Buscando el verdadero culpable

El fallecimiento de 11 infantes en el principal hospital pediátrico del país, el Robert Reid Cabral, ocasionada por diferentes causas de mortalidad, ha puesto sobre en el relieve el debate del obsoleto sistema de salud imperante en la República Dominicana. En el coloquio, que se ha debatido ampliamente en los medios, han participado diferentes sectores connotados de la vida nacional. Han surgido acusaciones de responsabilidades, motivas por los lamentables deceso, de paso fueron destituidos de sus puesto el ministro de Salud Pública y la directora del referido hospital. Sin embargo, el debate no ha tocado el fondo de la problemática de la salud en el país, porque no se ha llegado al meollo del asunto. Por eso creo que la sociedad de esta época de la historia dominicana no está, aparentemente, en la capacidad de implementar las acciones y los cambios que se necesitan para que el país avance. Y eso explica la superficialidad del análisis de la problemática sanitaria del país tomando como referencia los funestos hechos ocurrido en el hospital pediátrico. Y, el problema se ha debatido tangencialmente porque la discusión se ha centrado en acusaciones de culpabilidad a los actores de los servicios de salud que se la pasan trabajando permanentemente días y noches en condiciones de precariedades de todas índoles. Condiciones de precariedades que han sido las causas de las muertes de los niños del Robert Reid Cabral, que a su vez tiene sus orígenes en la precariedad presupuestaria con que se maneja el gobierno central. En ese mismo orden se asume que la República Dominicana es un Estado que carece de una infraestructura sanitaria en todas las disciplinas de la salud, en consecuencia, es muy poco lo que se puede hacer en materia de prevención. De ahí que las estadísticas nos ubiquen en el número de países con los más bajos niveles de los principales indicadores de salud, informaciones que arrojan datos innegables, porque una nación de 10 millones de habitantes como la República Dominicana no le es posible que con el 1.5 % de PBI este en capacidad afrontar los problemas sanitarios que afectan la población. Entonces la responsabilidad de la tragedia del hospital pediátrico más importante del país no está donde se ha dirigido el índice acusador. Realmente está, en la descomunal deuda pública del Estado, que en el transcurrir de los años se ha acumulado en tal magnitud que el pago de la misma hoy día, representa aproximadamente el 50 % de Presupuesto Nacional; recursos estos, que bien podrían estar siendo destinados a la inversión social, sin embargo van dirigidos al pago de la deuda pública, porque que hay que pagarla aunque se mueran los niños dominicanos. Es tan exiguo el presupuesto que ejecuta el gobierno que el presidente Danilo Medina preocupado por la indisponibilidad de recursos para la inversión social expres “no hay recursos para resolver los problemas que tiene el país, porque el presupuesto nacional se consume en los renglones pago de deuda pública, en educación, nomina estatal y en el subsidio eléctrico.” Son expresiones del presidente ante imposibilidad de satisfacer las exigencias que demandan las circunstancias y, sin poder hacer más de lo que se puede, por las limitaciones que le impone la precariedad presupuestaria. En definitiva, lo comentado anteriormente devela el verdadero culpable de la tragedia del hospital Robert Reid Cabral: la deuda pública. De tal modo que los integrantes de de los sectores sociales que hemos referido anteriormente, perturbado por lo sucedido en el Robert Reid Cabral, vale decir, sociedad civil, políticos, religiosos, asociaciones de profesionales, partido político, sindicatos y el Congreso Nacional tienen ahora la oportunidad de abrir foros de análisis y discusiones donde se debata la problemática de la deuda pública con el objeto de encaminar esfuerzo que conduzcan al pago de la misma

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