Mensaje al Presidente Medina y al PLD
A medida que la manecilla del reloj acorta el tiempo para el 15 de mayo del 2016, fecha en que deberá celebrarse las elecciones presidenciales, esta vez unidas a las congresuales y municipales, tal y como lo establece nuestra Carta Magna, se siente un gran avispero en todo el cordón umbilical del sistema de partidos políticos, donde el PLD y los principales funcionarios del gobierno, así como diferentes sectores de la sociedad , no escapan a este gran evento que la democracia nos convoca para tan importante ejercicio cívico. Ha estado en la agenda del debate nacional la modificación constitucional para introducir la reelección presidencial que tantas lágrimas, sangre, dolor y sudor ha tenido que pagar el país en su vida democrática. Dirigentes y funcionarios del PLD han venido planteando la necesidad de que el presidente Danilo Medina opte por una posible reelección a pesar de que el profesor Juan Bosch en la Constitución del 1963 contempló la no reelección como una especie de criterio de principio. Paralelo a todo esto se ha venido desarrollando una agenda dual a lo interno del liderazgo nacional del PLD, que despertó hace más de un año el que varios miembros del Comité Político dieran el paso al frente para presentar su precandidatura presidencial por primera vez; bajo el entendido de que el expresidente Leonel Fernández su imagen no iba a estar en capacidad de sostener una candidatura presidencial y la reelección se incrementó y los aspirantes. Al no lograrse al día de hoy el avance y el posicionamiento de los aspirantes presidenciales peledeistas se ha desatado el gran debate de la posible reelección sin que se valore y se entienda que cualquiera de los aspirantes que el PLD presente tiene garantizado el triunfo de las próximas elecciones sin que haya la necesidad de sacrificar la autoridad y la credibilidad del presidente Danilo Medina en la sociedad dominicana con una aprobación de aceptación de 91%. El presidente Medina no cambiará su credibilidad por desconfianza, el amor que se ha ganado de su pueblo por odio. El respeto y la admiración por el irrespeto; su grandeza de humildad como mandatario por cosas pequeñas ambiciosas de gloria personal. No dañará su buena imagen y su autoridad como líder político y mandatario, que es muy necesario para el equilibrio democrático de la sociedad dominicana en estos momentos por una relección prohibida constitucionalmente. El mandatario con su popularidad y credibilidad ha tenido que ser gobierno y oposición independientemente de la desintegración de la unidad en el partido más grande opuesto al PLD. ¿Será esta magia posible mantener después de una reforma para la reelección? Y vuelvo a preguntarme ¿Logrará mantener la credibilidad, la popularidad de un 91% y el apoyo de sectores que hasta hoy lo hacen una vez el presidente le falte a su palabra de no reelegirse. Eso no será posible. El presidente no se dejará arrastrar por cantos de sirena, de funcionarios y dirigentes del PLD, ya que ha demostrado con su accionar como exitoso estratega político, tener bien claro y definido el objetivo de su agenda política. ¿Cargará el presidente en sus hombros con la responsabilidad de una reforma a la Constitución del 2010, siendo una obra importante a exhibir de los gobiernos del PLD para hacerse un traje a su medida con la reelección? Además, el ruido y el costo económico y político no siento ver al presidente pagando ese alto precio. Es decir, que la cantidad de dinero que llevará de presupuesto económico una reforma constitucional para establecer la imposición reelección nadie estará en capacidad en dar un número con exactitud por la cantidad de cientos de millones de pesos que se tendrán que invertir comprando legisladores de la oposición y del propio PLD. Así como, a periodistas, políticos, empresarios, religiosos y a otros sectores para que hagan coincidir una agenda común. La primera etapa de la reforma para imponer la reelección superaría con creces la inversión que se tendría que hacer para llevar a cabo el gasto de la campaña. ¿Estará el presidente pensando y dispuesto a culminar su mandato coronándolo con estos hechos y cambiar su imagen para ser otro más del montón o se casaría con la gloria y saldrá por la puerta grande y agigantado? Y nadie más que el presidente conoce a su partido y a la sociedad dominicana porque ha tenido amargas y dulces experiencias en su carrera política para una sabia reflexión. Muchos dirigentes políticos a lo interno y externo del PLD, así como sectores del país que hoy se afanan para que el presidente de la República le falte a su palabra empeñada, modificando una Constitución que es una buena obra a exhibir de los gobiernos del PLD antes lo descalificaban en sus aspiraciones presidenciales insistiendo de que no tenía el perfil y el carisma para ser presidente del país aludiendo que ministro de la presidencia ya era suficiente. Se ha dicho que la historia se repite como tragedia o comedia y la política al parecer como ironía. La Constitución establece su propia prerrogativa de su modificación, que en este caso bastaría con una comunicación para tales fines de parte del presidente o con la dos tercera parte de los legisladores presentes, pero a un alto precio por lo que ha significado históricamente el lastre de la reelección en nuestro país, lo que nos obliga a plantear que el presidente no debe inscribirse en la lista de quienes han incumplido y faltado a la palabra empeñada. Más se afectaría la imagen del presidente que ha demostrado honestidad, humildad y sensibilidad social. La reelección se convertiría en la manzana de la discordia no solo a lo interno del PLD con consecuencias impredecibles para su unidad partidaria, sino en toda la sociedad dominicana. El país tiene una profunda herencia social que data desde su fundación como nación, que sumarle el ruido y las consecuencias de la reelección es muy riesgoso para el liderazgo bien ganado y de la confianza a las políticas públicas del presidente y esta modificación constitucional rompería la tranquilidad relativa que vive el pueblo dominicano. Que no es posible con éxito no solo un proyecto reeleccionista, sino que no será triunfadora ninguna candidatura en condiciones normales sin el apoyo reciproco tanto de la fuerza económica y política que representan el presidente Danilo Medina como la del doctor Leonel Fernández. Es decir, que solo es posible una repostulación si es asumida plenamente por el expresidente y viceversa. Y no se vislumbra que esto pueda ya ocurrir por el crecimiento en la popularidad en los números en la recomposición de la imagen y apoyo del presidente del PLD. Jamás señor presidente mate el orgullo que tantos ciudadanos llevan en su sentimiento de compartir con usted la misma militancia partidaria y el honor de ser usted dominicano a cambio de intereses personales de sectores y personas que solo buscan usar su buena gestión para reelegir su bonanza. Aunque por otro lado habrán personas y sectores bien intencionados en pedir una reelección, pero en definitiva no es lo más conveniente a usted, al PLD y ni a pueblo dominicano. mbritomartinez@gmail.com