Navidad 2017
La navidad de hoy presenta dos enemigos involuntarios: el móvil, que nos impide asomarnos al rostro amado, y la prisa.
Navidad, en espera de las flores que ya no abundan, las aves preciosas que ya no emigran, la brisa pertinaz que ya no nos urge un abrigo.
La fiebre de las compras, la competencia, el hartazgo que nos distrae de los grandes emporios del hambre, donde los niños trabajan en los basureros.
La amenaza de una guerra nuclear, la irregularidad en las elecciones de los países conocidos como desarrollados, la falta de privacidad en la que nos involucran las redes sociales.
La intromisión de los gobiernos en la individualidad de cada quien. El incitar de los mercaderes a la locura del Black Friday: compra de artículos innecesarios.
Las manzanas ya no huelen. La industria del árbol de navidad no se detiene en su lucha por exterminar los ecosistemas.
Escasez de gatos salvajes, escasez de las flores de pascua en sus predios elegidos. El aliño del lechón viene embotellado.
Un niño en el algún lugar del planeta practicará fútbol con un coco seco, una gaviota se posará en los arenales de una playa y levantará vuelo con una croqueta.
En la navidad 2017, atrapados por la maruga cibernética del móvil, las personas se reunirán con interlocutores ausentes. Alucinados en la nube de la información, no disfrutarán del rutilante espectáculo de las estrellas.
Entre una llamada más y un mensaje más que les distraiga de los olores de la noche, la navidad 2017, transcurrirá con los nuevos robots de carne y hueso, dispuestos a la nueva morada de Marte.
En las ciudades cápsulas, no habrán conocido a la Tierra, la huella de los cascos de los caballos donde se posan las mariposas, la levedad del pensamiento terrícola, el cristalino fondo de los ríos donde abundan los peces, la belleza inconmensurable, que aún exhibe nuestro planeta.
Una navidad regida por la momificación del paisaje, la abundancia del polvo cósmico, el empequeñecimiento del cerebro humano, las guerras que desata el egoísmo de la compra-venta.
JPM
la esencia de esa romantica navidad hace tiempo que se perdio. excelente y conmovedor arti****.