Trump y Alofoke: productos de fallos sociales (2 de 2)
En sociedades donde las instituciones pierden autoridad, donde los valores se diluyen y donde los referentes tradicionales han sido desplazados por el ruido, emergen figuras que, más que líderes, son síntomas.
Donald Trump y Santiago Matías —Alofoke—, son ejemplos claros de cómo los vacíos sociales, políticos y culturales dan lugar a personajes que encarnan tanto el malestar como las aspiraciones distorsionadas de millones.
No son anomalías: soln consecuencias.
El fracaso del liderazgo tradicional
Durante décadas, las élites políticas, académicas y mediáticas se acomodaron en sus torres.
¡Dejaron de escuchar!

Dejaron de representar. Y en ese abandono se gestó la incubadora no del fin, sino del comienzo para que figuras como Trump en Estados Unidos y Alofoke en República Dominicana se convirtieran en voz de los que “nunca tuvieron micrófonos”.
Ambos desafiaron los símbolos, los signos y los códigos establecidos. Ambos apelaron a la emoción antes que a la razón. Ambos fueron abrazados por una masa harta de ser abusada e ignorada.
Populismo espejo de la frustración
Ni Trump ni Alofoke serían lo que son sin el resentimiento popular. Trump no solo es un empresario devenido presidente; es la cristalización de un grito contra Washington, el establishment, las guerras, los inmigrantes, los tratados globales. Es el símbolo de una América que siente que está o perdió terreno.
Santiago —Alofoke— Matia, por su parte, es la voz del barrio, el que llegó “desde abajo” y desafía a los intelectuales, a los medios tradicionales, a los partidos y a cualquier estructura que le parezca elitista o desconectada del “pueblo real”. Es la representación de una sociedad que no se siente acogida ni comprendida por las instituciones formales: el lumperismo, los homosexuales, las chapiadoras, los Dembowseros y los que consumen vinagre y sal.
Redes sociales la nueva arena del poder
Ambos encontraron en las redes sociales un terreno fértil. Trump usó Twitter como arma política y cultural. Alofoke construyó su imperio mediático desde YouTube y plataformas digitales.
Es un ejemplo juvenil en el que ya no es necesario pasar por una universidad, un periódico o un partido político para tener influencia.
Ahora basta con entender la lógica del algoritmo, saber provocar, dominar la narrativa, ser viral….
Pero esa viralidad también es volátil. Gira en torno al espectáculo. A veces, al escándalo. Y en medio de esa dinámica, se deforma el debate público, se simplifica lo complejo, se premia la reacción por encima del pensamiento.
El ascenso del antiintelectualismo
Una de las consecuencias más preocupantes de estos fenómenos es el desprecio al conocimiento, a la evidencia, a la reflexión.
Lo que importa no es la verdad, sino lo que emociona. No importa la argumentación lógica, sino lo que se grita. Trump deslegitima a la prensa, a los científicos, a los jueces.
Alofoke ha chocado con intelectuales y ha despreciado el pensamiento crítico en múltiples ocasiones.
En ambos casos, el mensaje es claro: lo importante no es lo que se dice, sino quién tiene el micrófono.
¿Qué sociedad los produce?
Ni Trump ni Alofoke hubiesen emergido si las democracias funcionara a plena capacidad. Si la educación fuese sólida, si los partidos fueran confiables, si los medios fueran éticos, si las instituciones fueran transparentes.
Estos tipos son productos de fallos estructurales.
Son síntomas de una enfermedad que no se resuelve atacando al síntoma, sino curando (la sociedad) el cuerpo.
Ambos pueden ser criticados, sí. Pero no entender por qué conectan con tanta gente sería un error.
Ellos no se impusieron. Fueron elegidos, aplaudidos, seguidos. Y eso dice más de nosotros que de ellos.
Esto continuará con la Torita, los becerros, ladrones y narcotráfico……
Ellos son los síntomas de una sociedad enferma.
Saque usted conclusiones y diga quienes son peores!!!

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IGUAL QUE LOS QUE SE REUNEN ALREDEDOR DE LAS IGLESIAS PROTESTANTES ,ya que lo hacen porque no tienen mantillas ni ajuares, de lujo ,que exhibir en los domingos de Misa , DE LO QUE SE APROVECHARON » LOS RICOS E IMPUNES PASTORES PROTESTANTES, YA CONDENADOS
Este país sólo lo salva, la vieja filosofía de Juan Bosch, DICTADURA CON RESPALDO POPULAR, como fue aplicada en ****pur, en la década del 60…….
» Comprendes!!!»…(Juan Bosch)
Sin desperdicio
Magistral…
Mis felicitaciones senor Javier, ha dado usted, exacto en blanco como el buen cazador.
Tremendo articulo.
Sin desperdicio