62.3% de frustración escolar 

Muchos ciudadanos alfabetizados, incluyendo profesionales, desconocen cómo demostrar que 4 más 3 es igual a 7, e igualmente podrían ignorar que la multiplicación de dos números es una suma.   

Ello tiene explicación en el hecho de que hace décadas muchos alumnos fuimos víctimas de métodos de en enseñanzas deficitarios que se apoyaban en la memorización simple.  

En la actualidad, lo que resulta muy difícil de justificar es el hallazgo de que el 62.3  porciento de los niños con diez años de edad no puede leer ni entender un texto simple.   

Cuando en el 2013  se aprobó destinar el  cuatro porciento del Producto Interno Bruto al sistema educativo se entendía que ello provocaría un impacto positivo en la calidad de la enseñanza.  

Ocho años después provoca una gran frustración los resultados que aparecen en el Boletín de Competitividad Sectorial 2021 publicado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo sobre la problemática educacional del 62.3% de la población con 10 años de edad.  

Todo apunta hacia el hecho de que los miles de millones de pesos que el Ministerio de Educación ha recibido en los últimos ocho  años no han servido para conseguir mejorar la calidad de la educación en nuestro país.  

Se esperaba que con tantos recursos económicos mejoraría la calidad de la educación en el entendido de que las autoridades adoptarían medidas integrales de apoyo al profesorado.  

Con ocho años manejando miles de millones de pesos no se concibe que anualmente el Ministerio de Educación no haya iniciado los correctivos de lugar de los problemas que se identifican en las obligadas investigaciones de las causas de los malos resultados de los escolares.  

El contexto familiar, medido de acuerdo a un índice que valora conjuntamente la situación económica, social y cultural de cada alumno, sigue siendo uno de los factores que más incide sobre el rendimiento escolar.  

Viendo ese 62.3% de frustración educacional, debemos centrarnos en reclamar una escolaridad más adaptada a los procesos de cambios que se pretenden gestar ante las condiciones históricas del país.  

El profesorado de hoy en día no sólo debe estar capacitado para facilitar procesos pedagógicos de nuevo tipo, sino que también  tiene que  insertarse en la explicación de la compleja realidad que vivimos con reflexiones creativas y críticas.  

El sistema educativo contemporáneo debe promover el protagonismo de los alumnos como forma de búsquedas que ayuden a impulsar cambios frente a las numerosas dificultades que enfrentan cotidianamente.  

Si un alumno no puede entender lo que lee es porque la enseñanza de contenido no ha sido acompañada de reflexión crítica y constructiva.  

No se entiende por qué durante los últimos ocho años el profesorado del sistema educativo nacional no ha logrado  reorientar la acción pedagógica hacia un entendimiento activo en el que la reflexión sea la base para explicar los contenidos programáticos y las situaciones de la vida diaria.