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Un acoso inaceptable…
La comunidad
internacional está alarmada con la sentencia 0256/14 evacuada
recientemente por el Tribunal Constitucional Dominicano que
establece la inconstitucionalidad del
instrumento de aceptación de la competencia de la Corte Interamericana de los
Derechos Humanos.
Parecería, amigos
lectores, partiendo de los movimientos, pronunciamientos e insinuaciones que
han hecho importantes organizaciones y actores internacionales como que la República Dominicana de no acatar lo
indicado por el CIDH caería en acto típico de delincuencia internacional.
La alharaca y los escarceos que ha provocado la citada
sentencia han sido de tal magnitud que
actores del sistema internacional como la Organización de Estados Americanos
(OEA), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras entidades de
Sociedad Civil internacional y nacional han sido capaces de hacer
pronunciamientos de cumplimiento de lo emanado del CIDH, o de lo contrario, el
país recibirá sobre sus cabezas el castigo del “Gran Dios”.
Estos señores arriba mencionados
con el contubernio de un grupo de malos dominicanos quieren dar la impresión a
la población y las autoridades del gobierno de que, con el desconocimiento de
dicha sentencia, el Estado dominicano estaría en un violador consuetudinario
del derecho internacional. Nada más infame y atrevido.
Creemos, que está sentencia 256-14 evacuada por el Tribunal
Constitucional Dominicano está lleno de las mejores intenciones para
salvar la dignidad y la salud de Patria.
No podemos dar ni paso atrás. No se puede ceder ante
el asedio y la confabulación nacional e internacional que se cierne en contra la República Dominicana, eso es una acción inaceptable.
Como también, constituye un atrevimiento de la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos, que opera bajo el palio de la Organización
de Estados Americanos (OEA), el pretender imponer al Estado dominicano
modificaciones a su Constitución mediante sutiles recomendaciones supuestamente
amparadas en el derecho internacional.
Pero lo más doloroso y lamentable es que muchos
personajes y figuras influyentes de la política y la comunicación social del país,
a los que en algún momento se le vio del lado de los mejores intereses del
pueblo dominicano, hoy de manera sospechosa, estén coincidiendo con la OEA, organización
regional que dio apoyo a la ocupación
militar norteamericana en 1965, hecho que torció el curso de nuestra historia.
Es una vergüenza que en nombre del derecho
internacional público y privado que rige las relaciones entre los estados y los
particulares hoy algunos “Jurisconsultos” criollos se estén prestando a un acto
tan repudiable como es el de la traición a la Patria. Pobrecitos!!!
Que lo sepan bien nacionales y extranjeros, este es un
país soberano e independiente y bajo ningún concepto va a permitir que la soberanía nacional sea mancillada. Que
recuerden bien, que este es el mismo pueblo del 27 de febrero de 1844, del 16
de agosto del 1863 y del 24 de abril de
1965.
Ha llegado la hora,
pues, de que todos los hijos
verdaderos de esta media isla nos abracemos sin reservas a esos tres postulados
que están gravados en nuestro Escudo Nacional que rezan: Dios, Patria y Libertad….
quezada.alberto218
@gmail.com
