TURISMO: Barcelona y Santo Domingo
¿Qué relación tienen Santo Domingo, la capital de la Republica Dominicana, y Barcelona, la segunda ciudad más importante de España, país de Europa (“el culo de Europa”, dicen algunos por estar muy cerca de Marruecos, país pobre de África de 37 millones de personas, con el que hace frontera)? ¡Pues nada! Ni siquiera el idioma, pues en Barcelona tiene dos idiomas oficiales: castellano y catalán, además del inglés que muchos utilizan para comunicarse en todo el país.
(En España existen seis idiomas oficiales: el castellano, valenciano, gallego, euskera y aranés, además de algunos dialectos. El catalán es un idioma regional, con más parecido al francés que al castellano. Pero el tema lingüístico es distinto al que quisiera tratar en estas breves notas)
De lo que sí quisiera hablar es del parecido que tiene Santo Domingo y Santo Domingo Este, entre otros municipios, con Barcelona. Como ya les dije, no hay ninguna similitud, parecido ni parentesco.
Santo Domingo es una selva, donde nadie respeta a nadie ni a nada, donde no hay régimen de consecuencias. No sólo Santo Domingo, la ciudad primada de América, donde se creó la primea universidad, la primera iglesia, etc., la República Dominicana es un desorden mayúsculo, sin disciplina ni orden, un infierno.
Peculiaridades
Barcelona, en cambio, es una ciudad hermosa, limpia, ordenada, con un sistema de transporte público envidiable para la mayoría de las ciudades latinoamericanas.
Para los Juegos Olímpicos en 1992, los segundos en un país hispanoparlante, después de México en 1968, la ciudad recibió un remozamiento total que le dio un esplendor propio de un acontecimiento universal.
Estuve en Barcelona durante una semana en una actividad oficial del Instituto Dominicano de las Telecomunicación (INDOTEL) y quedé gratamente impresionado por el comportamiento de los ciudadanos, su arquitectura, sus calles y su excelente sistema te transporté, tanto público como privado, la seguridad ciudadana, la educación de sus ciudadanos, calles anchas de varios carriles, uno para los taxis, otro para los autobuses y para los vehículos privados.
Nadie se come la luz roja de los semáforos, y, contrario a lo que ocurre en nuestro país, la luz amarrilla es señal de disminuir la velocidad. En cada esquina hay semáforos para los peatones que solo cruzan la vía cuando la señal lo dice. Las motocicletas, los taxis, los autobuses. Todos se detienen en para darle paso a los ciudadanos que se amontonan en las intercepciones esperando la señal del semáforo. Nadie cruza en rojo, ni los vehículos, ni los peatones. El respecto a las leyes de tránsito es absoluto. (igualito que aquí)
(Los dominicanos que residen en España, igual que los que viven en Estados Unidos, se educan desde que llegan a esas naciones, porque en ellos, contrario a lo que sucede en la República Dominicana, existe un fuerte régimen de consecuencias)
Barcelona es una ciudad bien diseñada, bien cuidada, con una arquitectura admirable, que los turistas, estudiantes de arquitectura pueden disfrutar a plenitud. Sus edificios no son tan altos, amenas siete. ocho y diez pisos, en su mayoría, pero bien concebidos. Nada parece estar hecho al azar. Los parques abiertos por donde la gente camina libremente echándole alimentos a las palomas. Se observa a muchos caminar con sus mascotas (perros grandes, entrenados y educados)
El sistema de taxis funciona a la perfección. El metro y el monorriel garantizan el transporte colectivo.
Los agentes de tránsito no parecen necesarios dado el respeto por la ley. Las consecuencias que pagan los violadores, cada vez más escasos, son grandes. (Igualito que aquí)
No en balde Barcelona recibe más de 26 millones de turistas al año.
En fin, amigos, me encantó Barcelona. Si usted, alguna vez en la vida tiene la oportunidad de ir a España, no deje de pasar por Barcelona. ¡No se arrepentirá!
jpm-am