Paremos el crecimiento de la obesidad

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ARCENIO ESTEVEZ MEDINA

Todos estamos obligados a hacer algo para detener el avance de la preobesidad y la obesidad.  Cada uno, sin importar el lugar que ocupe en la sociedad, tiene la posibilidad de realizar su aporte.  El sacrificio no se puede postergar porque de lo contrario ponemos en peligro la salud de la humanidad.

Los padres en la casa, maestros en las aulas, trabajadores sociales, grupos comunitarios, iglesias, ateos, dirigentes políticos, empresarios, líderes deportivos, comunicadores sociales,  ciudadanos del mundo digital y en especial los médicos; todos debemos elaborar un plan para que este padecimiento no siga adueñándose de la capacidad productiva, felicidad y vida de las personas.

Un llamado al Gobierno Central y a los Ayuntamientos

El trabajo más efectivo lo puede hacer el gobierno central y los Ayuntamientos.  El gobierno diseñando y poniendo en marcha un plan de educación nutricional en todos los niveles de las escuelas (inicial, básico y medio) y el Ministerio de Salud Pública también es un actor involucrado de manera directa en la solución de esta problemática, por tanto, debe jugar un papel protagónico para que se detenga el avance de la obesidad y sus consecuencias (infarto agudo al miocardio, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial, diabetes, cáncer, artritis, discapacidad, etc.) en el país.

Por otro lado, los cabildos también pueden ayudar a producir el cambio, creando espacios, en sus jurisdicciones, donde la gente pueda ir a ejercitarse y recibir asesoría de profesionales de la nutriología clínica respecto a la alimentación correcta y tipo de ejercicio que amerita cada caso, previa evaluación facultativa.  Proyectos de esta naturaleza reciben, con mucha facilidad, el apoyo financiero de organismos internacionales comprometidos con la lucha en contra de este padecimiento.  ¡Anímense funcionarios! Fue para eso que el pueblo –equivocado o no- los eligió.  Sólo hay que aceptar el desafío que representa la búsqueda de solución a este creciente mal que amenaza con extenderse muy pronto a un amplio segmento poblacional.

Existen espacios en muchas ciudades donde la gente de manera espontánea va a ejercitarse.  Los Ayuntamientos deben aprovechar esa tendencia natural y organizar lugares próximos a éstos para asesorar a los usuarios en cuanto a alimentación correcta y el tipo de actividad física que le conviene a cada uno de acuerdo a su situación. Una asociación entre el Ministerio de Salud Pública que pague el personal de salud y las alcaldías que corran con los gastos de los entrenadores, daría un ejemplar e innovador servicio a los munícipes, que dejarán de hacer ejercicios físicos inapropiados para realizarlos de una forma acorde a sus necesidades particulares.

Al final de la jornada, con estas medidas tendremos ciudadanos más sanos, felices y con muchas posibilidades de tener un desarrollo humano muy alto porque con ese objetivo logrado es fácil conseguir lo demás.

jpm

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