Cuál es la diferencia ?

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EL AUTOR es educador. Reside en Florida, EU.

Hace algunos días, un buen amigo y un servidor conversábamos a propósito del reconocimiento de Alianza País y de como la candidatura de Guillermo Moreno puede cambiar el panorama político electoral en nuestro país.

 

Después de una larga conversación sobre diferentes tópicos, ese amigo me inquirió que le aclarara algo, que era incomprensible para el; que no entendía el por que los políticos criticaban tanto a la población dominicana o a los ciudadanos que se dejan arrastrar por el clientelismo político y venden su voto hasta por quinientos pesos, y que por que razón no se atacaba a los políticos que también por una candidatura venden su partido y todo lo que habían estado predicando por mucho tiempo sin importarle el destino de la amplia mayoría de la población dominicana; cual es la diferencia.

 

Es mas pasable, me decía ese amigo, para el ciudadano que vende su voto muchas veces por  necesidad y por falta de conciencia que aquellos dirigentes políticos que predican una cosa y en la practica hacen otra. Venden su proyecto político y tiran por las bordas aquellas supuestas propuestas sociales solo por el simple hecho de obtener una diputación, alcaldía, o senaduría, eso es mucho mas criticable.

 

Le dije a ese amigo, que la historia política en nuestro país ha demostrado que negociando y obteniendo simplemente una candidatura nunca ha hecho ninguna diferencia, solo hay que analizar la historia reciente de muchos ex-dirigentes otrora progresistas, que llegaron a obtener diputaciones y hasta senaduría, y terminaron adhiriéndose a los partidos tradicionales pasando a ser parte de la misma podredumbre social en que nos encontramos.

 

El problema, mi estimado amigo, decía yo, es que es mas fácil llegar siendo estaca que crecer derecho sin necesidad de recostarse de ningún palo.

En nuestro país, históricamente la política que se ha predicado y se ha manoseado es la predica del dame lo mío.

 

Adherirse a una candidatura no es lo mismo que hacer un planteamiento para la unidad de la fuerza política y ser parte de una coalición de fuerzas con mira a participar en el proceso electoral. Adherirse a una candidatura no requiere ningún compromiso, sencillamente el ofrecimiento de posiciones en caso de ganar las elecciones. Eso no es mas que seguir la dañina practica de repartirse el estado y cada quien hace lo que quieres en la institución que le tocara  dirigir para favorecer a los miembros de su parcela política.

 En todo caso, el gobierno y el estado, serán dirigido por la organización que encabeza y gane las elecciones y no por el conjunto de las organizaciones políticas que se adhirieron a esa candidatura pues a cada una previamente le pagaron su precio.

 

Guillermo Moreno y Alianza País han venido predicando ser partidarios de la concertación política y electoral de la diversidad de sectores de la oposición que se identifican en unificar una voluntad política para ganar la dirección del Estado, para emprender un proceso de reformas y transformaciones en lo económico, político, social, ambiental, tocando en su raíz las causas de los problemas que nos agobian y para ejecutar reales políticas públicas para enderezar el rumbo torcido que le han impuesto al país.

 

Según Guillermo Moreno, ”Se sabe de sectores políticos que trabajan con el propósito de juntar a todos los sectores de la oposición o a la gran mayoría en un “gran frente opositor”, sin preocuparse mucho por la orientación ni los objetivos políticos a perseguir. En esta visión, aparentemente simplista, pero en realidad llena de oportunismo, la concertación electoral se da como federación de grupos unificados para la repartición del Estado, atraídos por la proyección de los beneficios que le daría a cada grupo el manejo de cualquier ministerio o cargo congresual.

 

 En su laborantismo febril, algunos expresan sin tapujo que “de lo que se trata es de ganar, sin importar los métodos para lograrlo”, y no tienen reparo en reproducir prácticas políticas clientelares tradicionales. En esta visión, el propósito es sustituir el actual partido gobernante para pasar ellos a ser los nuevos beneficiarios del poder y que todo siga igual o muy parecido. Esta es una historia que se ha repetido muchas veces en los últimos 55 años.”

 

Ser parte de un proyecto de concertación electoral para llegar al gobierno y mantener el actual estado de cosas, mi amigo, es hacerse cómplices conscientes de un nuevo engaño y de nuevas frustraciones para una ciudadanía que aspira un presente y futuro diferentes. 

 

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