El que siembra vientos…

Cosecha tempestades. Así reza el refrán. Lo que no
dice el refrán es que, esas tempestades, golpean por igual a los que sembraron
vientos como a los que, inocentes, nunca participaron de semejante práctica.

De acuerdo con los informes de prensa escrita de los
últimos seis meses, el número y la gravedad de los incidentes violentos involucrando
haitianos ha ido en rápido aumento. Han habido persecuciones sin justificación
clara, linchamientos no investigados, protestas de tipo salarial, descontento
laboral con muertes a manos de la policía, supuestas violaciones y asesinatos y
así podría extenderme en una larga lista, pero semejante recurso no es
necesario para llegar al punto de destino que motiva este artículo.

Los haitianos están siendo acosados. No todos ni en
todas partes pero si muchos y en muchos lugares. Están siendo acosados, además,
a una escala sin precedentes y ellos se han percatado de esa marea antihaitiana
y mas de uno ha reaccionado con violencia. Los insensatos que alientan el clima
de acoso y de rechazo ya han cosechado sus primeros frutos. No entienden que
nadie puede sembrar odio sin vivir las consecuencias.

Los trabajadores haitianos, “los braceros” como les
llamaban, los que tienen décadas o meses viviendo en este país fueron gente que
no se metía con nadie. Eran tranquilos por pobreza y por miedo, oprimidos e
ignorantes, se sabían legal, social, económicamente indefensos y subestimados,
ciudadanos de última categoría pero lo aceptaban resignados como un mal
necesario, acaso parte de su destino. Salvo excepciones, los actos de violencia
involucrando haitianos solamente tenían lugar entre ellos mismos y no con
dominicanos, ni blancos ni negros.

Pero eso está cambiando y rápido.

La campaña antihaitiana creada, impulsada y manipulada
por los defensores de una sentencia de un tribunal que se dice constitucional
sin serlo y de jueces que debieron ser honorables pero no lo son, es tan
vergonzante que rehúso nombrarla. Pues bien, esta gente, sus servidores y el
partido de gobierno han soltado los demonios del racismo. La mas baja,
ignominiosa y primitiva de las formas de discriminación ha logrado crear un
clima que alienta y promueve agresiones a los haitianos y estos están
respondiendo a esas agresiones, insubordinándose, reclamando. Y eso es
justamente lo que esta gente –quisiera llamarlos de otra manera pero a pesar de
todo son gente- quería provocar.

Lo que ellos no sabían ni se han enterado todavía es
que:

1.- una población de viejo oprimida y ahora acosada
está pasando de la sumisión a la insubordinación.

2.- a medida que aumente el número de incidentes
crecerá “el clamor” para ponerle fin a “los desmanes” de esos haitianos.

3.- continuarán en este curso de acción hasta que
hayan creado el estado de ánimo apropiado para las numerosas agresiones que
tienen en mente con la idea –enferma como ellos- de obligar a los haitianos a regresar
al otro lado.

4.- todo lo anterior debe dar lugar a hechos
sangrientos de otra magnitud, entre otros, matanzas espontáneas perpetradas por
“dominicanos indignados” ante supuestos o incluso reales delitos cometidos por
haitianos.

5.- lo que estos imbéciles no saben es que los
haitianos no se van a dejar matar en todas partes y una de estas matanzas se va
a salir de control y será calificada y juzgada como genocidio.

6.- las consecuencias de la tempestad desatada por
tantos vientos sembrados son impredecibles, pero les diré lo que -sin
necesariamente asegurarlo- espero que ocurra.

A: El descrédito del país al peor nivel de su
historia.

B: Intervención diplomática y militar extranjera por
razones humanitarias.

C: Surgimiento posible de una fuerza y liderazgo
militar haitiano pero para toda la isla.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios