Ha comenzado la llamada cuaresma

Cuarenta días antes del  día llamado viernes santo, inicia lo que se conoce como la cuaresma. Pero, también es el fin de los carnavales que se realizan en el mundo. La cuaresma es un período de recogimiento espiritual, en el cual el ser creyente, de una forma u otra, trata de apartarse de los deseos carnales. Sin embargo, hay que decir que la cuaresma no es un principio, ni mandamiento de Dios, sino producto de las tradiciones de los hombres. Pero es fundamental en la mente de muchos creyentes porque es el preludio de la conmemoración de la muerte del Hijo de Dios, por los pecados de la humanidad.
 
Los discursos religiosos son principalmente evangélicos en esta época, pues se busca explicar de diferente manera el propósito de la muerte de Jesús, llamado el Cristo. Esta realidad conmemorada, por casi dos mil millones de personas en el mundo, ha transformado la mente y comportamientos de ellos y ha influido en millones que no son fieles creyentes en Dios. Mas hay que señalar que el cristianismo, como vehículo que transporta el mensaje de Dios a los hombres, es estudiado con sumo cuidado en universidades e institutos con fines de ahondar cada día en la verdad de Dios.
 
Es lamentable que muchas personas no tomen en serio este tiempo, para enfrentar sus creencias. La cuaresma, es un tiempo preciso, para que las filosofías que el hombre ha inventado y que han esclavizado a muchas personas, y quienes a la vez consideran a la Biblia, y a las religiones como farsantes, que éstos se dediquen a profundizar y a comparar las verdades humanas con las reveladas por Dios. Eso sería una buena batalla en su interior, y una de las dos se va a imponer, y estoy seguro que será la verdad de Dios, la cual hace libre a las personas.     
 
Esta cuaresma está matizada, en dominicana, con la política, pues los partidos políticos ya comienzan a escoger, o a designar a sus candidatos para los puestos electivos. Será un período de mucho bullicio, donde se escucharán verdades y mentiras. Muchos escogerán a los Barrabás, antes que a las personas de bien, como sucedió con el pueblo judío, el cual escogió a Barrabás, y no a Jesucristo. Lo triste de todo esto, es que cada quien considera que el de él es el bueno y que los contrarios son los malos. Pero quiera Dios iluminar a los partidos y  la sociedad para escoger a los mejores candidatos.
 
Al inicio de esta cuaresma, el Episcopado Dominicano, ha dado a conocer su carta pastoral, la cual ha sido bien recibido por muchos en la sociedad. Esta carta sirve de voz para los que no pueden hablar. Felicito al Episcopado, por su brillante carta. Aunque no soy católico romano, reconozco el bien no importando de donde venga. No se puede ser mezquino. Las sombras y las luces que se viven en el mundo, es resultado de la actuación de todos. Por tanto, cada verdad política, social, y religiosa debe aceptarse y proclamarse; solo la verdad hace libre a los pueblos.
 
Cuaresma, tiempo de reflexión y de arrepentimiento. Es tiempo de buscar y analizar en nosotros nuestros errores y de arrepentirnos de ellos. El mensaje de Jesucristo al iniciar su ministerio fue: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado» Mt. 4:17. Y concluye su ministerio, con su muerte por causa de nuestros pecados, su sepultura, y su resurrección para nuestra justificación. Hoy, la máxima misión de los creyentes hacía el prójimo y como obediencia a nuestro Dios, es de predicar el evangelio a todas las criaturas de este mundo.
 
El evangelio como el apóstol Pablo lo describió, diciendo: «Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego» Rom. 16:16. Es en ese evangelio, que debemos perseverar y confiar como verdad de Dios, para que todos seamos alcanzados con la abundancia de la bendición del evangelio de Cristo» Rom. 15:29b. Dios nos habla y nos salva a través del evangelio.  
 
La cuaresma como emblema  religioso que enmarca en sí el período de perdón, que fue la búsqueda del propósito de Dios en Cristo. Hay que perdonar al que nos ha afectado, comenzando en sí mismo, la familia, al prójimo y a la sociedad. Perdonar es de ilustres, arrepentirse es de sabios, y reivindicarse es de altruistas. En tal razón, encaminemos nuestros pasos hacía la luz de Dios, como escribiera el apóstol Juan: «Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas mentimos, y no practicamos la verdad» I Jn. 1:5, 6.  
 
Los pueblos llamados cristianos, no pueden actuar como los demás pueblos. Sus leyes, sus gobiernos, sus instituciones y las sociedades deben existir para servir, bendecir y amar a los demás. No se puede hacer venganzas, crueldades, ni maldades a las personas. Ahora bien, la conducta de perdonador implica dar oportunidad al ofensor, oportunidad que debe considerar para cambiar. Es de incorrecto proceder querer dar un ejemplo con aquél que ha ofendido una vez; la cuaresma es tiempo de perdonar, no de castigar. Celebre la cuaresma, con los panes de sinceridad, de honestidad, de fe y de arrepentimiento. Dios le bendiga.
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