Cuidando la conciencia

 

Conciencia «conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, de sus estados, de sus actos y de las cosas: tener conciencia de la propia capacidad. Integridad moral: un hombre de conciencia»… Dicc. Encl. L. 2000.

La conciencia es formada en los individuos de acuerdo a un sinnúmeros de valores y circunstancias por las que pasa el individuo. Esta se convierte en un juez interno para determinar los hechos, los cuales están bajo la orientación del tipo de conciencia de éste. Toda persona tiene conciencia, lo que no es propio es tener el mismo grado de conciencia y por ende eso hace que se diferencia un individuo de otro; por eso no todos los individuos son iguales, ni tienen la misma conciencia.

La conciencia cauterizada es aquella que  sus actos y puntos de vistas no toman en consideración los valores, y ni los efectos de sus hechos. Muchas personas tienen conciencia cauterizada. El apóstol Pablo escribió: «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad» I Ti. 4:1- 3.

El efecto de una conciencia que se ha desviado, o que no está bien formada, determina conductas que no responden ni a lo bueno, ni agradable, ni a lo justo. Es una conciencia mala, cuyos indicadores no son buenos, sino que se llenan de las cosas que son malas, o que buscan llevar a los individuos a malas conductas. Los  no creyentes en Dios, con facilidad forman una mala conciencia, pues no tienen normas divinas que los oriente, ni que les sirvan de límites en sus conductas. La moral, como un elemento social, le es difícil formar una conciencia, pues lo amoral e inmoral justifica una forma de vida desorientada.

El escritor de la carta a los hebreos, nos dice: «purificados los corazones de mala conciencia,» Heb. 10:22b., lo cual concuerda con lo escrito  por Pablo, cuando dice: «Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra» Tito 1:15, 16. De ahí que, Pablo dice: «Porque  aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor» I Cor. 4:4.

Ahora bien, existe la buena conciencia la cual está formada por elementos que son buenos; es decir que, responde a la voluntad o enseñanzas de Dios. Lo bueno, o lo malo es determinado por Dios, no por el hombre. La buena conciencia es de carácter universal y en consecuencia es aplicada a cada persona. Sin embargo, la moral no es de carácter universal, sino regional. Es ahí donde está la clave de la buena conciencia, Dios es quien la determina. Si la persona no cree en Dios, su conciencia puede ser cauterizada, mala, y corrompida.

La buena conciencia está indicada en la Biblia. Pablo dijo: «Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy» Hc. 23:1. Y además dijo: «Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres» Hc. 24:16. Y él escribió: «Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios» 2 Cor. 4:2.

Una buena conciencia es aquella que construye buenas conductas y que ayuda a superar las deficiencias que existen en las personas. Se «debe guardar el misterio de la fe con limpia conciencia» I Ti. 3:9. Por lo que, se aconseja «mantener la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe  algunos»… 1 Ti. 1:19. Los creyentes en Cristo Jesús, debemos cuidar nuestra conciencia, pues se requiere que la conciencia de Cristo, sea formada en nosotros; por eso se habla de tener la mente de Cristo.

¿Está usted consciente de su conciencia? Tener conciencia débil, o fácil de mover o de ofenderse;  puede ser mala conciencia, la cual aprueba lo malo como bueno y lo bueno como malo; conciencia cauterizada, la cual rechaza lo que lo correcto; y la buena conciencia, la cual está de acuerdo a la voluntad y enseñanzas de Dios. Es importante que analicemos nuestra conciencia, para que no sea una conciencia desviada, como en efecto es la más común. La conciencia buena no es egoísta, ni jactanciosa, sino que se proyecta en la búsqueda de la verdad y de lo correcto. Dios le bendiga.

JPM

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