Sin reformas sociales profundas persistirá el dolor de la injusticia sobre los sectores populares
De tanto sufrir el paciente llega a acostumbrarse al dolor, al punto que cuando la dolencia recrudece apenas percibe la diferencia y cualquier alivio, por tenue que resulte, lo asume si el padecimiento se hubiera disipado.
Así es el comportamiento del amplio asentamiento social que malvive en Villa Pobreza, donde el cambio del garrote por el látigo constituye un alivio para sus laceradas espaldas, constantemente golpeada por la injusticia.
Al otro lado de la verja de la miseria no se habla de salud, educación, vivienda digna ni empleo formal porque esos parámetros del desarrollo humano apenas se perciben y la esperanza de que alguna vez se conviertan en realidad se derrama como agua entre las manos.
La clase media funge como un hermano mayor contestatario que hace uso de los medios de comunicación, redes y de las Plazas Públicas para protestar y ejercer presión social en reclamo de tal o cual conquista o para que se revoque alguna medida.
En los quintiles que reúnen a grupos sociales de menor ingreso se brega todos los días, con o sin crisis nacional o foránea, con el drama de inflación y desempleo, al punto que desafían leyes de la matemática al sobrevivir con menos de la mitad de lo que cuesta la canasta básica.
El liderazgo de la clase media se activó contra el aumento de la tarifa eléctrica y logró su revocación aunque nunca se enteró que la Superintendencia de Electricidad había anulado por su cuenta el subsidio a los consumidores de las favelas.
La inflación interanual, que se situó en 9,4%r, comenzó a ceder al ubicarse al mes de junio en 4,9%, por lo que el Banco Central ha retomado la meta de 4+-1 para el 2023, lo que supone un alivio para el sector intermedio de la economía y el consumo, pero la carestía es dolor permanente que sufren los sectores marginados o excluidos, sometidos a la exclusión social y económica.
Los clase media no tendrían mayor interés en participar en el debate sobre pertinencia o no de que el gobierno traspase el control de hospitales o ciudades sanitarias al sector privado, vía patronato, porque su derecho a la salud todavía lo ejercen a través de las clínicas.
Los temas que llaman la atención a esa estratificación social están vinculados con la lucha contra la corrupción, institucionalidad, medio ambiente, transparencia y la inflación cuando se convierte en peligro de desalojo de los supermercados.
Control de inflación y consolidación del crecimiento son conquistas de gran valor para la economía y de impacto directo sobre la clase media, pero sin reformas sociales profundas, persistirá el dolor de la injusticia sobre las costillas de los sectores populares.
JPM

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
BANFONDESA es galardonado líder «Instrumento Sostenible»
Trump, los dominicanos y el dilema de los republicanos
LIDOM y FENAPEPRO negocian salida jugadores a ligas asiáticas
Productores de Línea Noroeste recibirán $23MM energía solar
Dominicano Towns anota 29 y ayuda Knicks a final Copa NBA
Danilo Medina reitera PLD es «esperanza redención pueblo»
La impunidad no se negocia
Mets contratan a Jorge Polanco; Amed Rosario a los Yankees NY
El diablo está de luto
Reconocen médico dominicano en premiación salud de IOCIM













