OPINION: La dimensión ética de dos candidaturas

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EL AUTOR es escritor y político. Reside en Santo Domingo.

Muchos ciudadanos ven con suspicacia cuando un empresario aspira a ser
presidente de la República; y en cierta medida no dejan de tener razón. No pocos
empresarios han hecho su fortuna a través de una asociación espuria con el poder.
En este año hay dos que aspiran a dirigir los destinos nacionales; y entre ambos
existen grandes diferencias, expresadas básicamente en lo ético como en lo
intelectual.

Empecemos por señalar que los padres de estos dos empresarios dirigentes
políticos vienen de orígenes humildes.

La historia del aspirante por el partido del gobierno, de ser hijo de un barbero, es
la de algunos dominicanos que vienen del polvo y logran hacer grandes fortunas,
aunque sea cierto que no todos cuentan con la misma suerte. En lo que respecta a
Luis Abinader, su padre, el doctor José Rafael Abinader, de orígenes modestos, fue
un reconocido político, empresario, académico e intelectual; quien tras el
fallecimiento de su padre, a muy temprana edad se vio obligado a asumir las
riendas de la familia, al ser el único profesional de siete hermanos.

Si hacemos un breve análisis acerca del patrimonio de ambos aspirantes a la
Presidencia de la República, de inmediato nos daremos cuenta de que tienen
orígenes muy distintos. Si algo le reconoce la sociedad a la familia Abinader y a su
patriarca, José Rafael Abinader, es el origen transparente de su patrimonio,
sumado a la honestidad e integridad en la vida pública y privada. Esto no quiere
decir que el padre de Gonzalo Castillo no sea un hombre honrado y que no le haya
dado a su hijo esos valores que nuestros abuelos nos inculcaban.

José Rafael Abinader fue un funcionario público ético, honesto, eficiente y Luis
Abinader, contrario a su adversario político, es un emprendedor que nunca ha
tenido un escándalo público ni privado.

Las instituciones y empresas de la familia Abinader, iniciadas por su padre desde
los años 80 y continuadas por sus hijos, establecieron un protocolo de no hacer
negocios con el Gobierno, sean estos amigos o desafectos. Es por eso que la
Universidad Dominicana O&M, la principal universidad del país en términos de
matrícula de estudiantes, es la única que no acepta subsidios ni donaciones del
Gobierno. Por igual otras empresas familiares, por ejemplo, Cementos Santo
Domingo, creada por Luis Abinader, continúa con el mismo protocolo.

Esta empresa familiar nunca ha aceptado ser suplidor del Estado ni tampoco el
subsidio a los combustibles que les otorgan a todas las industrias del país.

Cuando Luis Abinader fue miembro del Consejo de Administración de la CCDEE no
aceptó remuneración ni dieta, en tanto concebía que fue a servir a la institución en
un cargo que entendía debía ser honorífico; y bajo esos conceptos, además,
mantenía su independencia de criterios a la hora de tomar decisiones en el
referido organismo.

En el caso de Gonzalo Castillo, viniendo de orígenes humildes, podría destacarse su
emprendedurismo. Él mismo habla de sus inicios como suplidor de equipos de
computadoras; sin embargo, contrario a Luis Abinader, uno de sus principales
clientes siempre ha sido el Gobierno dominicano. En otras palabras, el
emprendedurismo del candidato peledeísta encontró desde su origen un gran pie
de amigo que le dio grandes ventajas frente a otros emprendedores menos
afortunados.

Hay un dato relevante en el gran crecimiento del patrimonio económico de
Gonzalo Castillo. Cuando en el año 2006 Danilo Medina rompió sus relaciones con
Leonel Fernández, encontró refugio en las oficinas de Aero Ambulancia, propiedad
del hoy candidato presidencial, en donde se acomodó en un piso de lujo.
Prácticamente se convirtieron en socios, y de esa manera se estableció como uno
de los principales soportes financieros de Medina.

Al asumir Danilo Medina la Presidencia de la República, uno de los primeros
decretos fue la designación de su socio económico como ministro de Obras
Públicas, que por lo regular ese cargo se le otorga a un recaudador, ya sea del
mandatario o ya del partido, a fin de que pueda compensar a los amigos que fueron
solidarios cuando el candidato estaba falto de recursos económicos. Recordemos
que Víctor Díaz Rúa era secretario de finanzas del PLD cuando éste retornó al
poder en el año 2004 y fue designado ministro de Obras Públicas por el entonces
presidente Leonel Fernández, y los detalles de esa historia son bien conocidos.

En el Ministerio de Obras Públicas, siendo la pieza clave del presidente Medina,
Gonzalo actuó por la libre, a sus anchas; y se habla de muchas acciones non santas
que le favorecieron a nivel patrimonial. Además, siendo Ministro construyó
muchas obras a través del consorcio Odebrech, firmando varios adendas a los
contratos, mecanismo usado por la empresa brasileña para sobrevaluar las obras y
pagar los sobornos. Debe entenderse, que el súper Ministro de Danilo Medina no
ha sido llamado oficialmente a responder en este caso de corrupción internacional,
porque quien investigó el entramado de corrupción forma parte del mismo círculo
del candidato de la cúpula del PLD.

Como es de conocimiento público, las dos empresas más importantes del señor
Gonzalo Castillo, Helidosa y Aero Ambulancia, tienen como su principal cliente
nada menos que al Gobierno dominicano, por lo que la mayoría de empleados
públicos le pagan una iguala a Aero Ambulancia. Además, se sabe que Danilo
Medina, desde su primer viaje al exterior como presidente, viaja en un avión
propiedad de Helidosa, de Gonzalo Castillo. Muchos se preguntan, ¿Viaja de bola el
presidente o le contratan el avión al socio?

De igual manera, si nos vamos al proyecto turístico inmobiliario adquirido al Banco
de Reservas en la provincia de Barahona, encontraremos que los principales
adquirientes de esas unidades turísticas eran contratistas del Ministerio de Obras
Públicas, y donde también usó los equipos y recursos humanos del Ministerio que
dirigía para realizar mejoras en caminos y carreteras cercanas al proyecto.

Vender o hacer negocios con el gobierno no es necesariamente ilegal ni anti ético;
todo depende de si se respeta o viola la ley 340-06, de Compras y Contrataciones
de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones,

Lo que sí dicen las historias de los candidatos es que hay dos comportamientos
distintos en la forma de ver y accionar de ambos empresarios y aspirantes a la
Presidencia de la República: por un lado, el opositor Luis Abinader, al que no hay
manera de cuestionarle el origen de sus recursos y quien nunca ha hecho negocios
con gobierno alguno; y el del señor Gonzalo Castillo, que su fortuna ha provenido
de contratos con su gobierno, y muchos de estos han sido seriamente cuestionados
por su falta de transparencia.

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Jamil
Jamil
5 Años hace

Para muchos Luis no es tan decente sino vean las redes todo lo que dicen de su dinero y su relación con los gobiernos del PRD.

Elvis Peña
Elvis Peña
5 Años hace
Responder a  Jamil

Distinguido Jamil.
Podría decir usted cuales fueron los actos cometidos por la Familia Abinader, durante los gobiernos del PRD?

Aperez
Aperez
5 Años hace

Tal y como deja entrever el señor Santos en su artículo, a Gonzalo castillo hay que investigarlo, de pies a cabeza. Y también por el fraude en las primarias del PLD. Gonzalo es UN CASTILLO DE ARENA!