Cosas de San Cristóbal: La Protesta de 1962 (Parte final)

 

       Vimos en la entrega anterior, la visita a San Cristóbal del Secretario de lo  Interior,  Dr. Tabaré Álvarez Pereyra, al frente de una Comisión gubernamental para poner en posesión como Gobernador de S.C. al doctor Sócrates Barinas Coiscou, originándose en el lugar del acto una gran protesta de desaprobación a lo planteado y convocando el alto funcionario a una reunión en aparte con los principales dirigentes de los partidos políticos locales, para tratar de arribar a un entendimiento.

Al retornar al gran salón, la algarabía tenía igual o mayor volumen que antes. Queriendo el doctor Frank Díaz Peralta, elevado miembro de  Unión Cívica Nacional en S.C., dirigirse en ánimo conciliatorio a los intransigentes compueblanos, fue hecho callar de mal talante cuando al unísono, todos le corearon: “¡abajo Unión Cívica!”, repetidas veces.

Quiso sustituirle en el uso de la palabra el Dr. Freddy Zabulón Díaz Peña, del Partido Revolucionario Dominicano, quien tampoco alcanzó éxito en su pretensión. Así también, no logró poder hablar el Dr. Fabio José Martich Barinas, del 14 de Junio. Aunque pudo recibir atención de sus parciales los socialcristianos no le permitieron expresar su opinión.

Con el salón repleto de personas, así como los pasillos del edificio, áreas contiguas, jardinerías, aceras y calles -siendo los epítetos y consignas manifestados esta vez con mayor entusiasmo y sonoridad- el Secretario de lo Interior, dirigiéndose con cara de mucha frustración al Dr. Barinas Coiscou, le dijo, lacónicamente: “doctor, usted es el gobernador”.

Inmediatamente salieron del edificio bajo la bulla de desaprobación y censura  de los presentes, dirigiéndose al hospital Juan Pablo Pina en donde visitaron a los heridos por causa de los enfrentamientos ocurridos en los días anteriores.

 

Unos minutos antes del mediodía, viajaron hacia la ciudad de Baní, dando un amplio rodeo, ya que la vía principal en los alrededores de S.C. en muchos de sus tramos estaba obstruida. En Baní, sostendrían una reunión que se había programado con autoridades de ese municipio y personalidades representativas del mismo.

Este encuentro, se celebró con el propósito o finalidad de demostrarle a la ciudadanía de S.C. de que todo lo rumorado había sido sólo un mal entendido y que entre Baní y S.C. no podían existir razones que llevaran a vejaciones o retaliaciones.

Hicieron uso de la palabra, en esta reunión: los enviados del Poder Ejecutivo; el gobernador de Peravia, Francisco Xavier Billini; el recién designado gobernador de San Cristóbal; así como los señores doctores Héctor Aristy Pereyra y Bienvenido Pimentel Machado, de la Unión Socio Económica del Sur y, el señor Manuel O. Peña.

BANI

Tenemos que resaltar de esta reunión interprovincial, una parte de lo expresado por el gobernador Billini, cuando dijo: “Baní no puede guardar nada malo contra San Cristóbal, pero sí pide se le respete el derecho al libre tránsito”. Manifestó: “en los días en los cuales se ha suspendido éste, los agricultores y comerciantes banilejos han experimentado grandes pérdidas al no poder llevar sus productos a los mercados capitalinos”.

         Este discurso del gobernador banilejo, mereció largos y nutridos aplausos de los asistentes a la convocatoria. Otro momento importante y muy emotivo fue cuando los dos gobernadores se confundieron en un fraternal abrazo, como muestra de hermandad entre las dos provincias sureñas colindantes.

Al salir la comisión gubernamental del edificio de la Gobernación provincial de Baní, grupos de personas que se encontraban en las calles emitieron un prolongado abucheo dirigido a los funcionarios visitantes y, desde luego, al gobernador Barinas.

San Cristóbal, anteriormente limpia y ordenada ciudad, presentaba ahora un aspecto deplorable, triste y desaseado. Los servicios municipales de recogida de la basura habían sido descuidados en los días de reclamaciones y ésta se hallaba esparcida en grandes cantidades en todas las calles, aceras y demás áreas públicas.

 

Los ciudadanos más escrupulosos y aprensivos, indagaban razones que les hicieran entender tan gran demostración de rebeldía a la autoridad constituida, ya que para muchos lo sucedido o lo que ocurría no ameritaba la respuesta que se estaba ofreciendo.

Una sociedad tranquila como la nuestra, morigerada, de muy buenas costumbres en ese entonces, se encontraba transida y agobiada sin saber que le aguardaría el destino. Su estado de ánimo era más deprimente cada vez a consecuencia también de otro  rumor que nos decía que el agua de consumo humano sería contaminada para que todos muriésemos y así no quedase nada del gobierno dictatorial. A esto habíamos descendido.

TRANQUILIDAD

En la noche última de la reclamación, nos enteramos del nombramiento del presidente provincial de la Agrupación 14 de Junio, ingeniero Sertorio Pérez Castro, como Síndico municipal.

Este audaz golpe político fue gestionado por el Gobernador Barinas, quien se hizo acompañar al otro día del nuevo funcionario y visitaron las barreras que imposibilitaban el tráfico de las zonas sureñas hacia Santo Domingo.

No logrando sus deseos de apertura de inmediato, porque los encargados del principal lugar estratégico (Chiro Urbáez Ramírez, Arturo Seijas Barinas y Fabio José Martich Barinas), se negaron clara y terminantemente a levantar el obstáculo. Aún, rechazando el ruego conciliatorio externado por una de las figuras primarias de uno de los grupos políticos que llevaban la voz cantante en todo este reclamo.

Aunque los dirigentes más comprometidos con la reclamación no querían abandonar la lucha, el pueblo en sí estaba muy cansado y muchos jóvenes comenzaron a alejarse de las barreras. No quedándole otro camino a estos fervientes dirigentes que no fuere el hacerlo también, ppresentándoseles  a las autoridades una magnífica oportunidad para despejar los puentes y carreteras y abrir la ciudad al tránsito normal.

El miércoles 4 de abril, prácticamente las protestas habían desaparecido y parecía que todo se desvanecería. Sin más ni menos, la prensa de este día nos trajo en sus páginas algo muy significativo que contribuiría notablemente con la normalización del ambiente y de nuestras relaciones con la comunidad de Baní:

Un grupo de estudiantes universitarios de ambas comunidades se reunieron en el recinto de la Universidad de Santo Domingo para tratar de llevar a sus respectivas comunidades un mensaje de sosiego, como forma de terminar con el problema suscitado. Los estudiantes determinaron que cualquiera disputa que surja entre San Cristóbal y Baní, vendría a perjudicar la paz y prosperidad de las dos regiones.

Dijeron así mismo, que invitaban a los habitantes de los dos pueblos a no prestar oídos a falsos rumores. Los portadores Sergio Amaury Pérez y Héctor Gerardo, de Baní y Federico Lebrón Montás y Ramón Puello Báez, de San Cristóbal, expresaron que ambos pueblos son tradicionalmente laboriosos y hermanos.

Además de los mencionados participaron en el encuentro, los estudiantes Manuel Maríñez, Ulda Peña Nina, Adanela Matos Acevedo, Ricardo Gómez Báez, Luís Ney Peña, Guaroa Ubiñas Renville, Presvia Terrero Sánchez, Élida Sánchez Nina, Nidia Puente Miranda, Teudis Brioso Puello, Víctor Hugo Jiménez Silié, César Norberto Rodríguez y Ramón Arturo Franco.

Es bueno acotar aquí, que las dos nuevas autoridades de S.C. realizaron ingentes esfuerzos para restaurar y armonizar la concordia pública, además el diálogo de las más altas  autoridades del gobierno con los diferentes estratos de la población, garantizaba que las tierras reclamadas serían devueltas a sus antiguos propietarios.

La protesta había llegado a su final, ya sea por extenuación de los participantes o porque todos estábamos seguros de que con la demostración efectuada el gobierno, si era como se alegaba, y así pensábamos, no se  atrevería a degradar a nuestra provincia de categoría política.

Y ahí quedó todo.

 

Conclusiones:

 

Las elecciones generales del año 1962 las ganó ampliamente el Profesor Juan Bosch y su Partido Revolucionario Dominicano. Más luego, en septiembre  de 1963, una Junta militar le derrocaría e instalaría un Triunvirato civil. En este último gobierno, el señor Felipe Parra Pagán fue designado Gobernador civil de la Provincia de San Cristóbal y unos meses más tarde procedió a repartir las tierras reclamadas por los agricultores. La oficina local del Banco Agrícola, fue retornada a S.C., más no así la granja avícola ni la planta eléctrica.

jpm

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