Desgaste de los partidos políticos
Mantener en el umbral del marketing a un partido político no es cuestión de cosa fácil, con el transcurso del tiempo en el poder y debido al mal manejo de sus principales mentores en la administración del Estado, sin lugar a dudas, tienden a desgastarse en el momento más inesperado, al igual que los dirigentes máximos con aspiraciones al unísono de llegar al poder.
Quizás este análisis le resulte incoherente a quienes han hecho de la política un negocio lucrativo, aplicando el principio de Nicolas Maquiavelo de que: “La política es el arte de lo conveniente”, ahora bien, ¿cuál es la razón por la cual los partidos políticos, al igual que sus principales dirigentes, después que se descalabran difícilmente vuelven a levantarse?
Basta con citar este solo ejemplo comparativo, por cierto, muy parecido entre el político, la hidratación y en esencia, la deshidratación. Las células del cuerpo deben tener una cierta cantidad de líquido para funcionar bien, lo que de acuerdo con la ciencia médica, es cuando el individuo “está hidratado”, por tanto, cuando no tiene suficiente líquido donde se necesita, pues finalmente se deshidrata, por esto es que cuando el cuerpo produce más líquido del que recibe, tiende a deshidratarse inmisericordemente.
Ahí es donde encaja, se estila y ha caído la parafernalia del político, ha robado tanto que él, al igual que los partidos están padeciendo la enfermedad de la deshidratación, sin la esperanza de recuperarse.
República Dominicana adolece del cáncer de la corrupción administrativa, una enfermedad que no hay forma de combatirla, no existe el interés por parte de los políticos para enfrentar esta catarsi que la mayoría prometen en campaña pero finalmente caen en sus garras, hasta dejar en la orfandad a las instituciones públicas con el favor imperecedero del ejecutivo, que generalmente quiere aparentar que no muestra el refajo, pero tras bastidores muestra hasta los pantis para que sus acólitos se los quiten hasta generar la eyaculacion precoz.
“Hay personas que hasta después de muertos hacen daño”, tras la falta del principal mentor y dueño absolutista del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), doctor Juaquin Balaguer Ricardo, esta organización política sufre de lo que se podría denominar “una crisis de liderazgo”, ha vivido de las negociaciones políticas y las subvenciones económicas de la Junta Central Electoral (JCE), mientras sus dirigentes quieren hacer creer que están arriba, mediante el pago de encuestas interesadas para vivir la realidad del triunfalismo y engañar a los votantes, cuando su realidad durante años ha estado inmersa en el desmembramiento institucional, por lo que a este cadáver político le será muy difícil levantarse de su tumba.
“Lo malsano de la política son las negociaciones ocultas y el despilfarro en el Estado”. En lo relativo al PRD (Partido Revolucionario Dominicano), durante décadas, esta organización se encarnó en lo que se podría denominar “la lucha democrática”; sin embargo, los conflictos entre fracciones partidistas que precedieron la reelección presidencial al vapor del ex-presidente Hipólito Mejía, provocó un divorcio entre el partido, las masas populares y la sociedad civil, por lo que hoy padece de una enfermedad que se atesta en el poder clientelar de algunas elites predestinadas al margen de sus pertenencias y aspiraciones que lo ha convertido en una mugre del sistema de partidos.
“La vejez no son los años, sino las ideas”, dice un proverbio chino. La lucha dirigencial y los conflictos entre sus “líderes”, 49 años después de su fundación (diciembre 15 de 1951), del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado por el profesor Juan Bosch, bajo una férrea disciplina, unificación de criterios y con una profunda vocación de servicio, se sumerge en una profunda crisis política insuperable, aunque confunden a sus seguidores haciendo creer que todo está bien mediante maniobras ocultas manejadas en medio de la crisis: Primero, a finales de 1978, por conflictos internos se produjo la renuncia de su secretario general, Tonito Abréu. Segundo, en 1984, por diferencias internas en la aplicación de los métodos de trabajo, el entonces secretario general del PLD, Rafael Alburqueque, fue expulsado.
El PLD, anteriormente la organización política de mayor arraigo, padece un agotamiento descomunal, después de gobernar 20 años (12 Leonel Fernandez y 8 Danilo Medina), tras acusaciones de corrupción hacia exfuncionarios, las cuales han provocado una desbandada de sus dirigentes, miembros y simpatizantes, llevándolo a su encarcelamiento e incurriendo en la devolución de más de RD$40,000 millones de pesos, a cambio de negociaciones inaceptables, pero que dejan claro, bien claro, que desfalcaron el Estado.
El descalabro de estas tres principales fuerzas políticas no es casualidad, su máxima dirigencia es la que ha invocado y apostado a su desaparición a corto, mediano y largo plazo ante la hecatombe de la corrupción administrativa.
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