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Viejo compromiso entre quisqueyanos y boricuas
Mover la conferencia de SOMOS de Puerto Rico a Santo Domingo es una idea absurda, que atenta contra los intereses comunes nuestros en Estados Unidos.
Esta es una relación que se comenzó a fraguar a partir de la ola migratoria dominicana generada al calor de la revuelta de Abril, en 1965. Los destinos mas solicitados por los nacionales nuestros que querían ver “la otra cara del mundo” eran Puerto Rico, Venezuela y Nueva York.
Los récords muestran que para 1970, ya existían en estos lugares grandes comunidades provenientes de todos los rincones de Quisqueya y aunque la presencia de nosotros se redujo considerablemente en Caracas, no pasó lo mismo en la Isla del Encanto y en la Gran Manzana.
Y justamente en esos días iniciales de nuestra salida del país fue cuando se empezó a tejer esa gran coraza que nos protegió y nos hizo sentir seguros junto a los boricuas; porque prácticamente nos ayudaron en todo; desde recibirnos en sus casas, ayudarnos a conseguir trabajo, apoyarnos los muchachos en la escuela y lo mas importante y humano: contrajeron matrimonio con los dominicanos solteros -hombres y mujeres- y pudimos empezar nuestros procesos de legalización en USA.
Como nota folclórica, recordemos el famoso vuelo que salía de San Juan a medianoche y llegaba en la madrugada a Nueva York, por lo que era conocido como “el kikiriki”. Los dominicanos lo usábamos para llegar hasta la gran ciudad, donde había mas ofertas de trabajo.
Todo era posible porque siendo un “vuelo local”, los hermanos boricuas podían viajar sin el pasaporte formal, y eso nos favorecía a nosotros que nos “guillábamos” de ser “de puertorro, Nene”; imitábamos el tono de ellos al hablar y el famoso “Ay bendito” lo pronunciábamos con fluidez y hasta con algo de orgullo.
De estos hechos no se puede olvidar ningún criollo criado con las viejas reglas de familia, porque el agradecimiento es un sentimiento que nos han inculcado nuestros padres. Para los abuelos criollos, uno de los seres mas viles y despreciables es el malagradecido; y eso seguimos enseñando a nuestros hijos y nietos.
Hago esta introducción, porque es importante recordar principios que han servido de base de sustentación de nuestra cultura familiar casera. Muy especialmente hoy, que las buenas costumbres heredadas, se han visto vapuleadas por el inmediatismo que genera la voraz competencia social y económica en que se han envuelto nuestros muchachos.
Esto me permitirá interpretar sin pasión, un lamentable hecho que está al punto de producir una gran separación entre las comunidades boricua y dominicana en Nueva York. Se trata de algunas acciones desenfrenadas que están siendo promovidas por ciertas asambleístas de NYS contra los intereses de los hermanos puertorriqueños residentes en la isla.
Les cuento la historia
La conferencia SOMOS, que se celebra anualmente en la Isla del Encanto desde hace años, es una actividad que moviliza a cientos de autoridades y empresarios del Estado de Nueva York. El objetivo principal de esta sólida concurrencia de newyorkers al Caribe es mantener en la palestra el tema del abandono a que ha sido sometida la isla por parte del Gobierno Federal de USA, luego de las consecutivas y desastrosas calamidades naturales que, como el huracán María, destruyeron prácticamente la isla.
La presencia de SOMOS en Puerto Rico representa una inyección de sobre 20 millones de dólares, solo en habitaciones de hotel. Un promedio que supera las 1,200 reservaciones y la concurrencia de alrededor de 2,000 personas, que se dan cita en la Tierra del Coquí durante una semana, para discutir y reconocer la realidad económico-social local, luego del paso de fenómenos que han afectado la infraestructura de la isla.
Durante las dos últimas reuniones se han concretado planes de apoyo para la reconstrucción de viviendas, intercambios con NYS en materia de educación y cuidados médicos y el respaldo de la Oficina de Manejos de Emergencias de NYS a la agencia local encargada de enfrentar los daños que generan los fenómenos atmosféricos de temporada, tan propios del Caribe insular.
Como se nota en esta breve reseña, los beneficios que recibe Puerto Rico con la reunión anual de SOMOS, resultan vitales para su recuperación, por lo que, se hace inaceptable mover la conferencia a Santo Domingo. Y mas, si es costa de suspender su realización en Puerto Rico. Hay que buscar otras iniciativas, porque esa que se pretende implementar, tendrá el total rechazo de los dominicanos residentes en Nueva York.
Los dominicanos respaldaremos acciones que dinamicen la economía del país, pero nunca apoyaremos que sean sobre la base de retardar la posibilidad de que Puerto Rico rebase la crisis que padece hoy día. La conferencia de Somos no debe ir a Santo Domingo, si ello implica retirarla de Puerto Rico.
Esto deben entenderlo todos los dominicanos, especialmente los jóvenes que parecen desconocer las décadas que hemos pasado sintiendo la mano amiga y solidaria de los hermanos boricuas; en especial aquellos oficiales que han resultado electos con la ayuda de sus votos. Esto es importante entenderlo porque la fidelidad electoral en un escenario tan convulso como el de El Bronx, no está escrita con tinta china.
Para terminar, solamente quiero reiterar mi llamado a este intrépido grupo de asambleístas nuestras, que insisten en crear disturbios innecesarios y que definitivamente no entienden que el poder emana del voto popular y que ese voto es veleidoso y altamente volátil. Al Estado no se va a inventar sino, a combinar el sentido común con las demandas mas perentorias de los constituyentes, para garantizar su mejoría social y económica.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
Excelente articulo y mas loable tu posicion. Jamaz de los jamaces debemos apoyar fortalecernos nosotros a costa de ellos. El Bori y el Domi son hermanos que deben respaldarse.
Muchos testimonios he escuchado de personas altamente agradecidas de estos hermanos caribeños que le dieron la mano a muchos dominicanos. Debemos ser agradecidos, este articulo asi lo hace. Aparecen vulgares e incultos desalmados que no saben valorar esas acciones.
Gracias Puerto Rico
¡Que disparate!