Las enaguas de Caperucita
Las enaguas de esa gente quedaron completamente al descubierto con el uso desestabilizador que pretendieron darle al suelto noticioso de un periódico digital de Brasil que atribuyó a un delator decir que Joao Santana financió campañas electorales en varios países, incluido Republica Dominicana.
De inmediato, el gran poder de los medios de comunicación fue puesto en marcha para mercadear la falsa de que Odebrecht financió la campaña del presidente Danilo Medina, cuestión que el mandatario negó, además de retar a sus detractores a demostrar lo contrario.
Como por arte de magia se reclama desde la oposición un juicio político al Presidente, una quimera que equivaldría a colocarlo en la antesala de su destitución, claro, si esos sectores tuviesen el poder para reeditar aquí lo que hizo la derecha política en Brasil.
De manera simultánea, esos grupos sediciosos mantienen una intensa campaña de descredito contra Punta Catalina, el proyecto más relevante en lo que va de siglo, llamado a liberar al país de un oligopolio que subyuga al subsector eléctrico, al que el Gobierno debe traspasar 400 millones de dólares anuales, en promedio.
He dicho que el propósito de esa gente es literalmente quebrarle las rodillas al Presidente para obligarlo a detener la construcción de Punta Catalina, que ya ronda el 70%, aunque otros litorales procuran también desprestigiarlo para obtener ganancias políticas en 2020.
El abogado de Joao Santana desmintió que su defendido haya financiado las campañas electorales del Presidente Medina, pero ese desmentido no fue destacado en la prensa, que sí ofreció tratamiento de luxe a una vergonzosa tergiversación.
No hay que desesperarse porque el escándalo de Odebrecht será completamente esclarecido y a la cárcel irán los que tengan que ir, pero el Presidente no va a nadar en ningún lodazar ni se detendrá Punta Catalina.