A Karl Heinrich Marx, en sus doscientos años

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EL AUTOR es escritor, poeta y profesor universitario. Reside en Santo Domingo.

La niebla de Londres es espesa y lúgubre y el Viejo Karl Heinrich Marx se sube la solapa del saco. 1865 es un mal año. Las bibliotecas inglesas lo han visto transitar de un lado a otro, escudriñando en el pensamiento de los clásicos la esencia real del nuevo sistema capitalista en el cual vivía la humanidad. Dos años después saldrá el primer tomo de El Capital, un libro curioso, tan citado como La Biblia, pero con tanta frecuencia caricaturizado, que se pueden contar con los dedos de una mano a quienes han vivido la aventura intelectual de embarcarse en su lectura. Antes, Jenny Von Westphalen había enfermado, y él se muerde los labios, recordando tanta miseria sin nombre, tanto dolor trashumante acumulado en la lucha revolucionaria. Algún versito de juventud, de los muchos que escribió para Jenny, comienza a cabalgar en la memoria, pero lo espanta la imagen vivida de la noche de 1845 en que fue expulsado de Francia.

 

¿Quién es este hombre que atraviesa la niebla de Londres, con un legajo de papeles bajo el brazo, el traje raído, sin bufanda, dos dedos rotos del guante de la mano derecha, y angustiado porque su Jenny Von Westphalen está casi perdida en la locura? ¿Qué tiene que ver con la aventura espiritual de los dominicanos?

 

Karl Heinrich Marx es, en pocas palabras, el sueño del hombre integral, como hace ya un tiempo lo definiera Ernest Fisher. La Revolución francesa proclamó el derecho del hombre a la libertad, a la personalidad libre. Y lo hizo, fundado en el desarrollo de la industria, de la técnica, en el despliegue sin límite del espíritu mercantil, en las esperanzas revolucionarias, pronto desmentidas por la nostalgia romántica, que condenaba la progresiva deshumanización del hombre por la división del trabajo, cuyo resultado era la acumulación creciente de riqueza en un polo de la sociedad y la acumulación creciente de la miseria material y espiritual en el otro polo de la misma. En los papeles que llevaba bajo el brazo, yéndose más allá de la protesta romántica contra la oronda burguesía, Karl Heinrich Marx escribiría: “el hombre en la sociedad civil se convirtió, desde luego, en individuo, pero no con una individualización inserta en una comunidad, sino con una individualidad en competencia con todas las demás”.

 

Estas máscaras escénicas, como las llamaba él, son la mediación dolorosa que la escala de valores del capitalismo impone en la interacción de los hombres. Obligado a la dualidad, desgarrado por un mundo de máquinas, de lucro, de miseria; lo que el reconoce en la potencia creativa de la sociedad capitalista moderna era la imagen no realizada del hombre. Toda su obra se puede definir por esta aventura inconclusa: la nostalgia de la unidad del hombre consigo mismo, con sus semejantes y con la naturaleza de la que había sido enajenado.

 

El hombre se educa a sí mismo como hombre en tanto que humaniza lo que es su naturaleza, en tanto que no degrada a cosa a otros hombres y más bien hace suyos los objetos de la naturaleza, los hace objetos humanamente apresados, conocidos y configurados, y mediante su apropiación humana elabora por sí mismo la riqueza de sus facultades, la plenitud de su yo”-Piensa Karl Heinrich Marx, con el frio calando la profundidad de los huesos. Y de pronto se detiene, conmovido por el hallazgo: “La apropiación por el tener-se dice- el resquebrajamiento de la posible abundancia en la obra truncada de la propiedad privada, hace al hombre necio y unilateral ”-confirma.

Confirmación que es el peso de su vigencia, incluso hoy, que en su nombre se han levantado tantas torpezas. En la sociedad dominicana subdesarrollada, tras la máscara social del dinero desaparece el ser humano. Marx diría que “estamos degradados a cosa”. Son infinitos los aportes a la historia del pensamiento que nos legara un filósofo combativo y tenaz. Y a doscientos años de su nacimiento, penetra todavía muerto de frío la niebla londinense. Ahora lo quieren echar del pensamiento de la humanidad, pero él se sube la solapa del saco y mira el mundo que, en muchos aspectos, él previó en sus estudios.  1865 es un mal año. ¿Qué será de Jenny Von Westphalen-piensa-, casi perdida en la locura?

 

 

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Hector Vargas
Hector Vargas
5 Años hace

La humanidad siempre es****s personajes para celebrar por sus contribuciones de los que sea que an elegido como logros. Aquellos que miran desde afuera a los que estan adentro tienen una perpestiva diferente al de adentro porque no disfrutan de los mismo. El que esta adentro mira al de afuera como un envidioso y amenazador, que solo desea destruirlo. Esta es una vieja historia que nace a raiz del Castillo donde solo existia la competencias entres los Reyes y sus piezas de ajedrez. Estos no trabajaban pero se vestian de las mejores prendas y comian la mejor comida mientras las… Leer mas »

José Flández
José Flández
5 Años hace

A este señor parece que los años le pasaron por encima y no se nutrió de la experiencia que ellos proporcionan y la que el acontecer histórico nos enseña… Tal parece que ni el estrepitoso fracaso del ideal y la practica marxista convence a este tipo de personas de lo equivocados que han vivido toda su vida. ¡Pobre fanático!…

katanga sol
katanga sol
5 Años hace

KARL MARX.- Su verdadero nombre judío era KISSEL MORDEKAY.

L.Arturo Morató B.
L.Arturo Morató B.
5 Años hace

(3ra Parte final) Es indudable que en los seres humanos siempre ha existido la tendencia a crear mitos, independientemente de que se crea que esto es exclusivo en los pueblos primitivos. En ese sentido, estos personajes del social comunismo sus seguidores han forjado sus imágenes frente a los demás, basado en un mar de mentiras, de negación de la realidad y de la verdadera y genuina conducta de sus acciones. Convencido de ello, fue por eso la motivación que tuve cuando me encontraba de viaje en Londres, Inglaterra, que me tomé la molestia de ir al histórico cementerio de Highgate,… Leer mas »

DON CARTLOS
DON CARTLOS
Responder a  L.Arturo Morató B.
5 Años hace

Etilico frustrado quiere que el poeta te de importancia, pero tus mentiras no provocan ronchas.

L.Arturo Morató B.
L.Arturo Morató B.
5 Años hace

(2da. Parte) El escritor Leopold Schwarzschild, quien investigó la vida de Marx durante mucho tiempo, en su interesante libro titulado «El prusiano rojo: La vida y leyenda de Karl Marx dijo de él lo siguiente: «Marx fue el individuo menos humanitario y menos amante de la libertad que yo haya investigado». Dice de Marx que «Vio en el proletariado un instrumento de su propia ambición personal». Por su parte, el escritor Paul Jhonson autor del libro «Intelectuales» dijo de Marx: «Fue siempre un vividor. Al principio estaba a expensas de su familia -que por demás era burguesa- y luego sedujo… Leer mas »

L.Arturo Morató B.
L.Arturo Morató B.
5 Años hace

En realidad es indignante, inaceptable y hasta inmoral podríamos decir, que un intelectual, escritor y profesor universitario, apologice a favor de un personaje que a lo largo de la historia, lo único que delegó a la humanidad con sus ideas malsanas, fútil, resentidas y llenas de envidias, fue muerte, destrucción, violaciones a los derechos inalienables del hombre por parte del Estado que basaron su esquema bajo la égidas de sus ideas utópicas, irreal y farsas. Desde la revolución de octubre de 1917 hasta la fecha, la realidad de las naciones que se abocaron a tomar sus ideas como bases de… Leer mas »

BUDA-LEONEL
BUDA-LEONEL
Responder a  L.Arturo Morató B.
5 Años hace

Karl Heinrich Marx​​, independientemente de que fuera un militante comunista prusiano (alemán) de origen judio, y que llamó al capitalismo como «dictadura de la burguesía», hay que reconocer que fue un gran filósofo, economista, sociólogo, ​periodista, intelectual y una de las mentes más brillantes que ha dado la historia de la humanidad.