Orígenes de «La Cafetera» 

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POR VICTORIA CURIEL

Corría el año 1930, antes del ciclón San Zenón que devastó la capital dominicana, cuando don Benito Paliza, español inmigrante a Santo Domingo, tronco de una respetable familia dominicano-española se convierte en el “pionero en la torrefacción de café en el país”.

En esos años, por su gran afición por la cultura decide abrir la Cafetera Colonial, mejor conocida como “La Cafetera”, con el propósito, entre otros objetivos, de promover tertulias artísticas y literarias en dicho local ubicado en la Calle de El Conde, tal como lo indica una placa colocada en la pared de la entrada al citado establecimiento donde se describe brevemente esta historia.

Como don Benito venía de España, desde el principio de sus afanes comerciales tuvo esta gran idea de un sitio o punto de reunión de personas cultas, motivado por la costumbre europea de los cafés, bares, bistró, en fin, rincones donde tomar un buen café o té, tomarse un bocadillo y hasta una caña o cerveza.

Contribuyó mucho al éxito de este negocio que ya finalizando la década del 30, y entrando en los 40, es decir, primera y segunda guerra mundial, llegaron al país refugiados españoles, huyendo a la guerra civil y de la dictadura de Franco.

Estos nuevos migrantes han sido fundamentales en muchas áreas de la economía dominicana, así como del desarrollo de las artes, la educación y la cultura. Muchas personas conocimos a connotados maestros de escuelas públicas y colegios, así como universitarios, como fueron don Poncio Sabater y su esposa Amelia, tronco de la familia Macarrulla-Sabater. Mis recordados profesores del Colegio Santa Teresita. El matemático don Amós Sabrás, profesor de álgebra, y don Malaquías Gil, entre otros.

También, en las artes plásticas y visuales, son muchos talentos, como músicos fundadores de la Sinfónica Nacional, como el maestro catalán Enrique Casals Chapí, quien la dirigió por más de 20 años; los escritores, historiadores y críticos de arte doña María Ugarte y Manuel Valldeperes. En otros áreas de la plástica, se destacaron y fueron profesores de la Escuela Nacional de Bellas Artes y de otras academias: Gausachs, Prats-Ventós, Manolo Pascual, Vela-Zanetti, y otros importantes artistas.

Esta pléyade de personajes le dieron el sello de “lugar especial” que conserva este punto. Al día de hoy, el duendecillo principal es el pintor José Cestero, visitante fiel del sitio, quien califica “La Cafetera” como “la única verdaderamente emblemática” entre las cafeterías antiguas de la Zona Colonial.

Clientes frecuentes

Recuerda –y aclara que lo hace con imprecisiones– como don Pedro Mir recitaba allí los versos de su reconocido poema “Hay un país en el Mundo”,  y las encendidas discusiones que se generaban con las reacciones de otros poetas y críticos.

Y la nostalgia no nos permite continuar, sin el recuerdo que el personaje José Cestero, “Un Quijote Insular” atesora, es la figura de Pedro René Contín Aybar, poeta y crítico de arte, quien se sentaba al fondo de la cafetería elegantemente vestido, portando un colorido abanico de manos, que se ufanaba se lo había regalado Lola Flores.

Poseedor de una elegancia que sabía exhibir, caminaba por la calle El Conde, para ir al desaparecido “Ariete” o para completar su rutina en La Cafetera, donde se sentaba al fondo. Este y otros personajes,  Cestero, cronista de la Zona Colonial lo ha pintado en diferentes facetas y épocas.

Entre los pintores que más frecuentaban el lugar, además de Cestero, se cita a Guillo Pérez, Eligio Pichardo, Virgilio García, Paul Giudicelli, Radhamés Mejía, Jaime Colson y Julio Susana, Silvano Lora, Ramírez-Conde –El Condesito- Ada Balcácer, y otros integrantes del Grupo Arte y Liberación, el cual nació en la Revolución de Abril de 1965.

Siguieron a estos, muchos de la Poesía Sorprendida: Víctor Villegas, Freddy Prestol Castillo, Carlos Curiel, Alberto Baeza Flores, Manuel Mora Serrano, Ramón Francisco, Aida Cartagena Portalatín, Marcio Veloz Maggiolo, Antonio Fernández Spencer, Grey Coiscou, hasta seguirles algunos de los llamados miembros generación de los 80, o los “ochentistas”: Enriquillo Sánchez, Jeannette Miller, René Del Risco Bermúdez, Teté Robiou, Tony Raful, Pedro Peix, Andrés L. Mateo hasta llegar a los más jóvenes: Plinio Chaín, Miguel De Mena, Martha Rivera-Garrido, Scheresade –Chiqui- Vicioso, y muchos otros intelectuales de otras ramas, como la Comunicación, entre los que recordamos a don Juan y Félix Servio Ducoudray, ambos exiliados antitrujillistas, que al llegar de retorno, se insertaron hasta el momento de su desaparición física.

También, muchos políticos, sobre todo, los de izquierda han sido habitués de La Cafetera, desde Manolo Tavares Justo, Irlander Selig, Raúl Pérez Peña (El Bacho), hasta Silvano Lora, Narciso Issa Conde, José Israel Cuello y otros militantes de la Izquierda y de La Zona.

Historias

Las historias de La Cafetera son “únicas y muy pintorescas”, dan para varios artículos y hasta hacer un libro. Uno de sus más observados personajes fue el miembro del programa “Peña de Tres” que por años produjo Pedro Peix, de quien hablamos, junto a Tony Raful y Andrés L. Mateo. Este “poeta bello y con una impresionante caballera negra muy lacia”,  muy distinguido y excéntrico, tenía en el lugar su propia taza.

Por lo general no se sentaba, sino que disfrutaba su café de pie, se pavoneaba en su elegante estilo de vestimenta pulcra, y se iba… Todavía, pero no muy usual, podemos verlos en los bares y cafés de El Conde, exhibiendo ese porte de lord inglés o como piensan muchos, un personaje de Shakespeare. (Publicado en el 2013)

JPM

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Virgilio
2 meses hace

le faltó mencionar a don patín maceo, costumbrista y ocurrente personaje. también a los ajedresistas asiduos como alberto malagón. me acuerdo de la peña periodística liderada por mario Álvarez dugan, el inefable chuchito.

Pipí Alvar
Pipí Alvar
2 meses hace

gratos recuerdos de ese lugar. memorable el olor a café que a distancia se podía oler.