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En mis 50 años: La Sagrada Familia
LA AUTORA es licenciada en Contabilidad. Reside en Moca.
POR MELBA GRULLON UBIÑAS
Celebré mis 50 años (Sí, !Medio Siglo!) junto a mi núcleo familiar: mis Padres, mis Hijos; y, virtualmente, con mi familia Tseyoriana, a quienes les había solicitado de regalo un TAP. Eso significa crear las condiciones energéticas, vibratorias, adecuadas para recibir un comunicado de nuestros Hermanos Mayores, -si tienen a bien darlo-, dentro del marco de nuestra Convivencia.
Más que agradecida, lo recibimos y a continuación compartimos con ustedes.
120. LA SAGRADA FAMILIA
«Amigos, amigas, soy Shilcars de Agguniom.
La familia. Cierto que la familia es importante, muy importante porque de su seno puede existir, y de hecho acostumbra a serlo, la multiplicación. En el seno de una familia se establece una organización, digamos que más que nada por instinto, al igual que en un nido los pajarillos esperan la llegada de sus padres para alimentarse, por instinto también.
Aquí, en esta 3D y en este nivel al que nos estamos dirigiendo, la familia puede corresponderse mediante dos factores claramente diferenciados.
La propia familia que se genera espontáneamente, se multiplica, llegan los hijos, luego los nietos… Esa familia, de alguna forma nos la impone el medio, pero mayormente se agradece la compañía, ver crecer a los pequeños… Y cuando ya son mayores, pues van a seguir con el sistema ordinario habitual de multiplicarse a su vez, y así sucesivamente e infinitamente también.
Y luego está esa otra familia que no es o no ha sido impuesta, sino que voluntariamente la habremos adoptado. Aquí, en Tseyor, somos un ejemplo de ello. Adoptamos una familia, unos hermanos, hermanas, y lo hacemos voluntariamente, por lo tanto no podremos decir nunca que nos ha sido impuesta. Y habremos de utilizar mucho la paciencia, porque no existiendo esos lazos familiares, consanguíneos, es muy fácil romper con ella, y separarse y buscar otra familia u otras familias, u otros hermanos u hermanas, en instituciones, en grupos, en asociaciones, en mil y un lugares donde nos apetezca residir o alternar.
Sin embargo, aquí hay un término para nombrar a la familia real, a la auténtica, tanto si es consanguínea como si es adoptada, algo que imprime la realidad de la misma y el hecho de que la misma se personifique en una familia bajo esta denominación exactamente, de familia. Cuando esto se produce, cuando a este nivel al que voy a referirme se establece así, de este modo, ya no es la simple familia, ya no es una organización, ya no es una unión, incluso una unión de intereses, por qué no, o de afines en una determinada vocación, acción, profesión, etc. etc.
Cuando verdaderamente se es una familia, cuando los elementos de la misma se sienten verdaderamente hermanados, y por ello se quieren, se respetan, y la bondad es patente dentro de todos sus miembros, tanto si se es de una especie como de otra, a la que me he referido, entonces, cuando ese vínculo se establece, realmente ya no es puramente familia, sino es la sagrada familia.
Cuando, por ejemplo, un grupo de tseyorianos y tseyorianas se unen para llevar en común una determinada labor, humanitaria por cierto, se instituye en una familia, en este caso sagrada familia, porque reciben el acopio energético de ese punto trascendente en el que se comunican nuestras mentes y cuerpos. Ahora conocida dicha participación con los nombres mayas de beh sayab tseek.
Ahí, en ese punto, se genera el tercer eslabón, que da paso, cuando es verdadero y auténtico, en el 33, en el autodescubrimiento, en el espejo de uno mismo. Y al mismo tiempo se genera un acto sagrado, por su trascendencia, ni más ni menos. Por lo tanto se establece, en ese grupo de elementos tseyorianos que han decidido unirse para llevar a cabo cualquier acto humanitario como institución, la familia. Y no estará de más añadir sagrada, por tanto la sagrada familia.
¿Qué es exactamente una sagrada familia?, en este caso, hablando en la terminología tseyoriana, sencillamente una Casa Tseyor ya puede serlo, un Muulasterio también, un Pueblo Tseyor también puede instituirse en él una sagrada familia, en conjunto. Porque tanto la sagrada familia puede instituirse tseyorianamente hablando, con 7 mínimos elementos, como 700 para serlo para tal denominación.
Entonces, ¡qué fácil es constituirse en una sagrada familia, en una casa Tseyor!
Y entonces también, muchos de nosotros podemos preguntarnos: ¿y para qué nos va a servir una Casa Tseyor, si ya tenemos bastante con nuestra familia? Que se nos ha impuesto precisamente, y en el seno de la misma existen roces, malos entendidos, disgustos y un largo etcétera. ¿Para qué vamos a complicarnos la vida creando nuevas familias, con esos lazos de unión tan potentes, como se expresa aquí y ahora por parte de Shilcars, denominando una Casa Tseyor como una sagrada familia? ¿Para qué tantos lazos de unión? Sencillamente, porque llega un momento, amigos, amigas, que uno tiene que tomar decisiones, porque llega el momento en que uno tiene que reflexionar, tanto si tiene una edad de por delante muchos años, como si ha transcurrido una edad de muchos años que quedan atrás.
Y muy especialmente, los elementos que gozan de una edad ya relativamente avanzada, a estos, la llamada es muy importante porque han de reflexionar, tienen tiempo aún, pueden modificar trayectorias y, mediante un proceso ilusionante, regenerador, sanar. Manteniendo una mente joven y dispuesta a concelebrar acciones de este tipo, como hoy mismo, por medio de esta familia tan hermosa que representáis y a la que consideramos como modelo de familia: humilde, generosa, bondadosa. Y creo que entendéis la cuestión.
Sin embargo, también, en la profundidad de dicho pensamiento en lo familiar, seguiremos preguntándonos ¿para qué una Casa Tseyor? ¿Para qué establecer lazos más afectivos, más sólidos, con elementos que voluntariamente se nos van a acercar y habremos espontáneamente de denominarles hermanos o hermanas? ¡Qué fácil es decir hermano y hermana, pero qué difícil es sentirlo profundamente en el corazón!
Pues no, no es difícil si verdaderamente uno entiende que teniendo presencia en una casa Tseyor, en esa casa Tseyor existe una familia que además es sagrada y, por lo tanto, todos los que entran por dicha puerta, se les considera hermanos o hermanas, y se comparte el pan, el vino, y se les acepta en esa ceremonia íntima, familiar, sagrada, y se les invita a reconocerse en el 33.
Y volverá nuevamente, nuestro ego, nuestra personalidad adquirida, a preguntarse ¿bueno, y todo eso para qué? Bien, cuando uno experimenta la sensación, agradable sensación de sentirse querido y querida, amado y amada, hermanadamente formando parte de una gran familia, familia además sagrada, sin diferencias, todos iguales, todos en busca de un mismo objetivo, que es el perfeccionamiento del pensamiento, se establece un lazo de unión tan fuerte que el mismo produce una bella sensación, podríamos denominarla de éxtasis, con lo que uno o una, cuando la ha experimentado, queda prendido de ella y jamás la abandona.
Así que, amigos, amigas, hermanos y hermanas, os invito a reflexionar, os invito a uniros en ese pensamiento de hermandad. No son palabras, son verdades que habréis de experimentar, porque si tan solo las oís pero no las sintetizáis en vuestro pensamiento más profundo, se las lleva el viento. Son palabras e ideas que en el caso de eclosionar en vuestro interior os pueden dar felicidad, os pueden hacer sentir que realmente vale la pena vivir en este mundo 3D, con sus pesares, sus dificultades, sus angustias…, pero indudablemente disfrutar de la compañía de la hermandad.
Y es más, a poco que reflexionéis, a poco que meditéis con respecto a lo que Shilcars os está hablando o definiendo como Casa Tseyor, pues hay más. Hay una institución humanitaria, como es la ONG Mundo Armónico Tseyor, está la Universidad Tseyor de Granada, está Tseyor Centro de Estudios Socioculturales. Está un sistema de vida para aplicar. Y de hecho recordad estas palabras: aplicar en un futuro muy próximo. Porque en un futuro muy próximo va a ser necesaria la organización de las familias, sobre todo de las casas familiares como la que estamos preconizando. Y ¿qué mejor que intentar observar esta situación futura? Intentando, claro está, extrapolar el pensamiento y ver que sí, efectivamente es necesario empezar ya a organizarse debidamente.
Aquí tenéis un ejemplo maravilloso. Estáis en unas tierras paradisíacas maravillosas. Como dice vuestra canción “Cuando Dios hizo el Edén, pensó en América…”. Y bien cierto. Es un nuevo mundo, habéis de aprovecharlo, habéis de amarlo, habéis de quererlo, porque vosotros mismos habéis escogido este espacio para experimentar. Y este espacio os lo dará todo, siempre y cuando seáis decididos, abandonéis el miedo y os organicéis, porque el paraíso está aquí, bajo vuestros pies. Queredle, amadle, respetadle, y os lo dará todo, pero organizadamente, bondadosamente, altruistamente, sin esperar nada a cambio. Pero evidentemente os lo dará todo, porque hará que entre todos os améis verdaderamente, como hermanos y hermanas que sois.
Amados, os mando mi bendición. Amor, Shilcars».
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