Visión hipolitista de la Constitución

Las declaraciones que ha ofrecido a la prensa, de dos semanas hacia acá, el señor Ramón Ventura Camejo, titular del Ministerio de Administración Pública y miembro del Comité Político del PLD (Partido de la Liberación Dominicana), me han hecho presumir que va muy en serio el plan de repostulación del presidente Danilo Medina. Llama la atención la compostura con la que Ventura Camejo ha hecho sus planteamientos. Considera impostergable el debate de una reforma constitucional para permitir un segundo período presidencial consecutivo. Aunque llama su propuesta “sistema norteamericano”, admite que el espíritu de la misma está en el artículo 49 de la Constitución de 2002. Es cierto, la referida disposición expresa: “El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por votos directos y podrá optar por un segundo y único mandato constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo, ni a la vicepresidencia de la República”. Ventura Camejo no se expresa como un fogoso danilista. Y sus argumentos lucen convincentes. Considera un desacierto, en la reforma de 2010, modificar el contenido del artículo 49. Lo espinoso de su propuesta viene dado en que debe ser “en este momento que procedamos a corregir un desatino de la Constitución del 2010”. Hay que recordar que Iniciando su tercer mandato, en 2008, el entonces presidente Leonel Fernández afincó públicamente su intención de reformar la Constitución, para lo cual había dado algunos pasos preparatorios. A un mes de juramentarse como Presidente, depositó en el Congreso Nacional su propuesta de reforma a la Carta Magna. En la ocasión, el gobernante adelantó su presunción de que el proyecto entregado al Senado traería controversia. La predicción se basaba sobre todo porque se estaba introduciendo otra modificación en lo relativo a la reelección presidencial, el punto más llevado y traído en la historia de las reformas a Ley Fundamental dominicana. Ya el presidente Fernández tenía asegurada una reelección y gobernaba la nación por tercera vez, pero el texto aprobado en la reforma de 2002 colocaba al mandatario una piedrita en el zapat le impedía de por vida presentarse a la candidatura presidencial. Este punto constituía el interés personal de la reforma que promovía Fernández. Meses antes había expresado a medios de comunicación que el “jamás” ( “…no pudiendo postularse jamás al mismo cargo…”) que aparecía en el artículo 49 del texto vigente en ese momento, representaba la “visión hipolitista” de la Constitución, al mismo tiempo llamaba a definir cuál modelo de reelección se habría de establecer en la República Dominicana. El modelo 2002 ahora favorecería al presidente Medina. Si Fernández fuera electo presidente en 2016, acogería, como lo hizo en 2008 la “visión hipolitista”. Mientras tanto, Ventura Camejo lo llamará modelo norteamericano y lo considera el más democrático. Una vez más, asuntos coyunturales inducen a reformar la Constitución.

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