OPINION: Sentido fallecimiento en San Cristóbal
SAN CRISTÓBAL.- En horas de la mañana del jueves 9 del presente mes, falleció en esta ciudad la distinguida señora Ana Gloria Nina, conocida popularmente como doña Mapo.
Doña Mapo era la madre del reconocido intelectual dominicano Dr. Odalis G. Pérez, y esposa durante 67 años de don Luis Pérez, quien durante muchos años fue miembro de la Banda Municipal y primer gobernador de la Provincia San Cristóbal de un gobierno democrático, en 1963, durante los siete meses del gobierno del presidente Juan Bosch.
Tras la caída del gobierno del profesor Juan Bosch, don Luis Pérez fue enviado al exilio por la Junta Militar gobernante, entregándole 50 dólares en el aeropuerto para que se desempeñara a su llegada a Europa, a un país desconocido y de un idioma que tampoco conocía.
Estando sola con sus 4 hijos y sin un ingreso fijo, doña Mapo se entregó por entero a la crianza y educación de éstos y el sostén económico de su hogar, para lo cual abrió un salón de belleza en la sala de su casa, en donde trabajaba con escasas herramientas, pero con gran dedicación. Para entonces, era común que las mujeres de pelo crespo recurrieran al llamado paso de peine caliente.
Desde que enviaba a sus hijos a la escuela y hasta avanzada la noche, doña Mapo recibía sus clientes. La destreza de sus manos, su facilidad de palabras y don de gentes favoreció que su clientela aumentara rápidamente, permitiéndole obtener ingresos para el sostén de su familia e incluso de vez en cuando enviarle algún dinero a don Luis que permanecía exiliado en Europa.
Ese ejemplo de entereza fue asimilado y elogiado por la población de San Cristóbal, que vio en doña Mapo una madre y esposa dedicada, que con gran sacrificio levantó una familia ejemplar, sin que menguara en su afán ni se escudara en su desamparo durante los años en que su esposo don Luis Pérez se mantuvo como exiliado político en Europa.
El fallecimiento de doña Mapo enluta una familia distinguida de San Cristóbal, que sufre con su muerte. Pero puede levantar como estandarte el ejemplo de esta mujer laboriosa que no se doblegó ante la adversidad sino, que por el contrario, se creció como madre y esposa virtuosa.