Veinte veces más deuda: ni un solo problema resuelto

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EL AUTOR es presidente del Frente Cívico y Social. Reside en Santo Domingo.

A abril de 2025, cada dominicano —desde el recién nacido hasta el anciano— carga con una deuda de más de 7,200 dólares, fruto de decisiones tomadas por una élite política y económica que ha gobernado de espaldas al pueblo.

En apenas veintinueve años, la deuda pública consolidada del país ha pasado de 3,994 millones a más de 77,600 millones de dólares, un aumento de 1,843 % que compromete no solo el presente, sino que hipoteca el futuro de generaciones que aún no han nacido.

No es producto de una guerra, ni de una catástrofe natural, ni siquiera de una caída de los ingresos. No. Es consecuencia directa de una conducta criminalmente irresponsable, donde el gasto público ha crecido de forma desbordada por encima de lo recaudado durante más de tres décadas.

Y, como ocurre en cualquier hogar o empresa que gasta más de lo que gana, el Estado termina endeudado. Solo que, en este caso, los que disfrutan el banquete no son quienes pagan la cuenta.

En 1996, el Estado dominicano recaudó 1,856 millones de dólares, de los cuales un 45 % se destinó a inversión de capital. En cambio, en 2024 recauda 20,346 millones, pero gasta 24,283 millones, destinando apenas un 10.8 % a inversión productiva.

Es decir, aunque los ingresos se han multiplicado, el déficit no desaparece: por cada 100 pesos recaudados, 22.8 fueron al bolsillo de las élites financieras en concepto de intereses de deuda. Una ecuación perversa cuyo único destino es el colapso.

A menudo se nos habla de “crecimiento económico sostenido”, de “fortaleza fiscal”, y de “república modelo en la región”. Pero los datos dicen otra cosa. Desde 1996 a la fecha, los ingresos del Estado dominicano se han multiplicado por diez, pero la deuda pública se ha multiplicado por veinte.

¿Cómo puede explicarse esta contradicción?

Muy simple: no estamos creciendo de verdad, estamos inflando la economía a base de deuda. Lo que han llamado desarrollo no es más que una burbuja dopada con préstamos, que beneficia a los de arriba mientras hunde a los de abajo en más impuestos, más inflación y menos servicios.

Este modelo de “crecimiento con esteroides” —sostenido artificialmente por financiamiento externo— ha convertido al Estado en un adicto al endeudamiento y al pueblo en la garantía colateral de una élite financiera y política que se sirve del país como si fuera su finca privada.

La realidad desnuda es que, si los ingresos aumentaron 10 veces, no era necesario endeudarse 20 veces… a menos que el objetivo fuera otro: enriquecer a pocos a costa de todos.

Pero lo más grave es que esta espiral de endeudamiento fue precedida por un crimen estructural contra el pueblo dominicano: en 1996, la deuda externa del país era de 3,994 millones de dólares, y el Estado dominicano contaba con un patrimonio público incalculable. Empresas eléctricas (CDEE), mineras (Pueblo Viejo), industriales (CORDE), agroindustriales (CEA), hoteleras, aseguradoras, molinos y más.

En lugar de modernizar y convertir ese patrimonio en motor del desarrollo nacional, la partidocracia lo desguazó, lo malvendió y lo entregó a intereses privados, nacionales y extranjeros. Liquidaron el esfuerzo de generaciones enteras con la excusa de la “eficiencia”, y hoy nos han multiplicado la deuda por veinte sin resolver un solo problema esencial del pueblo.

Todo lo contrario: han profundizado la crisis social y económica. Han reducido al Estado a un simple cobrador de impuestos, sin alma, sin presencia, sin autoridad. Hoy el pueblo sufre la orfandad de un Estado ausente, incapaz de garantizar ni el agua potable, ni la energía digna, ni la salud, ni la educación, ni la seguridad ciudadana.

Para 2025, casi el 29 % de los ingresos tributarios se destinan al pago de intereses. Es decir, de cada 100 pesos que el pueblo entrega con esfuerzo, 29 se van a manos de acreedores que prestan a un país sin transparencia ni controles. Ni siquiera el Banco Central escapa: sus pasivos aumentan porque el Gobierno Central, ahogado en déficit, ya ni siquiera puede transferirle recursos.

Esto no es una crisis económica. Es una estafa institucionalizada. Un modelo diseñado no para servir al pueblo, sino para proteger a una élite voraz que saquea el Estado con la complicidad de partidos, tecnócratas y funcionarios que se esconden tras cifras frías y discursos huecos.

Desde el Frente Cívico y Social (FCS) alzamos la voz con la fuerza de un pueblo digno. No podemos seguir aceptando que nos endeuden sin consultarnos. No debemos pagar una deuda que no disfrutamos. No es solo injusto: es inhumano.

Esta deuda no es solo financiera. Es una deuda política, social y moral.

Y exige justicia.

No puede hablarse de soberanía nacional cuando un niño dominicano nace con una deuda impagable sobre los hombros. No puede hablarse de desarrollo mientras se financia el privilegio de unos pocos con el sufrimiento de millones.

Hacemos un llamado urgente al pueblo dominicano:

A despertar. A organizarse. A exigir cuentas. A romper este círculo vicioso que nos conduce al abismo.

Desde el FCS proponemos una transformación fiscal radical, con pilares claros:

Un pacto tributario justo, simple y transparente.

Reglas fiscales firmes para contener el gasto clientelar y generar superávits.

Auditorías independientes y públicas de toda la deuda y los contratos asumidos en nombre del pueblo.

Y, sobre todo, un nuevo liderazgo político y social que no viva de la deuda, sino que luche por la dignidad.

El tiempo de la resignación ha terminado. Es hora de decir basta.

La deuda que ellos contrajeron… no la pagaremos nosotros con hambre, desesperanza y silencio.

¡Despierta, RD!

jpm-am

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Guilber R
Guilber R
12 dias hace

Nada mas cierto que lo expuesto, la deuda ha sido para regalar los bienes del estado y crear una legión de vagos y pedilones para satisfacer el EGO NARCISISTA de los gobernantes. calles, agua, basura todo sigue igual gobierno tras gobierno. todos son iguales.
y la formulita aquella parece no funciona

Betsaida
Betsaida
12 dias hace

Urge una reforma profunda y transparente en la forma en que se manejan los recursos públicos.

Sarah
Sarah
12 dias hace

El crecimiento descontrolado de la deuda pública dominicana no responde a necesidades excepcionales, sino a una mala gestión prolongada.

Rosa Estel
Rosa Estel
13 dias hace

Sr. Ramos, usted no es ni cívico y las hojas hace bastante tiempo que se les secaron, entendió .?

El Veraz
El Veraz
13 dias hace
Responder a  Rosa Estel

Hay muchos dominicanos que no soportan ver o escuchar la verdad, y resulta, que estos por lo común son los peores parásitos del Estado. Creen que con un aparente beneficio individual tienen a Dios tomado por los pies y es a Satanás que abrazan con su egoísmo y yoismo.

Leidy
Leidy
13 dias hace
Responder a  Rosa Estel

Rosa Estel, si algo ha secado las hojas de este país no ha sido el Frente Cívico y Social, sino un sistema político que ha crecido a base de deuda y corrupción. El FCS es una raíz firme que surge de la esperanza del pueblo, no de promesas vacías. Si va a comentar, hágalo con argumentos que enriquezcan el debate. Los calificativos sin base solo muestran vacío. ¿Es que no tiene con qué responderle al Dr. Ramos o le incomoda la luz de la verdad? El pueblo ya ha despertado y el cambio está en marcha. La historia sopla a… Leer mas »

Carlos
Carlos
13 dias hace

Analizando propongo una reforma tributaria gradual donde el pueblo pueda ir asimilando esta carga

ASURBANIPA
ASURBANIPA
13 dias hace

«A PARTIR DEL 1996 TODO SE RESUME EN UNA SUCESION DE OPORTUNIDADES PERDIDAS»

antonio
antonio
13 dias hace

un analisis exacto de lo que esta pasando, esto a la corta o a la larga nos generara una desgracia.