Un aplauso a la juventud venezolana
Que hermoso resulta defender causas que consideramos justas. Cuan admirable es luchar por la salvaguarda de lo que consideramos derechos inherentes a la existencia humana y al desenvolvimiento civilizado y feliz de una sociedad. Defender causas propias resulta común, defender causas ajenas y socialmente relevantes, resulta engrandecedor. Y es aquí donde se ha situado la revolucionaria juventud venezolana, hoy engrandecida y envalentonada frente a un gobierno opresor de libertades civiles que parecían inconculcables en esta era de la modernidad. Es una lucha entre un indefenso y sufrido pueblo contra un súper poderoso gobierno, capaz de narigonear todas las instituciones públicas. Basta ver la nefasta e inconcebible sentencia del Tribunal Constitucional, el cual dictaminó que el derecho a la protesta no es absoluto, y que para su materialización obligatoriamente debe existir una autorización por parte de la autoridad pública. Legitimando de esta forma, las arbitrariedades que actualmente cometen apandillados armados contratados por el gobierno para que asesinen blancos específicos de la oposición. Ya van más de 50 civiles indefensos muertos por el gatillo intolerante del Chavismo. Un tribunal llamado a defender los derechos inherentes al ciudadano del siglo XXI, ha sido capaz de conculcar el derecho más sacramental que tienen los pueblos frente a un gobierno de oprobio, abusos y manipulaciones. Es que protestar ya no solo es un derecho, es un deber del ciudadano del bien, de la bondad y del amor patrio. Hay que ver como las aguerridas masas de jóvenes venezolanos lanzan piedras frente a los tanques especiales anti protestas que utiliza el gobierno. Mientras fuerzas socialistas disparan con armas de fuego para defender la opresión, los jóvenes lanzan piedras para defender la libertad. Esta lucha libertaria no solo procura la mejoría de las condiciones materiales del pueblo venezolano, sino también recobrar la dignidad y la felicidad. No es posible el avance de un pueblo, cuando este es gobernado por un grupo político ideologizado, que ha cultivado la política del odio en la sociedad venezolana desde el primer día que pisaron el Palacio de Miraflores. Un gobierno que ha tenido la osadía de enfrentar a todos los sectores, desde la iglesia católica, el empresariado, los medios de comunicación, Organizaciones No Gubernamentales, propietarios de tiendas de electrodomésticos hasta presidentes y ex presidentes extranjeros. El mayor enemigo de la economía de un pueblo es la inflación. Y es éste uno de los tantos enemigos que hoy enfrenta la juventud venezolana. Un 56% de índice inflacionario en el 2013 que la convirtió, en este renglón económico, como la número uno del mundo. Estamos hablando que hasta para conseguir el papel de baño, el papel de los periódicos y hasta el vino que sirve el sacerdote de la iglesia, hay que hacer malabarismos. Basta situarnos en todo este panorama de inestabilidad económica, caos social y loquismo político, para entender a la enfurecida y revolucionaria juventud venezolana. Desde que el Chavismo asumió el gobierno en el año 1999, ha tenido que enfrentar los tan elevados niveles de delincuencia que azotan a sus principales ciudades. Tan solo el año pasado fueron asesinadas de manera violenta 4,860 personas. Situando la tasa de homicidios violentos en un 79% por cada 100,000 habitantes, esto de acuerdo a datos suministrados por el Observatorio Venezolano de Violencia. Estas escalofriantes cifras de criminalidad también la colocan como la número uno del mundo. Son tantas las razones que justifican las prolongadas protestas de la enardecida juventud venezolana, que si allí hubiese un gobierno con niveles mínimos de vergüenza política y conciencia democrática, habría renunciado por su evidente incapacidad para solucionar los tan diversos problemas económicos, políticos y sociales que agobian al común de los venezolanos. Dice Pablo Milanés en una de sus tantas hermosas canciones que “la vida no vale nada, sino es para perecer, porque otros puedan tener, lo que uno disfruta y ama”. Hoy la juventud revolucionaria venezolana está demostrando, indudablemente, estar en disposición de perecer porque otros puedan disfrutar de derechos conculcados por el actual gobierno de Maduro. Son jóvenes que se están aquilatando en el tiempo, inmortalizando una impronta de lucha por la libertad, la dignidad, el desarrollo social armónico y el progreso económico pleno. Resulta lamentable que Latinoamérica este dando la espalda a la situación que allí se suscita. Ha preferido humillarse ante el petróleo y las dádivas que recibe del Chavismo. Cuan indigna se ha visto Latinoamérica. Inclusive, haciéndose cómplice de los desmanes y los abusos contra los derechos humanos que se están cometiendo. Aunque al parecer están solos, desde esta pequeña isla del caribe que ha sabido agigantarse frente a grandes adversidades, les enviamos un aplauso a los jóvenes venezolanos que hoy sacrifican su sangre por la libertad humana y por los principios democráticos. ¡Un aplauso!

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Dar, gesto de entrega, de promoción y ardid de avivatos
¡Cuánta corrupción! (2)
El rebase de los Gigantes y la estrepitosa caída del Licey
Conservatorio Nacional Música evidencia excelencia musical RD
SNS informa hospitales están preparados asistir emergencias
CODEBAVIF y SEABOARD celebran cena adultos mayores
Reconocen el liderazgo de la vicepresidenta Raquel Peña
CNTU destaca avances en infraestructura vial y transporte
Liguilla de la Liga Dominicana de Fútbol iniciará el 10 de enero
Adversarios logran panorama general se vea sombrío (OPINION)













