Diputado de ultramar: el elogio a la insensatez

    En las páginas  de la  historia que recogen las vidas de los grandes hombres que  ha dado  la humanidad, aparece la figura de Geert Geertsen, que es muy probable que para usted ese nombre no signifique nada. Pero,  si nos volcamos al latín y les menciono el de Desiderius Erasmus Rotterodamus, es muy probable que el estimado lector comience a visualizar ya a quien me refiero.  Más aún, si lo escribimos en el idioma de Cervantes como Erasmos de Róterdam,  el conocimiento del personaje a quien me refiero es innegable.

 

Eminente humanista, teólogo, filólogo, escritor, filósofo y maestro de nacionalidad neerlandés, autor de varias  obras literarias escritas, entre la que podemos citar: “Paráfrasis del Nuevo Testamento”,  “Preparación para la muerte”, “Adagios”, “Cartas de Eramos” y, su obra maestra:   “Elogio de la locura”, hicieron posible que su nombre quedara plasmado para siempre en la historia de los grandes genios que ha dado el mundo.

 

Hago referencia de  este eminente humanista, porque al titular este humilde aporte de opinión, he querido hacer un paralelismo entre su célebre ensayo titulado “Elogio a la locura” por “Elogio a la insensatez”, que será lo que hará cualquier dominicano que el próximo 16 de mayo del año en curso, haga uso del derecho que tiene al sufragio electoral y emita su voto a favor de lo que se conoce ahora como  “diputado de ultramar”.

 

PARA QUE SIRVE UN DIPUTADO DE ULTRAMAR?

 

Había un spot publicitario que se veía en la televisión y se escuchaba por la radio, en donde se decía que: “La República Dominicana es un país muy especial” y evidentemente que así lo es. Muchas veces, vemos como  siempre tratan de copiar cosas que están muy por encima de sus posibilidades y, en caso contrario, que son ajenas totalmente a nuestras costumbres e indiosincrasia y muchas de ellas nos perjudican, porque son propias de naciones con  una sociedad más abierta y culturalmente más desarrollada.

 

Así pasó con la implementación del nuevo Código Procesal Penal, el cual  vino a ser un aliciente y estímulo para los delincuentes. Ahora, nos encontramos con esta nueva figura política dentro del contexto electoral dominicano llamado “diputado de ultramar”. Este adefesio congresional  fue plausible en virtud de la Ley 136-11, de fecha 7 de junio del 2011,  la cual promulgada por el expresidente dominicano Dr. Leonel Antonio Fernández Reyna.

 

Por más que he querido  entender y definir las funciones de estos diputados, todavía no he podido encontrar la respuesta. En consecuencia de ello, me pregunto: para qué entonces nos sirven nuestras delegaciones diplomáticas? Cómo es posible erosionar aún más el presupuesto nacional que se nutre de los impuestos de los ciudadanos, para pagarle a un político cuyas funciones se supone debe recaer en nuestras legaciones  consulares?

 

Quien o quienes podrán tener control sobre estos diputados? Dónde estarán sus oficinas? De qué manera los ciudadanos se podrán en contacto con ellos? Quien verifica sus trabajos en favor de la diáspora? Quien supervisa los recursos de que son dotados para sus labores ? Qué de importancia han hecho los primeros que ya han sido elegidos y se han beneficiados del cargo? Todas estas preguntas se quedan sin respuestas.

 

De acuerdo a lo establecido en la citada Ley 136-11, el total de diputados de ultramar que  “representan” a los dominicanos que residen en el exterior son siete,  los cuales están esparcidos en Europa, Estados Unidos, Canadá, América Latina y el Caribe.

 

Aparte de ser fútiles e innecesarios,  estos diputados de ultramar vienen a complicar y encarecer un sistema diplomático exhausto, costoso e inoperante,  con una tarea que es bien difícil de explicar y más aún, de cumplir a cabalidad. Y no solo eso, sino que sus funciones se extralimitarían, pues asumirían tareas propias de otros poderes constitucionales como lo son el Judicial, el Ejecutivo y el Legislativo. No es esto un arroz con mango con ribetes legales?

 

EL COSTO DE MANTENER A SIETE CARCAMANES

 

Cómo definimos a un “carcamán” en el lenguaje cervantino? Pues, son las personas de muchas pretensiones y poco méritos. Huelga decir que, en el campo político dominicano, estos especímenes se dan abundante y  de la misma manera que la Portulaca oleracea.

 

En buen lenguaje popular dominicano, se podría decir que “vienen a buscársela en la política como el marido de la vaca”. Quieren escalar de manera rápida y en forma prestigiosa, su ascenso social y económico. Poseer un pasaporte diplomático, viajar en primera clase, devengar sueldos lujosos, tener sus gastos cubiertos, disfrutar de exoneraciones, tener acceso a préstamos estatales y cómodos, poder político  y tener inmunidad diplomática y parlamentaria.

 

Las cifras que les daré a continuación, son los emolumentos económicos que cubren el salario mensual de estos siete sicofantes y estólicos políticos como “diputados de ultramar”, gastos que salen del erario de los contribuyentes dominicanos.  Las mismas son escalofriantes, insensata, injustas y se constituyen en un privilegio irritante frente a un pueblo tan necesitado de muchas obras y ejecuciones sociales a su favor:

 

El  sueldo básico mensual de un diputado de ultramar actualmente es de RD$175,474.00 ;   gastos de representación RD$35,000; Dieta RD$45,000; viáticos por asistencia al hemiciclo y por comisiones de trabajo RD$50,000; combustible RD$22,000; pago celulares RD$3,500. La suma de todo eso nos arroja un pago mensual de RD$330,974.00. A todo esto, no le he sumado los famosos sueldos No.13 (doble sueldo) y No. 14, siendo los únicos empleados de la administración pública en recibir el último..

 

Les dejo al lector la tarea de tomar ese gran total que se gana un diputado de ultramar al mes, multiplicarlo por doce meses y ese resultado, multiplicarlo por cuatro años que es el tiempo por el cual son elegidos estos buitres con saco y corbata. La cifra resulta ofensiva a la dignidad y al decoro en la manera como se dilapida el dinero del pueblo.

 

Es por eso que, con unas entradas tan holgadas desde el punto de vista económico, se puede tener la facilidad de tener  lo que alegaba el diputado peledeísta Alfonso Crisóstomo (a) “El Querido”, quien  justificó las relaciones extramaritales al decir que “Hay que tener una segunda base, pues pisar siempre la primera almohadilla es complicado”.

 

Yo me pregunto: si teniendo un congreso  en el país formado con 190 inverecundos y en las propias narices de los dominicanos, colmado de vagos, corruptos, trepadores públicos, traficantes de trata de blanca, terroristas del transporte, comberos, sibaritas, nescientes políticos, criticastros partidarios y con lenguaje macarrónico, más 20 del Parlacen (otra barbaridad),  para qué agregarle sietes sibilinos a esa nómina congresional, que no van a tener control alguno ni del gobierno ni de la sociedad dominicana  y  que no van ha aportar absolutamente nada a la nación ni a los ciudadanos que dicen representar.

 

Cuando veo esta podredumbre política y el afán de riqueza desmedida que es la brújula de todos estos seudos líderes y dirigentes políticos, me viene a la memoria la frase del eminente hombre de ciencia, escritor, teósofo y filósofo italiano, autor de  “Las fuerzas morales” y “El hombre mediocre” José Ingenieros Tagliavia, quien dijo: “Nadie piensa donde todos lucran; nadie sueña, donde todos tragan”

 

jpm

 
 
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