OPINION: ¿Trump a la altura de un Estadista?

Ya sabemos que cualquiera puede ser presidente hasta de su casa, donde tenga poder de influencia, dinero y liderazgo, pero ser un Estadista, tiene otra connotación y otra estirpe.

 

Ha tomado posesión el 45avo presidente de esta gran nación y él sabe que para triunfar debe tener un buen equipo. ¡De lo contrario le diremos, You are fired!

 

Trump ha nombrado a un equipo de ejecutivos corporativos a su gabinete, personas a su propia imagen, dominadas por ancianos blancos que han tenido éxito en los negocios y unos pocos generales jubilados que son líderes absurdos, como Trump se imagina a sí mismo.

 

Trump no ha demostrado mucho rango emocional. Él ha proyectado sobre todo la ira, el desprecio y la confianza inquebrantable de uno mismo. Pero las situaciones con las que tratará ahora requerirán un temperamento mucho más flexible y expansivo porque las condiciones varían mucho de un día a otro, a veces de una hora a otra.

 

Los estadounidenses ahora esperan que él, como su presidente, demuestre su fuerza en el trato con las crisis y los adversarios extranjeros, demuestre su disposición a cooperar en asuntos domésticos, demuestre paciencia para lograr metas a largo plazo que resista los arreglos a corto plazo, Y los enemigos para mejorar la cortesía, la comodidad de la nación durante las tragedias como los desastres naturales, y servir como un modelo a seguir para los jóvenes.

 

Trump, un multimillonario inmobiliario que nunca ha ocupado cargos públicos, tenía la personalidad óptima para hacer negocios y ganar la presidencia en un clima político amargo y desagradable el año pasado. Pero como presidente, los estadounidenses quieren más. Ellos quieren que sea más amable y gentil, al menos en algunas circunstancias, y no ha intentado ese enfoque de manera sostenida.

 

Donald Trump caiga o no, presa de la «Fiebre del Potomac” al gustarle tanto la capital DC y que se convierta en un «insider» de Washington, en vez de mirar a los erróneamente percibidos y a quien él crítico de la maquinaria política de EUA, es su misión. Parece ser que él no entrara a los días de gloria de EUA, por su ambivalente carácter.

 

 

Patriotas americanos, renunciemos a la cobertura mediática de la política como si fuese un entretenimiento, y en su lugar pergeñemos un sistema más parecido al que utilizamos para efectuar otras elecciones importantes para nosotros, como la de contratar asesor, concertar una cita de negocios, o casarnos.

 

La pregunta es si Trump tiene el rango emocional para desempeñar estos diferentes roles. Hasta ahora, no ha demostrado muchas de las cualidades expansivas que le ayudarían a gobernar o liderar verdaderamente el país, más allá de la ira, la indignación y el ego. Sus críticos de campaña, en particular la candidata demócrata Hillary Clinton, advirtieron que esto sucedería, argumentando que carecía del temperamento adecuado para ser presidente y comandante en jefe. Trump sigue alimentando estas dudas.

 

 

Sus relaciones con los medios de comunicación siguen siendo antagónicas y él y sus ayudantes han dicho repetidamente que los periodistas de la corriente principal son sesgados contra él.

Él y sus ayudantes criticaron las operaciones de inteligencia del gobierno, diciendo que en algunos casos sus propias fuentes privadas de inteligencia son superiores. Parece que no puede resistirse a regodearse acerca de su victoria en las elecciones y le encanta recordar a sus críticos -especialmente a los comentaristas de los medios- que estaban equivocados al despedirlo como candidato viable.

jpm/of-am

 

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