Sobre las reelecciones

 
 
 
Una reelección presidencial depende de coyunturas, de circunstancias, de situaciones partidistas que se dan en el momento. Los hombres son agentes de su destino. No visto el futuro  como algo providencial, si no la unión de situaciones que se convierten en coyunturas favorables o desfavorables. El futuro se comienza a levantar ahora.
Por consiguiente, las puertas de una reelección nunca están cerradas. Sólo circunstancias específicas que se dan en un año electoral pueden llevar a buscar otro período o rechazarlo. La Constitución en cuatro años puede ser cambiado, si se cuenta con la fuerza y el apoyo partidario y económico necesario.
La reelección por si misma no es mala. En la República Dominicana se satiriza la reelección porque por la fuerza de sus manos  Trujillo y Balaguer se eternizaron por 50 años del pasado siglo.
Pero Trujillo y Balaguer fueron productos de hechos históricos nacionales y de acontecimientos externos  que los mantuvieron en el poder, aún y a pesar de tener una creciente oposición y el enfrentamiento de sectores determinantes del país.
Trujillo y Balaguer fueron producto de una intervención militar norteamericana y de la desesperación de dominicanos conservadores quie pènsaron que era mejor una dictadura, un gobierno de muñeca de hierro, antes de caer en la anarquía o una nueva conflagración. Todos los dictadores cuentan con el apoyo de segmentos poblacionales, sobre todo en la mayoria silente.
Trujillo llega detrás de las botas norteamericanas, y sale del poder cuando ya deja de ser útil a sus padrinos, y se convierte en una anticualla que hay que remover. En el Caribe, Trujillo era una pieza desgastada e inservible. La llegada de Fidel Castro, y la pronta organización de las fuerzas expedicionarios del 14 de junio, le indicó a los norteamericanos que Truijillo saldría por una revolución popular, o con una acción directa  que permitiera continuar con el sistema.
Balaguer fue la ficha sacada de la manga por los norteamericanos, para continuar con el dominio político militar que dejó la intervención militar. Sus doce años fueron reelecciones continuas, apoyadas por fuerzas extrañas que finalmente lo dejaron abandonado.
Balaguer retorna luego para gobernar otros diez años, pero su estado de salud presagia o una muerte o una incapacidad en el poder, lo que llevaría a un posible estalllido popular, o choques entre los sectores militares que le eran leales, siendo enemigos entre si.
Sólo  si las grandes masas tienen el deseo del continuismo, se pueden producir nuevas reelecciones. El hombre es un agente de su coyuntura personal y social. A cuatro años es difícil hablar de reelección. La Constitución nunca es obstáculo, porque situaciones partidistas siempre harán posible su modificación.
El hombre y sus circunstancias, como dijo Ortega y Gasse, son los agentes de la historia, Un marxista de viejo cuño prefería decir el hombre y su coyuntura, o el reflujo de las masas, son determinantes para escribir la historia presente. Ahora mismo hay un proceso al doblar la esquina, las evaluaciones y las perspectivas futuras son parte de lo  que dijo otro pensador hace 20 siglos: cada día trae su afán…
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