Conceptos modernos de neurociencia y educación
En mi condición de neurólogo fui Invitado por la Lic. Ismaela Taveras, directora general del Centro de Estudios Las Américas, a dictar una conferencia sobre la neuroeducación. En la oportunidad tuvimos ante un nutrido público de profesores y padres el alto honor de comentar algunos aspectos de cómo los neurocientíficos han descubierto: en nuestro cerebro hay sistemas que estimulan la atención, la motivación y el aprendizaje.
Esto hace que nos distanciemos de aquella enseñanza de hace años basada en que”la letra con sangre entra”, donde los reglazos, las 500 líneas y el gorro de burro en una esquina estaban presentes, métodos primarios pues la educación de hoy está muy separada de esas metodologías arcaicas.
Sin embargo, debo reconocer que eran muy efectivas en algunos, pero llegaban a frustrar a un alto porcentaje, pues estaban basadas en el terror, y sabemos que el miedo impide aprender y mucho menos organizar los pensamientos.
Las investigaciones en neurociencia y educación, demuestran que el proceso de aprendizaje es mucho más efectivo y rico cuando combinamos: calidez humana, emociones positivas, buen ánimo, cooperación, imágenes, música y elementos sorpresa. Se acepta que lo emocionalmente grato es lo que mejor cementa la memoria y por tanto el aprendizaje en nuestros cerebros.
COMPLEJIDAD
El cerebro humano constituye la estructura conocida más compleja del universo. Con más de 100,000 millones de células con capacidad eléctrica y química frente a estímulos, las denominadas neuronas están interconectadas cada una de ellas con otras 10,000 por término medio, el número de posibles circuitos y combinaciones estimados en un cerebro sobrepasa con mucho el número de átomos existentes en todo el universo. Lo que hace complejo su funcionamiento, es por el hecho de que todas las funciones cognitivas superiores están interrelacionadas entre sí.
Para que haya pensamiento, que es la actividad mental asociada con el procesamiento, la comprensión, la capacidad para recordar y comunicar, debe de haber una representación interna (expresión mental) de un problema o una situación. Hay tres aspectos básicos en su realización: imágenes, conceptos y lenguaje o símbolos.
El cerebro tiene dos hemisferios, el derecho y el izquierdo. Se plantea que el izquierdo emplea la lógica, orientando en detalles, es práctico, está especializado en matemática y ciencia. Por el contrario, el derecho, usa los sentimientos, es imaginativo, percibe el espacio, recurre a símbolos e imágenes, se basa en la fantasía, música, etc., etc.
Sabemos que la conexión de esos dos hemisferios para que trabajen al unísono se hace a través de una estructura en medio de ambos, llamada cuerpo calloso y que interactúan en extrema consonancia los dos hemisferios.
¿Qué plantea la neurociencia moderna? Que no se trate nunca de dividir o excluir a los estudiantes por sus predominancias cerebrales, sino que en el aula se traten de hacer propuestas de aprendizaje integrando y participando los dos hemisferios y sus funcionalidades, que es como nuestro cerebro realmente trabaja, como una gran orquesta sinfónica muy acoplada, donde el lóbulo frontal y en particular la circunvolución frontal ascendente, es el gran director de la muy compleja orquesta neuronal.
Hoy las investigaciones modernas en neurociencias sobre las bases neurobiológicas del aprendizaje han confirmado que nuestro cerebro está realizando continuamente predicciones, reconociendo patrones e integrando la información novedosa a los conocimientos previamente almacenados, de ahí la importancia de la buena educación.
Efectivamente hay un proceso constructivista en el aprendizaje, incluso es mayor en las matemáticas. Soy un vivo ejemplo de ello: las matemáticas no me gustaban, pero por mantener mis notas altas en el Loyola y recibir semanalmente el premio para ir al cine, sacaba muy buenas notas en una asignatura que no era de mi agrado.
Qué significa esto: que al alumno hay que motivarlo y no excluirlo, ni menos agredirlo con epítetos burlones, por su predominancia cerebral. Al niño no le interesa hacer hipótesis, sino recibir la golosina. Ahí estaría expresada la inteligencia y la dedicación del profesor en el aula y eso es lo que recomienda la moderna neuroeducación, que ambos hemisferios estén presentes en el aula, con trabajos y tareas escolares para ambos hemisferios cerebrales.
Seguiremos”conversando” sobre el tema en otra entrega.
JPM