La pobreza como demagogia
Mientras en el país se debaten expedientes, temas o casos de palpitante actualidad sobre el quehacer político, económico y social que escandalizan al más inmutable de los dominicanos, se trae a colación el tópico recurrente de la pobreza, que no cesa de ser esgrimido como distracción o demagogia de lo poco que se hace para paliar o subsanar dicho mal que corroe a hombres, mujeres y niños humildes.
No ha pasado ni un mes que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hizo público su documento “Panorama Social de América Latina 2014” , el cual recoge que la pobreza disminuyó pero la indigencia aumentó en la República Dominicana.
De acuerdo con el estudio, la pobreza en el país bajó de 41.2% en el 2012 a 40.7% en el 2013. Mientras, la indigencia creció de 20% en 2012 a 20.2% en 2013. En 2006, la pobreza era de 47.5% y la indigencia 24.6%. Tanto la pobreza como la indigencia en el país están por encima de la tasa promedio de la región.
Indica que la tasa de pobreza de América Latina en 2013 fue de un 28.1% de la población, en tanto que la indigencia, o pobreza extrema, alcanzó el 11.7%.
Precisa que las variaciones no resultan estadísticamente significativas en cuanto a disminución de la pobreza y aumento de la indigencia en la República Dominicana.
La distribución del ingreso de los hogares dominicanos era el 3.5% en el quintil (niveles de ingresos) más pobre y 53% en el quintil más rico en 2008. Para el 2013, el quintil más pobre subió a 3.8% y el quintil más rico a 53.5%.
Conforme a la CEPAL se considera que una persona o familia es pobre cuando presenta carencias en: vivienda, servicios básicos, educación, empleo, protección social y estándar de vida (referido a los ingresos monetarios y posesión de bienes duraderos).
Asimismo, el Ministerio de Economia, Planificación y Desarrollo (MEPYD) elaboró un estudio titulado “Informe General del Mapa de la Pobreza 2014”, el cual muestra el Índice de Calidad de Vida (ICV) y afirma que la pobreza ha bajado 29.3%, al pasar de 69.7% a 40.4% entre 1993 y 2010.
Según dicho estudio la pobreza disminuyó de 69% a 50.8% entre los años 1993 y 2002 mientras que del 2002 al 2010 la pobreza cayó un 10.4 puntos al pasar de 50.8% al 40.4% para una tasa de un 0.26 de reducción.
Estas últimas cifras ofrecidas por el MEPYD son alentadoras pero conforme a la CEPAL y otros organismos internacionales si una persona o familia no alcanza satisfacer las carencias anteriormente mencionadas esta no pudo haber mejorado su situación de pobreza.
En el país se juega con estas cifras frías políticamente para expresar que el país ha avanzado en ese sentido cuando la población más vulnerable no ha sentido ni olfateado tal mejoría.
Las estadísticas son lindas y fáciles de expresar pero del dicho al hecho hay tremendo trecho. Son muchos los dominicanos que aún se encuentran en pobreza e indigencia espantosas y que apenas pueden ingerir un mendrugo de pan cada día y cuando no irse a la cama con tan solo un vaso de agua y un grano de sal debajo de la lengua.
Es muy fácil reunirse en un salón con aire acondicionado y transmitir los resultados fríos de un estudio que muchas veces se ha inferido de estudios anteriores sin hacer el trabajo de campo, almorzar a la carta después de anunciar que la pobreza e indigencia han bajado cuando precisamente en ese momento muchos dominicanos aún no han llevado nada de comer y beber a sus estómagos.
La demagogia politiquera aplíquenla en otros aspectos pero nunca jueguen con el estómago del hambriento y enfermo con vocación a morir en edades tempranas, pues la esperanza de vida de estos grupos poblacionales es de tan solo 40 o 50 años o menos si acaso.