Semana sangrienta en Estados Unidos
Washington (PL) La masacre de nueve ciudadanos negros en una iglesia marcó el acontecer estadounidense esta semana y reavivó el debate nacional sobre la violencia racial y el control de armas en el país.
Al condenar los sucesos, el presidente Barack Obama, mostró ante las cámaras de televisión su impotencia para avanzar en la solución de un problema que además de sus tintes raciales muestra la polarización existente en la sociedad y en el legislativo, negado hasta ahora a producir leyes que frenen estas acciones.
El autor de la balacera, Dylan Storm Roof, un hombre blanco de 21 años, fue capturado el jueves en la localidad de Shelby, Carolina del Norte, y ahora enfrenta cargos judiciales por los que puede enfrentar la pena capital.
El mandatario dijo que es momento para reflexionar acerca de la filosofía, el sistema de leyes, el control de las armas de fuego y el modo de vida que ocasiona comportamientos criminales como este.
En demasiadas ocasiones he tenido que hacer declaraciones similares, después de lamentables incidentes de violencia armada en los que murieron personas inocentes, pero ahora es el momento de sanar las heridas, honrar a las víctimas y seguir adelante, agregó Obama.
Este sábado en un editorial sobre el problema el diario The New York Times pregunta… seguir adelante hacia …¿qué?. Hacia la carnicería inevitable la próxima vez, lo que recoge el sentimiento de frustración que envuelve a los estadounidenses.
Plantea el rotativo que de todos los factores en el centro de la tragedia está el problema del fácil acceso a las armas el cual debe ser el más susceptible de reforma.
Las leyes del país permiten esta continua tragedia nacional, acentúa el diario y acusa al Congreso de invalidar los esfuerzos de Obama cuando rechazó sus propuestas para una mayor seguridad de estos artefactos después de la masacre de 2012 de 20 escolares de Connecticut.
Obama debe reunir la fuerza política plena en la reactivación de su demanda de acción del Congreso, pese a que el foro es esclavo de los deseos del lobby de las armas, señala.
Desde 2009 ocurrieron en Estados Unidos más de 50 masacres con armas de fuego, en instituciones civiles y militares, y una de las más notorias la de diciembre de 2012 en una escuela de Newtown, Connecticut, en la cual murieron 20 niños y seis adultos.
Este viernes Obama lamentó el poder de la Asociación Nacional del Rifle en el temas de los derechos de portar armas y dijo que no preveía ninguna acción legislativa adoptada por este Congreso.
El jueves la Fiscal General Loretta Lynch dijo durante una conferencia de prensa en Washington que su departamento estaba investigando el caso como un posible crimen de odio, prometiendo llevar el presunto autor ante la justicia.