Compañías se interesan por regenerar playas 

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El autor es licenciado en Ciencias de la Información. Reside en Santo Domingo

Por EDUARDO HERNANDEZ RIPOLL

La República Dominicana, cuya economía depende en gran medida del sector del turismo, en concreto del modelo sol y playa, adolece desde hace unos años de una importante problemática consistente en un proceso paulatino de degradación, motivada por diferentes actores erosionadores que ponen en riesgo la viabilidad de algunas de las mejores playas del país.

El Ministerio de Turismo está reaccionando con contundencia y también ha promovido el interés de las compañías de dragados más importantes del mundo para solucionar una problemática común que afecta al desarrollo de uno de los pilares económicos de la República Dominicana.

Con 48,311 km2, uno de los principales centros de recepción turística de Caribe, 410 km lineales de playas de arena blanca y un total de 197 playas a lo largo de 1575 km de costa, representan hoy una participación en la economía de la República Dominicana, a través de la industria del Turismo, del 8% del PIB del país.

Ante esto, una gran amenaza: la erosión motivada por diversos factores medioambientales como la degradación de la costa motivada por las olas, las corrientes marinas y los vientos que arrastran los sedimentos desde los puntos de origen a las profundidades sumados a los efectos del cambio climático, aumentando el nivel del mar, la capacidad erosionadora de las embestidas de las olas así como el aumento de la temperatura media del mar. Además, están aumentando los corales y arrecifes que están maltratando la barrera natural.

La situación representa una alta preocupación para diversos sectores de la economía, no solo el turismo. Ante este respecto, el sector privado se presenta decidido a actuar a través de las compañías de Dragados más importantes del mundo, encabezadas por Boskalis, Jan de Nul y Rohde Nielsen, todas de origen europeas. Estas organizaciones, que cuentan con la capacitación y la tecnología más especializada son capaces de frenar este fenómeno antes de que sea demasiado tarde.

Los puntos más afectados son las playas de Boca Chica y Juan Dolio, en San Pedro de Macorís; Bayahíbe en La Romana, Bávaro en La Altagracia, el sistema costero de Las Terrenas, en Samaná; entre las playas Punta Popy hasta Playa Bonita Playa Cofresí, en Puerto Plata y Costa Verde y Juan de Bolaños,  en Montecristi.

El Ministerio de Turismo, decidido a solucionar el problema, ha elaborado recientemente un nuevo proyecto de regeneración de playas en el país, por lo que estas compañías de dragados confían en que se les proporcione la oportunidad de actuar lo antes posible y preservar el patrimonio medioambiental turístico y, por ende, económico en la República Dominicana.

jpm

 

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