También en la maternidad es necesaria la prevención
En las últimas décadas las orientaciones de las políticas de sanitarias han pasado a considerar especialmente la práctica de la prevención en salud. Estas se definen como aquellas actividades que permiten a las personas tener estilo de vida saludable y a las comunidades crear y consolidar ambientes donde se promueve la salud y se reduce el riego de la enfermedad.
La eficacia de un sistema de salud está fundamentada en la prevención; es más favorable, socialmente, mejora y reduce en términos cuantitativos y cualitativos los indicadores de salud.
Es mejor prevenir que curar, porque dejar pasar la enfermedad significa un gran costo de dinero, en sufrimiento, y pone en riesgos las expectativas de vida de las personas e incrementa la morbilidad y mortalidad causadas por todas las enfermedades.
Es muy lamentable y preocupante, pero nuestro sistema de salud es más propenso a la curación que a la prevención. Por eso es que las enfermedades transmisibles, no transmisibles y contagiosas, los accidentes de tránsitos, entre otras, poseen, hablando en término epidemiológico, una curva alta en la incidencia y la prevalencia d estos males. Y la mortalidad materna e infantil es muy alta.
A raíz de la situación alarmante y de pánico suscitado en la población por la alta morbi-mortalidad causada por el virus del dengue, el Ministerio de Salud activa operativos y campañas en aras de combatir la enfermedad, echando al olvido las otras condiciones de salud que también diezman a la población como lo hace el dengue.
Y en este contexto, hay que hacer referencia a un indicador básico de salud, que aunque siempre ha estado en primera línea entre los objetivos del sistema sanitario de la República Dominicana, es el caso de la mortalidad materno infantil, sin embargo y a pesar de ello, es muy poco lo que se hace en el orden de prevención en ese amplio segmento de la población dominicana.
De acuerdo con los informe del Ministerio de Salud Pública, el pasado año de el sistema registró 178 muertes maternas y las de infantes fueron de 3131. Ambas están asociadas a patología relacionadas con el embarazo y el parto: síndrome hipertensivo del embarazo, hemorragia post-parto, las infecciones y el aborto, la tasa de mortalidad de los infantes ocurren el neonato y en el periodo perinatal.
Son indicadores que cuestionan profundamente la funcionabilidad del Estado dominicano. Datos que revelan claramente que la República Dominicana no es el mejor país, junto a Haití para ser madre o nacer.
Como es posible que en la República Dominicana con una economía en constante crecimiento año por año, 15 madres dominicanas y 260 infantes pierdan la vida cada mes por algo tan natural y fisiológico como son el embarazo y el parto.
A seguidas cabe la interrogante: ¿Es la falta de voluntad política de los gobernantes o es incapacidad de los gestores del sector salud para lidiar con el problema?.
De modo que el panorama sanitario de la salud a nivel nacional revela que el modelo de atención orientada a los tratamientos médicos curativos, ha fracasado en la República Dominicana y, debe de ser reorientado al sistema de salud donde prime la prevención.
Es relevante destacar que entre los factores de riesgos asociados a la mortalidad materno-infantil, en un sistema de salud con eficacia en materia de prevención, son fácilmente controlables, siendo el más importante de ellos el chequeo prenatal, porque este es determinante en el control de los demás indicadores de riesgo en la mortalidad materno infantil.