Bienvenido 2023
Te fuiste más rápido de lo esperado, por suerte que te fuiste, lo que dejaste fueron secuelas negativas de tu imperecedero período de 52 semanas, 12 meses y 365 días, por suerte que te fuiste, se fueron como se va el viento en tiempo de calor, como se va en tiempo de frío, por lo menos, nos dejó respirar, nos ha dejado vivir para visualizar las luces que le dan vida al entorno de los pueblos, aunque muchos de estos viven en el oscurantismo nocturnal.
Siervos somos, por eso estamos vivos, habitamos la tierra y nos corresponde, este fin de año, aun en medio de la crisis abismal que nos deja el 2022, sentarnos en familia a degustar del néctar que otros no pueden tener en su mesa, unos porque han muerto, otros por la distancia, algunos porque están inmóviles; muchas familias porque están sumergidas y aletargada en la pobreza y la gran mayoría porque lo tienen todo y no tienen nada.
Seguros estamos de todo lo vivido, de todo lo pasado, de todo lo sentido, fuimos destinados por Dios para vivirlo, sentirlo y sentirnos hasta cabizbajo ante tus infortunios; sin embargo, aquí estamos, henchidos de esperanza, más veloces que cuando comenzaste el primero de enero, a partir de ese día empezaste con tu monotonía, rompiste corazones y hasta llegaste a reducir el ánimo para que no salieran las palabras.
Te vencimos 2022, todavía estamos aquí, Dios nos dimite ante los hombre y mujeres que requieren de su simiente para profesar la bondad en favor de los demás, te demostramos que estamos por encima de ti y que podemos sobrevivir en contra de las adversidades, claro, siempre en sintonía con aquellos que tienen poco y lo comparten con el que no tiene nada y en contra de esos que lo tienen todo y no saben que hacer, “porque no dan, ni dicen donde hay”.
No hay dia sin sol, al menos que no esté nublado, no hay tarde sin noche, no hay cielo sin estrellas, al menos que el clima se funda y entreteja de nubarrones las luces que lo bordean hasta reencarnarlos con la oscuridad, no ganamos un combate, porque para nosotros la violencia no está encuadrada en el calendario, surgimos como el ave fénix, planificamos las metas; y hoy 2022, cumplimos nuestros objetivos.
Qué bueno que te vas para no volver jamás, nunca podrás ser la reencarnación de lo que hemos vivido. Viene algo mejor con propósitos y metas para cumplirlas.
Nunca pensaste que te convertiría en la víctima de todo ser viviente, no te queremos porque promoviste muchas situaciones que pudimos enfrentar, claro a cuenta gotas, pero superamos tus diatribas, tus adversidades, tus monotonías, tus muertos, tus enfermedades, tus actos de violencia, en fin, todas tus iniquidades.
Dios no se olvida de sus hijos, ni de los buenos, ni de los malos, esta vez, al igual que en años anteriores, podemos sentarnos en la mesa, compartir en familia la tradicional cena de navidad, sin la falta del codiciado moro negro, el arroz con guandules, el lechón asado, los dulces y las frutas, entre otras delicias que acostumbramos a degustar con deleite, siempre enseñoreados por el poder del eterno.
“Siembra la vida de esperanza y cosecharás los frutos que le darán existencia a las generaciones por venir”, esas generaciones que nutren del alimento sine qua non destinado para la existencia. Bienvenido 2023, aquí te esperamos con los brazos abiertos, cargado de optimismo, a la espera de tus bienaventuranzas, compelidos a sumergirnos con fuerza para no aventurar, sino para lograr lo que nos depara el futuro y nos trae tu llegada.
“Cuando apostamos al mejoramiento continuo, solo Dios nos tiene garantizado nuestro destino”. Que este nuevo año sea parte de tus éxitos, que se convierta en la simiente de tu prosperidad, siempre tomando en cuenta que al universo le faltan hombres y mujeres con caracteres que vayan mucho más allá de sus supersticiones. Que el cuerpo, el alma y el corazón los llenen de bendiciones. Feliz 2023.
jpm-am