Un discurso en dos partes
El discurso del presidente Medina ante la Asamblea
Nacional, ha evidenciado hasta qué punto el “presidencialismo” está presente,
no sólo en el ánimo sino, en el accionar de la clase política dominicana. Casi
todos se han referido a lo que debió decir y no dijo el Presidente; así como a
lo que dijo pero que, según ellos, no era absolutamente cierto.
De cualquier manera, la alocución de rendición de cuentas
ha servido para deslindar los campos de la oposición y en cierta medida -como
afirma don Luis Graveley- a separar la paja del trigo, en materia de coherencia
y uniformidad en las prédicas políticas. Hasta se puede afirmar que la
interpretación de esta pieza discursiva, de unas 11,000 palabras y más de 100
minutos de exposición, será la piedra de toque que diferenciará los candidatos
contrarios al PLD en las elecciones de 2016.
Porque noten ustedes, que el día 27 de febrero no se
pronunció únicamente un discurso sino dos; y que el primero de ellos era un
preámbulo para el segundo; y eso es lo más lógico del mundo, en un partido
político que ha sabido actuar como equipo monolítico casi siempre. Pared Pérez
dijo las dos cosas que Danilo Medina no quería decir; y ambos omitieron las que
no resultaban convenientes para los intereses del grupo que representan.
REINALDO
El presidente del Senado dijo
básicamente dos cosas: que la sentencia TC168-13 era vinculante a todos los
poderes del Estado y que la Ley de Partidos no se había aprobado por
diferencias de las cúpulas directivas del PLD y del PRD. La primera afirmación
es absolutamente correcta, y no debería ser tema de debate, ni representar
dificultad alguna para el Presidente y su alta popularidad, pero, si lo afirma
Reinaldo, Secretario General del PLD, es como si lo dijera el partido mismo, y
si hay algún rechazo, debe recibirlo Reinaldo. Además, ya Danilo habló del caso
en la reunión de la Celac y las cosas buenas no se repiten. Esta especie de
carambola aparente, sin embargo, no parece tener sentido, habidas cuentas de
que el 90% de la población apoya la singular sentencia. De donde se colige que
Reinaldo sólo quería recordar a los dominicanos, ese triunfo de Danilo y del
país; que se hubiera visto muy feo si es el mismo presidente quien se da la
coba en persona.
Sobre la Ley de Partidos, hay una lectura un tanto
diferente. La afirmación es también correcta, aun y cuando no sea sincera;
porque todos saben que él, Reinaldo, es el segundo hombre al mando del PLD (en
los papeles) y es responsable directo de lo que denuncia. El cocorícamo se
siente cuando vemos que quien debe ser entonces el responsable mayor, es Leonel
Fernández. Si Danilo tuviera que decir estas cosas, se expondría a una
respuesta como aquella sobre el liderazgo, de tan non grata recordación para la
unidad interna peledeísta; por eso lo dijo Reinaldo, que si quiere ser
candidato, tiene que pagar su cuota.
Por otra parte, estas inusuales afirmaciones del
presidente de la Asamblea Nacional, antes de una rendición de cuentas del
presidente de la República -que como vimos están justificadas- se prestan para
otra lectura; y dicha lectura nos viene desde la oposición, de la gente de
Miguel Vargas. Según Osiris Blanco, uno de los perredeístas más perspicaces y
suspicaces al mismo tiemp “Reinaldo está tratando de esconder que la dichosa
Ley de Partidos no se ha aprobado por los enfrentamientos que hay entre Danilo
y Leonel sobre el asunto”. Danilo quiere el voto preferencial, a sabiendas de
que como su gente “tiene más saliva, comerá mas hojaldres”; mientras que Leonel
quiere las listas cerradas, que le garantizan al presidente del partido las
maniobras pre electorales propias de su liderazgo.
Hasta este punto, es evidente que el discurso de Reinaldo
no era tan independiente y desinteresado como se creía y que al mismo tiempo,
evitó al Presidente referirse a lo que no convenía.
Veamos ahora las cosas que la gente se quedó esperando
oír y que ni Reinaldo ni Leonel dijeron. Lo primero es lo de Loma Miranda.
Todos sabemos que este gobierno del PLD va a tratar de explotar la mina en
cuestión; el problema es que anunciarlo afectaría la popularidad del Presidente
y eso no conviene. De modo que si se deja de lado oficialmente, mientras se
siguen generando las “espontaneas manifestaciones de apoyo” a la explotación de
la mina, como sucedió el pasado 25 de febrero, Danilo Medina tendrá que
intervenir, por el bien del país, y garantizarle al pueblo dominicano que la
explotación se hará sin afectar el medio ambiente y cumpliendo con todas las
previsiones que aseguren el bienestar de los residentes de la región.
Esa solución “salomónica”, viniendo de un gobernante tan
bien valorado, podría ser aceptada como conveniente y quizás no afecte
negativamente el aura del presidente Medina. Narciso Isa Conde, reputado
dirigente opositor, cree que será todo lo contrario y que de la luna de miel
con la opinión pública se pasará al divorcio inmediato, con partición de bienes
y enemistades futuras entre los cónyuges. Nosotros, mientras, nos reservaremos
el pronóstico.
Hay otros temas, como Bahía de Las Águilas, Reforma
Laboral, Inseguridad Ciudadana y Corrupción, que también fueron dejados fuera
del discurso o tratados superficialmente; pero no siempre por conveniencia para
el Gobierno sino, atendiendo a razones de prioridades.
BUENO O MALO ?
Ni una cosa ni la otra. Este ha sido un discurso
conveniente. El Presidente dijo lo que tenía que decir y Reinaldo le ayudó con
los dos temas embarazosos. Las evaluaciones hechas por los principales
dirigentes de oposición están sesgadas y evidencian sus diferentes visiones
sobre la situación nacional y sus pareceres en torno al proceso de 2016.
Algunos se despacharon con el mayor desparpajo y una vez más mostraron el
síntoma común de sus discursos: la incoherencia. Otros simplemente se sumaron
al coro y aplaudieron con frenesí o abuchearon sin el menor miramiento.
En el caso de los perredeístas -los de adentro y los de
afuera- las opiniones vienen con el fervor acostumbrado desde aquel fatídico
proceso convencional. Los convergentes, con su jefe a la cabeza, no pudieron
ser más incoherentes, aunque se les nota a leguas el velado intento de
chantaje. La reunión del sector agrícola por la mañana y la movilización de
Nagua por la tarde, lo atestiguan fielmente. Mientras, el joven Califa heredero
del trono -supuestamente- se mueve con fidelidad felina alrededor de los
desvaríos del caudillo mayor. Bien se ve que no conoce la esencia del
caudillismo.
Los institucionales, con la evaluación del discurso,
mostraron el porqué de sus éxitos seguidos: objetividad en el juicio, serenidad
en la exposición y apego a la línea de la política de los nuevos tiempos. Las
otras parcelas, marcadas por el amor o el odio a Leonel Fernández, también
exhiben posiciones a tono con sus planes para 2016. Los que desde ya quisieran
ver a Danilo Medina cabalgando sobre el corcel reeleccionista -y los hay fuera
y dentro del PLD- no han cesado de alabar lo que ellos consideran como una
“magnífica y brillantísima pieza oratoria”.
Los leonelistas -también fuera y dentro del PLD- parcos y
muy preocupados, por lo bajo y a hurtadillas, critican el discurso; pero todos
sabemos que lo que en realidad les preocupa es el desenlace de la embestida
contra los secretarios de finanzas y organización del partido, que están siendo
acosados por la justicia.
El tiempo nos dirá que tan efectivos fueron los discursos
del 27 de febrero y como afectarán la popularidad -muy buena por cierto- del
presidente Danilo Medina; mientras tant
Vivimos, seguiremos disparando…
rolrobles@hotmail.com