sugerimos planificar las respuestas del cómo y cuándo retornar a la educación presencial apegado a estas condiciones:
1. Realizar la vacunación del personal docente preuniversitario y universitario durante la primera quincena del presente mes de marzo, para lo cual se debe involucrar a los estudiantes de términos de medicina de nuestras universidades.
2. Acondicionar los recintos escolares para reiniciar la educación presencial preuniversitaria (pública y privada) en los municipios de menor tasa de contagios con la COVID-19, preferiblemente, a partir del próximo 15 de marzo.
3. La educación universitaria presencial debe pautarse en forma gradual, otorgando prioridades a la docencia que requiere prácticas en laboratorios, reducir la cantidad de estudiantes por secciones y programar el retorno general a la presencialidad a partir de la primera quincena de abril próximo.
4. Conforme vaya progresando el proceso de vacunación y la reducción del contagio, programar el retorno gradual a las aulas para el resto de los estudiantes y personal docente en la educación preuniversitaria.
5. Para todos los casos, será imprescindible el fiel cumplimiento del protocolo que conlleva el uso obligatorio de mascarilla y el adecuado distanciamiento social.
Así, con planificación, gradualidad y cumpliendo con el protocolo sanitario, estaremos en condiciones de regresar a la educación presencial, tan importante para volver a la normalidad en nuestra sociedad; coadyuvar con los sectores económicos que se mueven alrededor de la educación, aliviar las estresantes situaciones de los familiares de los educando y al mismo tiempo seguimos preservando la salud y vida de los integrantes de la comunidad educativa RD.