Maquiavelo y Odebrecht

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El autor es abogado y profesor universitario. Reside en Santo Domingo.

 

 

¡Solo siendo dominicano, se siente lo que yo siento!

 

Leyendo, analizando, comparando escritos, opiniones a favor y en contra de este jugoso y sensitivo  tema de Odebrecht, sus implicaciones, complacencias y burlas de las autoridades no tan solo al derecho dominicano, sino a la sociedad dominicana en general en el sentido de que como es posible tanto encubrimiento a estos Señores de Brasil sobornadores y de nuestra Republica Dominicana como sobornados, pues constituye una vergüenza que una empresa que ha declarado que se ha robado el dinero del pueblo dominicano a través de sobrevaloraciones de obras con el consentimiento de funcionarios del gobierno dominicano para conseguir contratos, quede liberada de toda responsabilidad mediante un Acuerdo fofo, falseando el derecho, sin base jurídica, por lo cual  me atreví a buscar en textos históricos a este genio de la política y del mal denominado Nicolás Maquiavelo, buscando en sus ideas filosóficas el origen que de manera distorsionada nos ofrece este político italiano:  Nicolás Maquiavelo, nacido en Florencia, Italia el 3 de mayo de 1469  y falleció a los 68 años, el  21 de junio de 1527 cuyo escrito principal EL PRINCIPE sobre habilidad política esencialmente amoral  e influyente, convirtieron su nombre en un sinónimo de astucia y duplicidad.

 

Algunas de sus más pintorescas y emuladas frases que motivaban acciones de quienes eran príncipes o quieren lucir o actuar como tales,  están, en su catálogo de maldad: “En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven”.

“Pocos ven lo que somos, pero todos ven,  lo que aparentamos”.

“Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”.

“El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo”.

“De vez en cuando las palabras deben servir para ocultar los hechos”.

 “Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que realmente eres”.

“El fin justifica los medios”.

 “Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira”.

 “Los hombres van de una ambición a otra: primero, buscan asegurarse contra el ataque y luego, atacan a otros”.

“La política no tiene relación con la moral”.

 “La promesa dada fue una necesidad del pasado; la palabra rota es una necesidad del presente.”

“No hay nada más importante que aparentar ser religioso”.

“Los príncipes y gobiernos son mucho más peligrosos que otros elementos en la sociedad”.

“Es doblemente placentero mentir al impostor”.

“El primer método para estimar la inteligencia de un gobernador es mirar los hombres que tiene a su alrededor”.

“Ante todo, ármate”.

“Para entender la naturaleza de la gente, uno debe ser un príncipe y para entender la naturaleza del príncipe, uno debe ser la gente”.

“Un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas”.

“El hombre olvida antes la muerte de su padre, que la pérdida de su patrimonio.

“El vulgo se deja seducir siempre por la apariencia y el éxito”.

“Si quien gobierna no reconoce los males hasta que los tiene encima, no es realmente sabio”.

“Los hombres deberían ser tratados generosamente o destruidos, porque pueden vengarse de las lesiones leves, de las fuertes no pueden.”

“El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar”.

“Hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí, el segundo entiende lo que los otros disciernen y el tercero no entiende ni discierne lo que los otros disciernen. El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil.

“Si una lesión tiene que ser hecha a un hombre, debería ser tan severa que su venganza no necesite ser temida”.

“Debe estimarse muy poco vivir en una ciudad donde las leyes pueden menos que los hombres”.

“Castigar a uno o dos transgresores para que sirva de ejemplo es más benévolo que ser demasiado compasivo”.

“Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla”.

“Es central saber disfrazar bien las cosas y ser maestro en el fingimiento”.

“La forma en que vivimos es tan diferente de cómo debemos vivir que el que estudia lo que debe hacerse en lugar de lo que se hace, aprenderá el camino hacia su caída más que a su preservación.

“Es necesario para aquel quien establece un estado y organiza leyes,  que  presuponga que todos los hombres son malos y que siempre van a actuar de acuerdo con la maldad de sus espíritus cada vez que tienen libre el camino”.

“Todo hombre que intente ser bueno todo el tiempo está destinado a venirse a la ruina entre el gran número que no son buenos. De ahí que un príncipe que quiera conservar su autoridad debe aprender a no ser bueno, y usar ese conocimiento, o abstenerse de usarlo, como la necesidad lo requiera.

“Cuando llega la noche, vuelvo a casa y entro en mi estudio. En el umbral me despojo de mis ropas sucias, sudorosas, de día de trabajo, me pongo las túnicas de la corte y del palacio, y en este vestido más grave entro en las antiguas cortes de los antiguos y soy recibido por ellos, y allí pruebo la comida que solo es mía, y para la cual nací. Y allí me atrevo a hablarles y preguntarles los motivos de sus acciones, y ellos, en su humanidad, me responden. Y por el espacio de cuatro horas me olvido del mundo, no recuerdo ninguna vejación, no temo más la pobreza, no tiemblo más ante la muerte: yo paso efectivamente a su mundo”.

Amigos lectores, al leer estas frases, pienso como actúan nuestras autoridades ante estos crímenes de robo a la Patria. Todos lucen estar inspirados en estas perniciosas frases, pues utilizan la astucia, la maldad, la mentira, el encubrimiento y todo cuanto el político Maquiavelo recomienda para mantenerse en el poder a costa del pueblo sano que rechaza estas actuaciones y de las cuales está dando soberanas muestras de que estamos saciados de tanta ignominia, corrupción, impunidad,  y falta de dignidad.

El Acuerdo contenido en la sentencia del Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, revela este uso indiscriminado de estos lesivos comportamientos contra el   alma nacional.

Señala la sentencia en las Motivaciones de su página 22, básicamente: El presente Acuerdo tiene el objetivo de defender el interés público mediante una colaboración de Odebrecht con el Ministerio Publico en ocasión a los hechos admitidos por Odebrecht en los acuerdos de lenidad que para el caso de RD entre 2001 y 2014, (es decir durante 13 años) realizó pagos de más de US$92 millones a funcionarios públicos del gobierno dominicano, al través de intermediarios a los fines de asegurar contratos de construcción de obras de infraestructura en RD.

En todo el texto del Acuerdo, no se defiende el interés público de RD, pues no hay acusador por su nombre,  ni acusados tampoco por sus nombres y en él se menciona  la definición de corrupción según la Convención Interamericana contra la Corrupción  en su Artículo VI.I.b, y que el Articulo 30 del Código Procesal Penal señala que el Ministerio Publico tiene la obligación de perseguir los hechos punibles de que tenga conocimiento y que él tiene la facultad de suspender, interrumpir y hacer cesar la acción pública, cuando ello sirva para optimizar el proceso de investigación para lograr objetivos de mayor relevancia para la política criminal del Estado; pero resulta que nuestro Ministerio Publico no ha perseguido a nadie, ha utilizado primero su facultad de interrumpir la acción pública antes que actuar y celebra,  sin perseguir a nadie,  el Acuerdo. Es evidente que la ley está siendo violada. 

Graciosamente, se nos expresa en el Acuerdo, que la Corte Interamericana de Derechos Humanos establece como derecho de la sociedad conocer lo ocurrido respecto de los hechos penalmente relevantes y su deber de actuar con diligencia en la investigación.

A varios largos meses de conocerse el escándalo de los sobornos y la sobrevaluación de obras de construcción, y de la pagada modificación constitucional, nadie ha sido encarcelado, aun cuando el que recibió los fondos lo ha admitido y quienes los entregaron también lo han admitido, pero no pasa nada; a nuestra sociedad no hay que darle explicaciones y mucho menos explicaciones serias, como expresaba Maquiavelo: “Es central saber disfrazar bien las cosas y ser maestro en el fingimiento” o  “El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar”.

En los demás países de América, sus autoridades han perseguido, acusado y encarcelado a numerosos actores, demostrando dignidad, y cumplimiento de sus respectivas leyes. Aquí no, aquí no tenemos esa dignidad, ni cumplimos las leyes.

En las motivaciones de la citada sentencia, se apela a la Convención de Naciones Unidas en el sentido de que cada país, velara por ejercer las facultades legales de que disponga según su Derecho interno en relación con el enjuiciamiento de personas por los delitos tipificados para dar eficacia a las medidas adoptadas para hacer cumplir la ley respecto de esos delitos, con la necesidad de prevenirlos.

Sin embargo, nuestras autoridades al hacer este Acuerdo no ejercen facultades legales de persecución de estos crímenes de soborno, lavado de activos, sobrevaloraciones mediante estafas, y abusos de confianza entre otros, sino que complacientemente seleccionan un Juez para que este en violación al Código Procesal Penal santifique el dicho Acuerdo, declarando el asunto complejo y se garantice nueva vez la impunidad de los actores extranjeros a cambio de una supuesta denominada indemnización, que en realidad es el doble de la multa que le seria impuesta por el monto del soborno, pero permitiendo contra la ley que la Odebrecht continúe trabajando y cobrando por los trabajos que todavía tiene pendientes de ejecución y devolviendo en un  plazo de 8 años,  los valores del soborno.

Es oportuno citar el Articulo  369 del Código Procesal Penal, para que se observe que el Ministerio Publico ni el Juez apoderado han cumplido la normativa, en el sentido de que cuando la tramitación sea compleja a causa de la pluralidad de hechos, que es el caso,  pues se trata de sobornos, estafas, lavado de dinero, pago de campañas electorales,  y otros,   del elevado número de imputados (aquí la falta estatal se ve mayor o se magnífica)  porque no existe un listado de imputados, sino  que dentro de un plazo futuro de 60 meses la Odebrecht tendrá la oportunidad de señalar con o sin pruebas creíbles no investigadas ni aseguradas por nuestro Ministerio Publico, a quienes ellos les plazca, de la misma manera que la esposa del Asesor de campaña del Presidente la Señora Mónica Moura dijo que Odebrecht había financiado entre otros países las elecciones de RD tanto en el 2012 como en el 2016 y ahora como una Maria Magdalena se retracta y niega esos graves hechos generando una inusitada algarabía en el gobierno dominicano, así como que tampoco hay víctimas visibles con nombres y apellidos como no sea el propio pueblo a quien le han robado, o por tratarse de casos de delincuencia organizada, que también es el caso, puesto que el Departamento de Soborno de Odebrecht fue radicado en RD en base a las facilidades de operación que encontraron en el gobierno nuestro, para desde aquí sobornar y transferir valores hacia los países y a personalidades compradas  o sobornadas; es complejo el caso cuando todos esos requisitos son cumplidos, no como vemos que si bien la complejidad la requiere el Ministerio Público titular, esta declaratoria ha sido hecha antes de la presentación de cualquier  investigación o requerimiento conclusivo, que siquiera induzca a pensar que tendremos a resguardo las personas físicas y los bienes del delito que son imputadas, por lo cual el Juez apoderado no puede declarar complejo este asunto pues sus vanas e inocuas motivaciones están alejadas de la verdad jurídica, y solo reflejan el deseo complaciente de aplaudir las acciones gubernamentales y encubrir en 60 días a los imputados y que solo se aplique el pago a plazos en 8 años, de los US$184 millones de dólares que firmo obligarse a pagar.

Una vez que el Juez de Instrucción haya autorizado como lo ha hecho, se producen los siguientes efectos, según el Artículo 370-6, del CCP, se permite al Ministerio Público solicitar la aplicación de un criterio de oportunidad si el imputado colabora eficazmente con la investigación, brinda información esencial para evitar la actividad criminal o que se perpetren otras infracciones, ayude a esclarecer el hecho investigado u otros conexos o proporcione información útil para probar la participación de otros imputados, siempre que la acción penal de la cual se prescinde resulte considerablemente más leve que los hechos punibles cuya persecución facilita o cuya continuación evita. En este caso, la aplicación del criterio de oportunidad debe ser autorizada por sentencia del juez o tribunal competente.

 

Este adquirido o forjado a la mala criterio de oportunidad,  tendría sentido en el presente, pero no es así, porque está pactado a futuro, en el sentido de que Odebrecht,  hoy, no ha colaborado sino que dentro de 60 días, ella dice que identificara los funcionarios públicos dominicanos sobornados, así como cuales obras fueron adjudicadas como consecuencia de los sobornos y cuales  personas facilitaron a entregar los sobornos, y con esa promesa, los funcionarios de Odebrecht quedan libres penalmente y pueden continuar sus obras pendientes y hasta participar en nuevos concursos de construcción.

 

Es lógico que el Acuerdo debió tener lugar luego de identificarse los nombres del sobornante, los intermediarios, de los sobornados, sus montos junto a las operaciones de pagos realizados y todas las personas envueltas en el lio, haber sido apresados y haber recibido medidas de coerción, pero con un trato tan amistoso y complaciente para perdonar tantas culpas o más bien crímenes de lesa patria, nuestro amado país se hunde más y más, en la corrupción y la impunidad y los plazos cursados hasta borraran pruebas y si les unimos algunos decesos, como el del Juez apoderado en Brasil, los testimonios no existirán y los hechos delictuosos quedaran impunes.

En este Acuerdo, Odebrecht va muy suave, pues se le excluye de ser siquiera investigada por la financiación de las campañas electorales del 2012 y del 2016; de la modificación de la Constitución para permitirse la reelección mediante la compra del voto de legisladores; se le excluye de las estafas por sobrevalorar las construcciones, del lavado de Dinero realizado. En fin, solo hay soborno.

Por el soborno de Odebrecht corresponden de 3 a 10 años de prisión a sus ejecutivos imputados, la multa por el doble del monto del soborno; el cierre de la empresa por un periodo de dos (2) a 5 años; nunca se le devolverían las cosas o valores prometidos u otorgadas por él; y la confiscación de todos esos bienes por el fisco dominicano.

 

Nuestro Juez de Instrucción carece de la facultad de homologar este Acuerdo por adelantado, siendo que el Ministerio Publico renuncia expresamente a perseguir o poner en movimiento la acción pública a cambio de la promesa de una delación futura, que pudiera o no ocurrir, como que tampoco pudieran ser efectivos los pagos pactados, si desparece la empresa y los eventuales causahabientes no reconocen esa deuda.    

Lancemos a los aires todas las frases de Nicolás Maquiavelo y cuando caigan al suelo patrio, encajaran todas, como un rompecabezas, sin excepción, en las bases, términos y motivaciones supuestamente jurídicas que tan deshonrosamente han sido exhibidas contra el sagrado pueblo dominicano.

 

Es probable que cuando sean electas nuevas autoridades, estos Acuerdos de astucias, componendas  y disfraces, puedan ser anulados y sus autores y cómplices, nacionales y extranjeros, paguen por sus culpas.

JPM

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